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27 abr 2023

HRW: Perú, Abusos brutales cometidos por las fuerzas de seguridad

Deterioro letal. Abusos por las fuerzas de seguridad y crisis democrática en el Perú, informe de Human Rights Watch.

El ejército y la policía del Perú llevaron a cabo lo que podrían constituir ejecuciones extrajudiciales o arbitrarias, así como otros abusos brutales contra manifestantes y transeúntes durante las protestas de los últimos meses.

- Aparentes intentos del gobierno para minimizar los abusos, junto con la aparente pasividad ante pruebas sólidas de abusos, generan interrogantes sobre una posible negligencia o incluso complicidad.


El gobierno debería invitar a una comisión de expertos internacionales independientes para que respalden las investigaciones penales. La comunidad internacional debe apoyar un diálogo nacional amplio sobre las preocupaciones legítimas de los peruanos.

El ejército y la policía del Perú son responsables de muertes que podrían constituir ejecuciones extrajudiciales o arbitrarias, así como de otros abusos brutales contra manifestantes y transeúntes durante protestas entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Los abusos se produjeron en un contexto de deterioro de las instituciones democráticas, corrupción, impunidad por abusos cometidos en el pasado y desigualdad persistente.

El informe de 117 páginas, “Deterioro letal. Abusos por las fuerzas de seguridad y crisis democrática en el Perú”, documenta el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, violaciones del debido proceso, abusos contra detenidos y deficiencias en las investigaciones penales, así como una arraigada crisis política y social que erosiona el Estado de derecho y los derechos humanos en el Perú. Aunque algunos manifestantes fueron responsables de actos de violencia, las fuerzas de seguridad respondieron con una fuerza desproporcionada, incluyendo con fusiles de asalto y armas cortas. Cuarenta y nueve manifestantes y transeúntes, entre ellos ocho niños menores de 18 años, murieron durante las protestas.

26 jul 2020

HRW: Creciente riesgo de violencia para las mujeres durante la Covid-19

Ninguna mujer debe quedar relegada en la respuesta de los gobiernos.

(Nueva York) – Los gobiernos deben intensificar sus esfuerzos para detectar la violencia contra las mujeres e intervenir a fin de evitar estos hechos durante el confinamiento relacionado con la Covid-19, expresó hoy Human Rights Watch en un informe ante la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer. El problema podría ser particularmente grave para las mujeres que son objeto de discriminación y marginación. 

Human Rights Watch planteo su consternación con respecto a las trabajadoras del hogar, las mujeres de edad, las mujeres con discapacidad —incluidas las que viven en espacios institucionales— y las mujeres sin acceso a la tecnología, que trabajan de manera remota desde el hogar o que están en una situación habitacional precaria, ya que a esas mujeres puede resultarles más difícil acceder a servicios que necesitan con urgencia durante la pandemia. El informe de 17 páginas describe los pasos que deberían dar los países para cerciorarse de que ninguna mujer quede excluida de las respuestas gubernamentales a la agudización de la violencia.

“Las autoridades de todo el mundo deberían preocuparse por los informes sobre el aumento de la violencia de género en el contexto de la pandemia de la Covid-19 y las medidas de confinamiento impuestas”, apuntó Amanda Klasing, codirectora interina de Derechos de la Mujer de Human Rights Watch. “Los señalamientos de que ha aumentado la violencia de género dan cuenta de que, para las mujeres que están al margen de la sociedad o no tienen visibilidad, existe un mayor riesgo de convertirse en blanco de violencia irreparable, si los gobiernos no actúan con rapidez”.

Dubravka Šimonović, Relatora Especial de la ONU, destacó en una declaración, efectuada el 27 de marzo de 2020, que las acciones orientadas a enfrentar la actual crisis de salud podrían provocar una agudización de la violencia doméstica contra las mujeres. Human Rights Watch también ha planteado que las crisis, y los confinamientos asociados con estas, pueden desencadenar una mayor incidencia de la violencia doméstica por motivos como el aumento de estrés, el deterioro en las condiciones de vida, el hacinamiento y el quiebre de los sistemas de apoyo comunitarios. las condiciones de vida estrechas y difíciles, y las averías en los sistemas de apoyo de la comunidad. Asimismo, las crisis a menudo pueden limitar la posibilidad de las mujeres de escapar de contextos de abuso y conseguir que sus agresores respondan por sus actos, además de situar a las víctimas en un entorno donde no cuentan con acceso adecuado a servicios, como albergues seguros.

Las estadísticas preliminares sobre denuncias policiales y datos de líneas de asistencia telefónica procedentes de países de todo el mundo sugieren que los temores expresados por la Relatora Especial y Human Rights Watch están justificados. Por consiguiente, es fundamental que las autoridades reconozcan carácter esencial a los servicios sobre violencia doméstica durante los confinamientos, y se aseguren de que no se impongan nuevos obstáculos al acceso a los servicios, apuntó Human Rights Watch.

Human Rights Watch brinda pautas sobre cómo los gobiernos pueden mejorar sus acciones orientadas a ponerse en contacto con las mujeres marginadas por su situación de empleo, edad, discapacidad, acceso limitado a Internet, trabajo desde el hogar o situación habitacional precaria. No todas las mujeres se han visto afectadas igualmente por la pandemia de Covid-19 y la consiguiente crisis económica. En muchos países, las mujeres de comunidades que ya se encuentran marginadas son trabajadoras esenciales que están en la primera línea de servicio, y su situación económica es más precaria debido a que son trabajadoras informales o se enfrentan al racismo institucional y a disparidades de salud que no han sido abordadas. Todo esto obstaculiza todavía más el acceso a los servicios sobre violencia de género.

Las políticas públicas relacionadas con la violencia contra las mujeres y la violencia familiar deben incluir a las mujeres con discapacidad y las mujeres de edad, y resultarles accesibles a esas mujeres, apuntó Human Rights Watch. Las mujeres de edad tienen también un mayor riesgo de sufrir complicaciones asociadas con el contagio de Covid-19. Por tal motivo, están en una situación de particular precariedad, y dependen de la ayuda de otros para realizar actividades como comprar alimentos o ir al banco.

Muchas mujeres que viven en instituciones residenciales están en situación de abandono, abuso o atención médica inadecuada, y a esto se suman restricciones a su capacidad legal que las despojan de sus derechos a tomar decisiones por sí mismas Una investigación realizada recientemente por Human Rights Watch en México demuestra que las mujeres con discapacidad también pueden sufrir abusos cuando viven con familiares; sobre todo, las mujeres que necesitan modalidades de apoyo intensivas para tareas diarias y necesidades básicas, como vivienda, alimentos e higiene. Los gobiernos deben recabar datos exhaustivos sobre la violencia contra las mujeres de edad y las mujeres con discapacidad, especialmente ante la continuidad de la pandemia.

Internet puede facilitar el acceso a grupos que ayudan a sobrevivientes, asesoramiento, información de salud —incluso sobre salud sexual y reproductiva— y otros recursos en línea que pueden ser salvoconductos vitales para las mujeres que sufren violencia de género. No obstante, la brecha digital que existe a nivel mundial también puede suponer un obstáculo al acceso a servicios en el contexto de la pandemia y el confinamiento, destacó Human Rights Watch.

En países con ingresos bajos y medios, el número de mujeres que usan internet móvil es muy inferior al de hombres, con una diferencia de más de 300 millones. Y en todos los países, las mujeres de comunidades marginadas, incluidas las mujeres de edad y las mujeres con discapacidad, pueden experimentar una exclusión desproporcionada del acceso a Internet. 

Puede citarse el ejemplo de proveedores de servicios que responden a la violencia de género en el Reino Unido y señalaron a Human Rights Watch que, con la migración de los recursos al espacio digital, la crisis de la Covid-19 ha agudizado la falta de acceso a los servicios para migrantes y mujeres negras, asiáticas y de minorías étnicas. Los gobiernos deben asegurarse de que, a medida que más servicios para las mujeres pasan a estar disponibles únicamente en línea debido al contexto de los confinamientos por la Covid-19, las mujeres sin acceso a internet seguro y privado o recursos móviles puedan seguir obteniendo servicios.

Las mujeres que trabajan en hogares, incluidas las trabajadoras del hogar que viven con sus dadores de empleo o las mujeres que ahora trabajan en forma remota desde su casa, pueden ser blanco de riesgos específicos de abuso que no son inmediatamente visibles para los responsables de políticas o los proveedores de servicios. Los empleadores deben tener presente la función que pueden desempeñar facilitando el acceso a servicios de apoyo y adoptando medidas para prevenir abusos que den lugar a la pérdida del empleo, señaló Human Rights Watch. El Convenio sobre la Violencia y el Acoso de 2019 de la Organización Internacional del Trabajo obliga en forma expresa a los gobiernos a reconocer y mitigar los efectos de la violencia doméstica en el trabajo. Los gobiernos deben avanzar en la ratificación e implementación del convenio.

"Aunque todavía continúa el impacto económico y para la salud pública de la pandemia, los gobiernos tienen un panorama más claro de los otros riesgos y daños que causa el confinamiento”, explicó Klasing. “Deben intervenir con rapidez para abordar el riesgo cada vez mayor de violencia. Cualquier repuesta que se adopte será incompleta, a menos que los gobiernos se cercioren de que sus esfuerzos se orienten en forma específica a mujeres que, en general, ya estaban relegadas por las autoridades, incluso antes de la crisis".


Fuente

22 jul 2020

Human Rights Watch: Abuso infantil en Japón en busca de medallas olímpicas

El anfitrión de los Juegos de Verano de 2021 deberia emprender reformas sistémicas urgentes.

Tokio - HLos niños atletas en Japón sufren abusos físicos, sexuales y verbales durante sus entrenamientos, dijo Human Rights Watch en un nuevo informe, publicado hoy, que evidencia casos de depresión, suicidios, discapacidades físicas y traumas crónicos resultantes de estos abusos. Japón es el anfitrión de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio que se celebrarán a partir del 23 de julio de 2021.

El informe de 67 páginas, “‘I Was Hit So Many Times I Can’t Count’: Abuse of Child Athletes in Japan (“‘Me golpearon tantas veces que perdí la cuenta’: el abuso de niños deportistas en Japón”), documenta las historias de castigos físicos en el deporte en Japón (taibatsu, en japonés), y revela el abuso infantil deportivos en escuelas, federaciones y deportes de élite japoneses. En entrevistas y una encuesta nacional en línea, atletas japoneses de más de 50 deportes describieron haber sufrido abusos, como por ejemplo, golpes en la cara, patadas, golpes con objetos como bates o palos de bambú para kendo, privación de agua, simulacros de ahogamiento, azotes con silbatos y raquetas, así como acoso y abusos sexuales.

“Durante décadas, los niños en Japón han sido golpeados brutalmente y han sufrido abusos verbales en nombre de trofeos y medallas”, dijo Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch. “Conforme Japón se prepara para organizar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en Tokio en julio de 2021, esta atención mundial brinda una oportunidad única para cambiar las leyes y políticas en Japón y en todo el mundo con el fin de proteger a millones de niños atletas”.

Human Rights Watch documentó las experiencias de más de 800 ex atletas menores de edad – más de 50 de entrevistas en persona y 757 de una encuesta en línea – incluidos atletas olímpicos y paralímpicos. La encuesta contó con participantes de 45 de las 47 prefecturas japonesas y 50 deportes. Human Rights Watch también hizo una investigación de la cobertura de prensa en Japón sobre abuso infantil en el deporte, contactó a federaciones deportivas para evaluar la disponibilidad de líneas telefónicas directas, entrevistó a académicos, periodistas, padres y entrenadores, y se reunió en persona con funcionarios del gobierno y de las federaciones deportivas.

3 jun 2019

Human Rights Watch: La emergencia humanitaria en Venezuela

En enero de 2019, cientos de miles de venezolanos salieron a las calles en respuesta a un llamado del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, que pidió al pueblo de Venezuela que se movilizara en apoyo al restablecimiento del orden constitucional en el país.

 Durante una protesta multitudinaria que tuvo lugar el 23 de enero, Guaidó dijo que asumía el poder como presidente interino de Venezuela y que convocaría a elecciones libres y justas. Desde entonces, más de 50 gobiernos lo han reconocido como presidente interino de Venezuela. Sin embargo, Nicolás Maduro todavía mantiene un férreo control de todas las instituciones venezolanas, salvo la Asamblea Nacional que tiene una mayoría opositora.

Con esta pugna de poder como trasfondo, una de las cuestiones subyacentes más preocupantes para el pueblo venezolano es la gravísima crisis humanitaria que está atravesando el país. En uno de los primeros discursos públicos que pronunció tras convertirse en presidente de la Asamblea Nacional el 5 de enero, Guaidó afirmó que Venezuela enfrentaba una emergencia humanitaria y pidió ayuda a la comunidad internacional para superarla.
Es imposible conocer todavía cuál es la verdadera magnitud de la crisis de salud y alimentaria en Venezuela. Esto se debe principalmente a que las autoridades venezolanas no han publicado datos sobre salud y nutrición, e incluso han tomado represalias contra quienes los difunden.

Para evaluar el estado actual de la crisis humanitaria en Venezuela, y su impacto en los derechos humanos de la población venezolana y en los países limítrofes, Human Rights Watch se asoció con el Centro por la Salud Humanitaria (Center for Humanitarian Health) y el Centro de Salud Pública y Derechos Humanos (Center for Public Health and Human Rights) de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. El presente informe se basa en entrevistas realizadas a más de 150 profesionales de la salud, ciudadanos venezolanos que necesitan atención médica y llegaron recientemente a Colombia y Brasil para obtenerla, representantes de organizaciones humanitarias internacionales y no gubernamentales, funcionarios de las Naciones Unidas (ONU) y funcionarios de los gobiernos brasileño y colombiano. Asimismo, el equipo de investigación analizó datos sobre la situación en Venezuela de fuentes oficiales, hospitales, organizaciones nacionales e internacionales y organizaciones de la sociedad civil.


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14 dic 2018

HRW: "La Ley rusa sobre "propaganda gay" pone en riesgo a jóvenes LGBT"


Nueva York. La ley rusa sobre "propaganda gay" está teniendo un impacto negativo sobre los jóvenes de la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero (LGBT), señaló Human Rights Watch en un informe que adjuntamos. La ley de 2013 acentuó la hostilidad que padecen desde hace mucho tiempo las personas LGBT en Rusia y, a su vez, suprimió el acceso a la educación y los servicios de apoyo inclusivos para las personas LGBT, con serias consecuencias para niños y niñas.

El informe de 92 páginas, "No Support: Russia's 'Gay Propaganda' Law Imperils LGBT Youth" (Sin apoyo: la ley rusa sobre "propaganda gay" pone en riesgo a jóvenes LGBT) documenta cómo esta política rusa está perjudicando seriamente a niños y niñas LGBT. Human Rights Watch entrevistó a jóvenes LGBT y a profesionales de la salud mental en distintos lugares en Rusia, incluidas zonas urbanas y rurales, para conocer las experiencias cotidianas de niños y niñas en escuelas, hogares y en público, así como su posibilidad de obtener información confiable y precisa sobre ellos mismos y asesoramiento y otros servicios de apoyo
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"La ley de Rusia sobre "propganda gay" está perjudicando a los jóvenes al aislarlos de información vital", expresó Michael Garcia Bochenek, asesor legal sénior sobre derechos del niño de Human Rights Watch. "Y en un clima de fuerte hostilidad social con respecto a las personas LGBT en Rusia, la ley impide que los proveedores de servicios de salud mental aconsejen a niños y niñas que tengan preguntas sobre orientación sexual e identidad de género".

La ley sobre “propaganda gay”, que formalmente recibe el nombre de “ley para la protección de niños y niñas frente a la información que promueva la falta de valores familiares tradicionales”, prohíbe la “promoción entre menores de las relaciones sexuales no tradicionales”, una referencia que universalmente se interpreta que implica la prohibición de brindar a niños y niñas acceso a información sobre la vida de las personas LGBT. La prohibición incluye, sin carácter restrictivo, información brindada mediante la prensa, la televisión, la radio e Internet.

La ley afecta de manera directa a niños y niñas al negarles el acceso a información esencial y favorecer la estigmatización de la infancia LGBT y sus familias, concluyó Human Rights Watch.

La ley de 2013 contribuyó a que se intensificaran la estigmatización, el acoso y la violencia contra las personas LGBT en Rusia. La ley también se ha usado para clausurar servicios en línea de información y derivaciones de salud mental para niños y niñas, así como para disuadir a grupos de apoyo y profesionales de la salud mental de trabajar con niños. Asimismo profundiza la aversión hacia las personas LGBT, y tiene un efecto amedrentador para los profesionales de la salud mental que trabajan con jóvenes LGBT. Algunos psicólogos han indicado haber recurrido a la autocensura en temas vinculados con la orientación sexual e identidad de género.

La ley sobre “propaganda gay” de Rusia es un ejemplo clásico de homofobia política, expresó Human Rights Watch. Apunta contra minorías sexuales y de género vulnerables para sacar beneficio político. Cuando el presidente Vladimir Putin refrendó la ley federal en junio de 2013, se sumó a la antipatía  extendida contra las personas LGBT. La ley concede el potente respaldo del Estado ruso a la postura falsa y discriminatoria de que las personas LGBT son una amenaza para la tradición y la familia. En el plano internacional, la ley contribuyó a posicionar a Rusia como un defensor de los denominados “valores tradicionales

"A nadie le gusta que le den una paliza en la calle, y ese es el temor con el que ahora viven las personas LGBT en Rusia”, señaló a Human Rights Watch Nikita R., un hombre transgénero de 18 años. “Sabemos que la mayoría de las personas creen lo que dicen los medios de comunicación masivos, y las historias que estos muestran les enseñan que somos seres repugnantes, y por eso estamos constantemente en peligro".

La ley se ha usado en múltiples oportunidades para clausurar Deti-404 (Children-404), un grupo en Internet que ofrece apoyo psicológico, asesoramiento y una comunidad en línea segura a niños y niñas LGBT, incluidos aquellos que sufren violencia y agresión a causa de su orientación sexual o identidad de género real o percibida. Los efectos de la ley también han sido nocivos en entornos clínicos y de asesoramiento. Diversos proveedores de servicios de salud mental dijeron a Human Rights Watch que la ley interfiere con su capacidad de brindar servicios de orientación honestos, científicamente precisos y abiertos, y esto hace que algunos se autocensuren o invoquen excepciones explícitas al inicio de las sesiones.

En los procedimientos relacionados con esta ley ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el internacionalmente renombrado Dr. Ilan Meyer, un experto en psicología social y salud pública especializado en poblaciones minoritarias, declaró que la ley no protege a la juventud sino que, de hecho, la perjudica.

"Si Rusia pretendiera mejorar la salud y el bienestar de sus ciudadanos... serían necesarias intervenciones exactamente opuestas a las que impone la ley sobre propaganda", explicó.

"Asimismo, las leyes como la ley de propaganda rusa pueden tener un grave impacto negativo en la salud y el bienestar de las [personas LGBT] al profundizar y afianzar la estigmatización y el prejuicio, lo que conlleva discriminación y violencia".

El tribunal resolvió en 2017 que la ley viola los derechos de libertad de expresión y no discriminación garantizadas en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, y que la norma efectivamente es perniciosa para niños y niñas.

Un psicólogo que trabaja con jóvenes de la comunidad LGBT dijo a Human Rights Watch que casi todos los clientes LGBT que ha tenido eran “tratados como si fueran chivos expiatorios, bufones o parias”. En un entorno con esa hostilidad social hacia las personas LGBT tan profunda, es crucial que los jóvenes reciban apoyo en salud mental .

Pero la ley sobre “propaganda gay” restringe la posibilidad de los profesionales de la salud mental de brindar ese acompañamiento. Otro psicólogo contó que incluso cuando sería pertinente desde el punto de vista clínico analizar la orientación sexual de un niño o niña a los que atiende, siente que la ley lo limita: “Es común que los adolescentes me hagan preguntas directas y precisas sobre su orientación sexual o identidad de género, pero la ley me impide actuar”. Otra psicóloga manifestó que durante las sesiones clínicas tapa todos los libros sobre temas LGBT en su consultorio para evitar que la acusen de "propaganda gay".



"La ley de ‘propaganda gay’ podría causar daños a largo plazo a generaciones de jóvenes rusos, al propiciar la discriminación y censurar los servicios de apoyo”, apuntó Bochenek. “Esta ley no protege a nadie, pero sí aísla a niños y niñas de los servicios que necesitan para tener un desarrollo pleno, y en algunos casos, incluso para sobrevivir ".

23 nov 2018

HRW: En Pakistán las niñas se ven privadas de la educación

El gobierno de Pakistán no está brindando educación a una gran proporción de las niñas del país, dijo Human Rights Watch en un informe publicado.

El informe de 111 páginas "Shall I Feed My Daughter, or Educate Her?: Barriers to Girls Education in Pakistan" ("Debería alimentar a mi hija o educarla?: Barreras a la educación de las niñas en Pakistán") concluye que muchas niñas simplemente no tienen  acceso a la educación, debido a distintas razones como la escasez de escuelas públicas, especialmente para niñas. Casi 22,5 millones de niños de Pakistán, un país con una población de poco más de 200 millones de habitantes, no asisten a la escuela, la mayoría niñas. 
El 32% de las niñas en edad escolar primaria no están escolarizadas en Pakistán, en comparación con el 21% de los niños. En noveno grado, sólo el 13% de las niñas todavía asisten a la escuela.

"El hecho de que el gobierno de Pakistán no esté proporcionando educación a los menores está teniendo un impacto devastador en millones de niñas", dijo Liesl Gerntholtz, directora de derechos de la mujer de Human Rights Watch. "Muchas de las niñas a las que entrevistamos están desesperadas por estudiar, sin embargo están creciendo sin la educación que les ayudaría a tener opciones para su futuro".

Human Rights Watch entrevistó a 209 personas para el informe, la mayoría de ellas niñas que nunca asistieron a la escuela o que no pudieron completar su educación, y a sus familias, en las cuatro provincias de Pakistán: Beluchistán, Khyber Pakhtunkhwa, Punjab y Sindh. Human Rights Watch también entrevistó a padres, educadores, expertos y activistas, y visitó varias escuelas. Aquí el informe:


25 oct 2018

HRW: Explotación sexual y acoso de niñas adolescentes en escuelas en Senegal


Se debe terminar con la cultura del silencio y sancionar a los abusivos.


Dakar: En escuelas secundarias de Senegal, docentes abusivos y otros integrantes del personal educativo cometen actos de explotación sexual, acoso y abuso contra niñas y adolescentes, señaló Human Rights Watch en un informe divulgado. Aunque Senegal ha tomado medidas importantes para ampliar el acceso de las niñas a una educación de calidad, debe intesnsificar los esfuerzos para protegerlas frente a estos abusos y asegurar que los docentes que transgreden las normas profesionales o el derecho senegalés respondan por sus actos. 

El informe de 85 páginas, titulado “‘It’s Not Normal’: Sexual Exploitation, Harassment and Abuse in Secondary Schools” (No es normal: Explotación sexual, acoso y abusos en escuelas secundarias), documenta abusos contra alumnas en escuelas secundarias, perpetrados principalmente por docentes y funcionarios escolares. Human Rights Watch identificó casos de enseñantes que abusan de su autoridad manteniendo relaciones sexuales con alumnas a cambio de dinero, buenas calificaciones, comida o artículos como teléfonos celulares y ropa nueva.

"Es importante reconocer que Senegal ha aceptado el problema serio de la violencia sexual en las escuelas del país”, afirmó Elin Martínez, investigadora de Derechos del Niño de Human Rights Watch y autora del informe. “Sin embargo, numerosos docentes explotan sexualmente y acosan con impunidad a sus alumnas, que toleran las agresiones sexuales con tal de progresar en la escuela secundaria".

Este comportamiento es una grave violación de las obligaciones profesionales y éticas de los docentes, y constituye un delito conforme al derecho senegalés cuando las víctimas tienen menos de 16 años. El acoso y la coerción de estudiantes con fines sexuales y el abuso del poder y la autoridad sobre niños y niñas por parte de los docentes conlleva penas de hasta diez años de prisión.

Human Rights Watch realizó entrevistas y organizó grupos focales con más de 160 niñas y mujeres jóvenes, así como con más de 60 padres, especialistas en educación, psicólogos, activistas locales, socios de desarrollo y funcionarios gubernamentales nacionales y locales, en cuatro regiones de Senegal.

En Senegal, se desconoce cuál es la magnitud y la prevalencia de los abusos contra estudiantes. Los tabúes y estigmas sociales han conseguido silenciar a muchas niñas y mujeres jóvenes afectadas por estos abusos. Sin embargo, investigaciones realizadas por Human Rights Watch, organismos de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y académicos sugieren que la violencia sexual y de género asociada con las escuelas representa un problema muy serio en Senegal.

Algunos estudiantes, y en algunos casos docentes y funcionarios escolares, describieron algunos de los casos documentados como “relaciones” entre enseñantes y estudiantes. Esta descripción puede restar gravedad a los abusos, afectar la posibilidad de que estos hechos se informen y confundir la percepción de los funcionarios escolares sobre la gravedad de los abusos. Hubo casos de niñas que quedaron embarazadas como resultado de esta situación y abandonaron los estudios de manera permanente.

Aïssatou, de 16 años, cuyo nombre verdadero no se utiliza para preservar su seguridad, manifestó al respecto: “Un día, el maestro me pidió que fuera a su casa. Cuando llegué, me propuso darme dinero y recursos. Cuando le dije que no... se puso agresivo y dijo que no iba a ponerme buenas notas".

Las alumnas también sufren acoso por parte de docentes y se ven afectadas por los estereotipos de género y las insinuaciones sexuales en las aulas. Algunas niñas afirmaron que sus docentes utilizan lenguaje o gestos inapropiados —refiriéndose al cuerpo o la vestimenta de las niñas con tono sexual— al hablar directamente con las alumnas o al referirse a otras estudiantes durante las clases.

El Gobierno ha adoptado medidas para abordar la violencia sexual y la discriminación de género en las escuelas, como parte de iniciativas más generales para aumentar el acceso de las niñas a escuelas secundarias y su permanencia en estas. En 2013, estableció una estrategia de protección infantil. Con el apoyo de actores internacionales, el gobierno también se ha enfocado en reducir los embarazos de adolescentes, incluso a través de programas que ayudan a las niñas a no abandonar la escuela secundaria.

Algunas escuelas han asegurado que los alumnos estudien en un entorno seguro, y han adoptado políticas de tolerancia cero frente a abusos en las escuelas o facilitando condiciones para que las niñas se sientan cómodas denunciando abusos. Lalia Mané, docente de escuela media e integrante de la iniciativa gubernamental por la educación de las niñas, manifestó sobre esto: “Les digo a mis estudiantes que si un docente les pide favores... deben denunciarlo en la estación de policía".

Sin embargo, estas medidas no se replican en todas las escuelas secundarias, debido a que no existe una política nacional que aborde la explotación sexual, el acoso y los abusos vinculados con el ámbito escolar.

Entre los principales factores que frustran la denuncia sistemática de explotación sexual, acoso y abusos puede mencionarse la percepción cultural de que las niñas y mujeres jóvenes son culpables de las insinuaciones de los docentes, el temor a perder docentes y la falta de claridad acerca de qué constituye explotación sexual. En general, en las escuelas no hay sistemas confidenciales para realizar denuncias, y numerosas niñas son renuentes a informar abusos por temor a que las autoridades la humillen o no les crean.

El gobierno debería  debería adoptar una respuesta nacional más enérgica para erradicar la explotación sexual, el acoso y los abusos en las escuelas, lo que incluye una política nacional que aclare qué constituye un comportamiento ilegal o inapropiado. Debería aclarar que se prohíben expresamente, y serán objeto de sanciones profesionales, todas las “relaciones” de carácter sexual entre personal docente y estudiantes, así como la explotación y la coerción. Además, debería asegurar que los directores y otras autoridades escolares entiendan su obligación de investigar adecuadamente todos los señalamientos de abuso sexual y remitir los casos para que sean investigados por la policía o fiscales.

Human Rights Watch concluyó que las escuelas no brindan enseñanza adecuada a niños y niñas adolescentes sobre sexualidad, salud reproductiva y sus derechos sexuales y reproductivos. El gobierno debería adoptar un plan de estudios sobre educación sexual completa que cumpla con los estándares internacionales, y garantizar que los jóvenes tengan acceso a servicios de salud adolescente adecuados.

"El gobierno quiere que las niñas destaquen educativamente", apuntó Martínez. "Pero, para eso, debe terminar con la cultura de silencio con respecto al abuso por parte de docentes, instar a las niñas a denunciar abusos y transmitir un mensaje inequívoco a todo el personal educativo de que no se tolerará la violencia sexual contra estudiantes.

14 feb 2018

HRW: Los quieren dóciles: Cómo los asilos de ancianos en Estados Unidos sobremedican a las personas con demencia

En Estados Unidos, en los asilos de ancianos, abusan del uso de drogas para controlar a los residentes, señala un informe de Human Rights Watch (HRW).

Los asilos de ancianos en Estados Unidos dan habitualmente antipsicóticos a los residentes con demencia para controlar su comportamiento, a pesar de los reglamentos sobre el uso indebido de medicamentos como “restricciones químicas”, dijo Human Rights Watch en un informe y video lanzados hoy. Esta práctica abusiva continúa siendo generalizada a pesar de que el uso de antipsicóticos en las personas mayores con demencia se asocia con un riesgo que casi duplica las posibilidades de muerte.

El informe de 157 páginas, “‘They Want Docile’: How Nursing Homes in the United States Overmedicate People with Dementia” (“‘Los quieren dóciles’: Cómo los asilos de ancianos en Estados Unidos sobremedican a las personas con demencia”), estima que todas las semanas en asilos de EE.UU. más de 179.000 personas, en su mayoría ancianos y pacientes con demencia, reciben medicamentos antipsicóticos sin un diagnóstico apropiado. Los centros utilizan estas drogas a menudo sin obtener o siquiera solicitar el consentimiento informado de los residentes o sus familiares.

"Las personas con demencia a menudo son sedadas con el fin de facilitar las labores del personal de enfermería que tiene exceso de trabajo, y el gobierno hace poco para proteger a los residentes vulnerables de tal abuso", dijo Hannah Flamm, becaria de la Facultad de Derecho de NYU en Human Rights Watch. "Con mucha frecuencia, el personal justifica el uso de medicamentos antipsicóticos en personas con demencia porque interpretan expresiones urgentes de dolor o angustia como un comportamiento perturbador que debe ser suprimido".
El uso de medicamentos antipsicóticos como "restricción química", para comodidad del personal o para disciplinar a los residentes, viola las regulaciones federales y puede constituir un trato cruel, inhumano o degradante según las leyes internacionales de derechos humanos. Sin embargo, incluso cuando las casas de ancianos infringen estas reglas, rara vez se les castiga.
El informe está basado en visitas de investigadores de Human Rights Watch a más de 100 residencias de ancianos en seis estados y más de 300 entrevistas a personas que viven en estos centros, sus familias, personal, expertos en atención a largo plazo y discapacidad, funcionarios gubernamentales y activistas.
Alrededor de 1,1 millones de personas de 65 años y más vivían en 15.600 centros de cuidados en EE.UU. en 2017. Medicaid, el principal programa de seguro público de salud en el país para personas de bajos ingresos, administrado conjuntamente por el gobierno federal y los estados, es el principal contribuyente de los asilos para cuidados a largo plazo.
Los fármacos antipsicóticos se desarrollaron originalmente para tratar problemas psiquiátricos como la esquizofrenia. La Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) requiere que los fabricantes incluyan en las etiquetas de los medicamentos antipsicóticos la advertencia más severa “en caja negra” sobre los riesgos que representan para las personas con demencia. La FDA nunca ha aprobado los medicamentos antipsicóticos como seguros y efectivos para el tratamiento de los síntomas de la demencia.
Los reglamentos federales también prohíben el uso de medicamentos sin indicaciones adecuadas de uso o monitoreo apropiado y la administración de Obama planeó fortalecer las regulaciones en torno al mensaje "según sea necesario" que da pie a un uso discrecional. Sin embargo, en noviembre de 2017, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS, por sus siglas en inglés) anunciaron una moratoria sobre esta y otras regulaciones para hacer más estrictos los requisitos reglamentarios.
El Congreso y varias agencias gubernamentales han reconocido desde hace tiempo que la administración excesiva de estos medicamentos es un problema importante. Si bien el porcentaje de residentes que reciben las drogas ha disminuido, su uso sigue siendo desenfrenado. A nivel nacional, alrededor del 16 por ciento de las personas en centros de cuidados reciben estos tipos de medicamentos sin un diagnóstico adecuado. En cientos de residencias, más del 30 por ciento de los residentes reciben las drogas de esta manera. Como dijo el director de enfermería de una residencia a Human Rights Watch, “los antipsicóticos son una actividad recurrente”.
Los residentes de los centros de cuidados y sus familias describieron las terribles consecuencias como el miedo, la sedación y la frustración. Una mujer de 62 años que dijo que le estaban administrando Seroquel sin su conocimiento o consentimiento en una residencia de ancianos en Texas, aseguró: “[Te] noquea. Es una droga potente y poderosa. Duermo todo el tiempo. Tengo que preguntar a la gente qué día es hoy”. La hija de una mujer de 75 años relató que cuando una residencia de ancianos en Kansas empezó a administrarle a su madre un medicamento antipsicótico, ella “simplemente se quedaba allí sentada, sin personalidad, como un zombie”.
El uso de fármacos antipsicóticos sin el consentimiento de la persona o su representante autodesignado es común, descubrió Human Rights Watch. Las regulaciones federales requieren que los centros de cuidados informen a los residentes sobre las opciones de tratamiento y otorguen a los residentes el derecho a rechazar el tratamiento. Algunas leyes estatales requieren el consentimiento informado para estos medicamentos. Sin embargo, el personal de muchos centros admitió abiertamente que ni siquiera intentan cumplir con estos requisitos.
Un ex administrador de una casa de convalecencia en Kansas dijo: “El centro generalmente obtiene un consentimiento informado de la siguiente manera: te llaman [al representante en materia de cuidados de salud]. Dicen: ‘a tu madre le pasa X, Y o Z. Esto le va a ayudar’. ¿La advertencia en el recuadro negro? ‘Mejor no lea eso’”. El gobierno de los EE. UU. no está haciendo que los asilos de ancianos respondan por el maltrato a los residentes a través del uso inapropiado de medicamentos antipsicóticos, señaló Human Rights Watch, a pesar de las fuertes regulaciones que existen en papel.

La Ley de Reforma de Residencias de Ancianos de 1987 estableció sólidas protecciones legales de los derechos de las personas en hogares de ancianos, Human Rights Watch descubrió que las reglamentaciones relativas a los fármacos antipsicóticos se implementan con poca fuerza. Los datos de CMS muestran que los inspectores del gobierno habían emitido 7.039 citaciones a centros de cuidados para ancianos por infracciones relacionadas con medicamentos antipsicóticos entre 2014 y mediados de 2017. Dado que el 97 por ciento de estas citaciones fueron consideradas como no causantes de “daños reales”, no ameritaron sanciones financieras obligatorias, el principal medio coercitivo para hacer cumplir las reglas. Como era de esperar, Human Rights Watch también encontró que tales citaciones no cambiaban el uso de medicamentos antipsicóticos en esos hogares.

Algunos centros de cuidados para ancianos han reducido significativamente el uso de medicamentos antipsicóticos, según descubrió Human Rights Watch, al revisar cuidadosamente las necesidades de los residentes. En retrospectiva, el personal de estas residencias concluyó que los medicamentos se habían usado demasiado. Un director de enfermería en Kansas dijo: “Esto solía ​​ser como un pabellón de la muerte (…) La mitad de nuestros residentes tomaban antipsicóticos”.

CMS y sus contrapartes estatales deben reforzar su aplicación de las regulaciones federales con respecto a los medicamentos antipsicóticos. Se debe informar a los residentes y sus familias que tienen derecho a que se les informe sobre sus alternativas de tratamiento y su derecho a rechazarlas. El gobierno debería asegurarse de que los hogares de ancianos empleen a suficiente personal para proporcionar la atención adecuada.

“El gobierno de EE.UU. paga a los hogares de ancianos decenas de miles de millones de dólares por año para brindar cuidados y apoyo adecuados a las personas que viven en sus instalaciones”, dijo Flamm. “Los funcionarios tienen el deber de garantizar que estas personas, a menudo vulnerables, sean protegidas y no abusadas”.
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6 ene 2018

La aclaración de Human Rights Watch por su postura sobre FARC-Fujimori

Por José Miguel Vivanco
El 27 de diciembre, Claudia Peiró publicó una columna de opinión, titulada "El doble estándar de los que condenan el perdón a Fujimori pero aplauden la amnistía a las FARC en Colombia", que es un magnífico ejemplo de lo que nunca debería hacer un periodista serio.

La columna en apenas 13 párrafos, contiene varios errores graves sobre el conflicto armado en Colombia, la discusión pública en ese país y principios básicos de derecho internacional. Me limitaré a aclarar los dos puntos en los que Peiró se refiere a Human Rights Watch y a mi persona en particular.

Primero, la columna sostiene que Human Rights Watch no ha hecho "ningún pronunciamiento" sobre la impunidad que le otorga a las FARC el acuerdo de paz en Colombia. La frase es tan errónea que le resultaría graciosa a cualquier persona que conozca el debate público en Colombia. De hecho, Human Rights Watch, y yo en particular, hemos criticado firmemente las inadmisibles concesiones de impunidad del gobierno de Santos a las FARC.

Si Peiró hubiera querido corroborar la veracidad de su afirmación, podría haber ingresado a la página web de HRW donde habría encontrado más de una decena de duros pronunciamientos sobre este tema. También podría haber consultado en Google, donde además habría encontrado mis múltiples declaraciones a la prensa colombiana e internacional al respecto, y quizás se hubiera topado con alguna de las numerosas críticas que hemos recibido por supuestamente ser "demasiado" críticos del acuerdo de paz e "inflexibles" en nuestras exigencias de que exista una justicia genuina para las víctimas.

En segundo lugar, el artículo sugiere -aunque sin nombrarnos directamente en este párrafo- que HRW ha criticado con mayor "entusiasmo" el indulto a Fujimori que "a los grupos extremistas que se alzaron en armas contra la democracia", en particular a las FARC. Una vez más, Peiró comete un error serio que podría haber evitado con tan solo acceder a nuestra página web. De haberlo hecho, allí habría encontrado informes sobre los crímenes de lesa humanidad y de guerra que le atribuimos a las FARC, incluyendo violencia sexual, uso de minas antipersonales y bombas cilindros, secuestros y reclutamiento de menores.

Ojalá la próxima vez que Peiró escriba sobre nuestro trabajo, tenga la gentileza de, al menos, acceder a nuestra página web: www.hrw.org o contactarnos al correo electrónico hrwpress@hrw.org

José Miguel Vivanco es Director de Human Rights Watch, con sede en Washington DC, Estados Unidos