En Brasil se encuentra en el debate del congreso el tema de la responsabilidad penal para adolescentes, la propuesta es reformarla de 18 años a 16 años, criminalizando a los y las adolescentes.
En ese sentido, traducimos un artículo relacionado al tema "Todos los países que redujeron la imputabilidad penal no disminuyeron la violencia".
En ese sentido, traducimos un artículo relacionado al tema "Todos los países que redujeron la imputabilidad penal no disminuyeron la violencia".
Volvió a ingresar en la agenda del Congreso de Brasil la cuestión de reducir la responsabilidad penal de los y las adolescentes.
¿Para qué? Nuestra legislación ya hace responsable de actos ilícitos a los mayores de 12 años de edad en Brasil.
Según el Código del Niño y del Adolescente, el infractor niño debe recibir medidas educativas como advertencia, obligación de reparar los daños, ofrecer un servicio comunitario, libertad condicional, semilibertad, internamiento. La medida es aplicada según la gravedad de la infracción.
De los 54 países que redujeron la edad de responsabilidad penal, no redujeron la violencia. España y Alemania retrocedieron en responsabilizar a menores de 18 años de edad. Hoy en día, la mayoría de los países establece los 18 años como edad mínima de responsabilidad penal. La tasa de reincidencia en nuestras cárceles es del 70%. No existe en Brasil, una política penitenciaria, o la intención del Estado de recuperar a los detenidos. Una reforma penitenciaria sería tan necesario y urgente como la reforma política. Las estaciones sirven de escuela primaria para el crimen; los cárceles como la escuela secundaria; y la prisión, como las universidades.
En nuestro sistema educativo el índice de reincidencia es de 20%, lo que indica que el 80% de los adolescentes infractores son recuperados.
Reducir la responsabilidad penal es tratar el efecto, no la causa. Nadie nace delincuente o criminal. Un joven entra en el crimen debido a la falta de educación, afecto familiar, y debido a la presión de los consumidores que lo convencen de que sólo será reconocido socialmente si lleva o usa ciertos productos de diseño.
De todos modos, el delincuente juvenil es el resultado de la negligencia del Estado, lo que no garantiza tantos centros de niños de guardería y educación de calidad; áreas deportivas, el arte y el entretenimiento; y sus padres el trabajo decente o un ingreso mínimo para que puedan sobrevivir con dignidad en caso de desempleo.
Deberían ser castigados los que usan adolescentes para delinquir.
Cuatro razones a favor de no reducir la responsabilidad penal en adolescentes
1. Las leyes no pueden invocar la excepción:
La manera como la prensa retrata estos crímenes cometidos por los adolescentes, nos da una falsa impresión de que ellos son los más frecuentes. Es justamente lo contrario. El informe de UNICEF de 2007, "Porqué decir que no a la reducción de la imputabilidad penal" muestra que los crímenes de homicidio son las excepeción.
En Sao Paulo, entre 2000 y 2001, con 2,100 adolescentes acusados de haber cometido infracciones, se observa que la mayoría se caracteriza por crímenes contra el patrimonio. Hurto, robo y tenencia de arma representa 58,7%, homicidio no llegó a representar ni el 2%.
Para ése entonces, sólo 83 infractores cumplían medidas socioeducactivas por haber cometido robo, en la Fundación Casa (centro para adolescentes), menos del 1% del total.
2. Reducción de la responsabilidad penal no disminuye la violencia. El debate se centró en los efectos, y no en las causas de la violencia:
Cómo ya ha sido señalado, la primera reacción de la sociedad cuando un adolescentes comete un crímen grave es pedir la reducción de la responsabilidad penal. "Toda la teoría científica es para demostrar que [la reducción] no representa beneficios en términos de seguridad para la población", dijo Marcos Vinicius Furtado. La discusión de la edad legal sólo cambia el enfoque de las causas reales de la violencia.
El Instituto en contra de la violencia en Brasil señaló que las investigaciones realizadas en las áreas sociales y de educación, apuntan a que en Brasil, la violencia está profundamente ligada a cuestiones como: la desigualdad social, exclusión social, impunidad, fallas en la educación familiar y/o escolar, principalmente la llamada educación en valores o comportamiento ético, y finalmente ciertos procesos culturales exacerbados en nuestra sociedad como individualismo, consumismo y cultura del placer.
En general, el adolescente infractor es pobre, tiene muchos hermanos y los padres apenas pueden sostener y dar una educación ideal. Por no hablar de cuando el joven es abandonado por sus padres, cuando uno o ambos murieron, cuando el niño no sabe ni siquiera quién es su padre, entre otras complicaciones.
Por supuesto, es bueno para evitar una posición determinista, la pobreza y la falta de afecto sola no produce criminales. Pero la falta de estructura familiar, la educación, la mayor exposición a la violencia en los suburbios y la falta de políticas públicas para estos jóvenes los hacen más susceptibles a cometer delitos menores (subrayado nuestro).
3. La reducción de la edad penal volvería más caótico el sistema penitenciario brasileño y aumentaría el número de reincidentes:
Tenemos en Brasil más de 527.000 prisioneros y un déficit de al menos 181.000 puestos de trabajo. No tenemos que profundizar en el hacinamiento y las condiciones inhumanas de las cárceles brasileñas, es obvio que este sistema no es capaz de recuperar a alguien. "La medida podría volver a los adolescentes en más peligrosos".
UNICEF ha destacado antes ése tipo de problemas e Estados Unidos, cuando adolescentes y adultos fueron colocados en los mismos presidios, conllevando a una violencia agrabada. Los adolescentes que cumplieron sus penas, volvieron a delinquir de una manera más violenta incluso comparado con aquellos que fueron sometidos a una justicia especial para niños, niñas y adolescentes.
4. Contrariamente a lo que se difunde, reducir la edad de imputabilidad penal no es una tendencia del movimiento internacional:
Datos de la ONU, investigación de cada 4 años "tendencias delictivas" (Crimes Trend) muestran que son pocos los países que definen el adulto como persona menor de 18 años y la mayoría de éstos países no garanticen los derechos básicos de la ciudadanía a sus jóvenes.
Según UNICEF, de 53 países, sin contar Brasil, 42 países (79%) adoptan la mayoría de responsabilidad penal a los 18 años de edad o más. Este ajuste mayoritario sigue las recomendaciones internacionales que sugieren la existencia de un sistema de justicia especializado para procesar, juzgar y sancionar a menores de 18 años de edad. En otras palabras, la tendencia era contar con jueces especializados para menores de edad, como lo era en Brasil.
1. Las leyes no pueden invocar la excepción:
La manera como la prensa retrata estos crímenes cometidos por los adolescentes, nos da una falsa impresión de que ellos son los más frecuentes. Es justamente lo contrario. El informe de UNICEF de 2007, "Porqué decir que no a la reducción de la imputabilidad penal" muestra que los crímenes de homicidio son las excepeción.
En Sao Paulo, entre 2000 y 2001, con 2,100 adolescentes acusados de haber cometido infracciones, se observa que la mayoría se caracteriza por crímenes contra el patrimonio. Hurto, robo y tenencia de arma representa 58,7%, homicidio no llegó a representar ni el 2%.
Para ése entonces, sólo 83 infractores cumplían medidas socioeducactivas por haber cometido robo, en la Fundación Casa (centro para adolescentes), menos del 1% del total.
2. Reducción de la responsabilidad penal no disminuye la violencia. El debate se centró en los efectos, y no en las causas de la violencia:
Cómo ya ha sido señalado, la primera reacción de la sociedad cuando un adolescentes comete un crímen grave es pedir la reducción de la responsabilidad penal. "Toda la teoría científica es para demostrar que [la reducción] no representa beneficios en términos de seguridad para la población", dijo Marcos Vinicius Furtado. La discusión de la edad legal sólo cambia el enfoque de las causas reales de la violencia.
El Instituto en contra de la violencia en Brasil señaló que las investigaciones realizadas en las áreas sociales y de educación, apuntan a que en Brasil, la violencia está profundamente ligada a cuestiones como: la desigualdad social, exclusión social, impunidad, fallas en la educación familiar y/o escolar, principalmente la llamada educación en valores o comportamiento ético, y finalmente ciertos procesos culturales exacerbados en nuestra sociedad como individualismo, consumismo y cultura del placer.
En general, el adolescente infractor es pobre, tiene muchos hermanos y los padres apenas pueden sostener y dar una educación ideal. Por no hablar de cuando el joven es abandonado por sus padres, cuando uno o ambos murieron, cuando el niño no sabe ni siquiera quién es su padre, entre otras complicaciones.
Por supuesto, es bueno para evitar una posición determinista, la pobreza y la falta de afecto sola no produce criminales. Pero la falta de estructura familiar, la educación, la mayor exposición a la violencia en los suburbios y la falta de políticas públicas para estos jóvenes los hacen más susceptibles a cometer delitos menores (subrayado nuestro).
3. La reducción de la edad penal volvería más caótico el sistema penitenciario brasileño y aumentaría el número de reincidentes:
Tenemos en Brasil más de 527.000 prisioneros y un déficit de al menos 181.000 puestos de trabajo. No tenemos que profundizar en el hacinamiento y las condiciones inhumanas de las cárceles brasileñas, es obvio que este sistema no es capaz de recuperar a alguien. "La medida podría volver a los adolescentes en más peligrosos".
UNICEF ha destacado antes ése tipo de problemas e Estados Unidos, cuando adolescentes y adultos fueron colocados en los mismos presidios, conllevando a una violencia agrabada. Los adolescentes que cumplieron sus penas, volvieron a delinquir de una manera más violenta incluso comparado con aquellos que fueron sometidos a una justicia especial para niños, niñas y adolescentes.
4. Contrariamente a lo que se difunde, reducir la edad de imputabilidad penal no es una tendencia del movimiento internacional:
Datos de la ONU, investigación de cada 4 años "tendencias delictivas" (Crimes Trend) muestran que son pocos los países que definen el adulto como persona menor de 18 años y la mayoría de éstos países no garanticen los derechos básicos de la ciudadanía a sus jóvenes.
Según UNICEF, de 53 países, sin contar Brasil, 42 países (79%) adoptan la mayoría de responsabilidad penal a los 18 años de edad o más. Este ajuste mayoritario sigue las recomendaciones internacionales que sugieren la existencia de un sistema de justicia especializado para procesar, juzgar y sancionar a menores de 18 años de edad. En otras palabras, la tendencia era contar con jueces especializados para menores de edad, como lo era en Brasil.
Notas relacionadas:
** "CIDH preocupada por la iniciativa de reforma constitucional en Brasil que rebajaría la edad de responsabilidad penal de los adolescentes".
Traducción libre del Equipo de Incidencia en Derecho.
Traducción libre del Equipo de Incidencia en Derecho.
Fuente Pragmatismo Político: http://www.pragmatismopolitico.com.br/2013/04/pela-nao-reducao-da-maioridade-penal.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario