En muchos de los archivos de la Dirección de Inteligencia de la policía
de la provincia de Buenos Aires (DIPBA) quedaron registradas las
conductas sexuales de algunos de los detenidos. La Comisión Provincial
por la Memoria está catalogando esos documentos para identificar en qué
casos la persecución se orientaba por la elección sexual.
Conducta lesbiana”, “costumbres demasiados liberales”, “amanerado”,
“temperamento afeminado”, “invertidos”, “amanerados”, “nunca se lo ve
acompañado con personas del sexo opuesto”. Esas frases o palabras usó la
Dirección de Inteligencia de la policía de la provincia de Buenos Aires
(DIPBA) para describir situaciones de la vida de las personas. En esos
archivos, más otros de la Prefectura, se evidencia un discurso punitorio
sobre las sexualidades no heteronormativas. Durante la última dictadura
cívico-militar hubo muchas formas de ser considerado “subversivo”. Ser
estudiante, tener participación política o gremial, tener una sexualidad
no heteronormativa, eran solo algunas de las razones para ser encerrado
y torturado. Pero estas razones se podían combinar. La Comisión
Provincial por la Memoria (CPM) está trabajando para catalogar esos
documentos e identificar en qué casos la persecución se orientaba por la
elección sexual. En Córdoba, en paralelo, lo están haciendo a través
del Archivo Provincial por la Memoria. Infojus Noticias accedió a los archivos.
“En plena dictadura militar, un ex jefe de la policía bonaerense
realizó una denuncia por la desaparición de un ciudadano alemán, con
quien se cree tenía una relación amorosa. La DIPBA realizó su propia
investigación del caso por tratarse de un vínculo entre una persona
relacionada con la llamada ‘subversión’ y un ex jefe de la fuerza. En un
detallado informe se habla de la dudosa moralidad de ambos, de la
‘convivencia’, de los vínculos del ex policía con ‘la izquierda’, y de
cómo este último intenta rescatar a su pareja de la detención y
desaparición”, contó a Infojus Noticias Cristian Prieto, de la CPM, que trabajó junto a Samanta Salvatori en la compilación temática de archivos LGBT.
“La búsqueda en el archivo está definida por mesas en las que se
archiva la información. Por ejemplo están la ‘mesa laboral’, la de
‘delincuentes subversivos’, y la de ‘factores gremiales’. No hay una
particular relacionada a la sexualidad, pero empezamos a encontrar que
en los informes aparecían detalladas las conductas sexuales. Por
ejemplo, un documento de averiguación de paradero de una persona que
estaba detenida por su orientación sexual en una mesa de ‘delincuencia
subversiva’. También encontramos información de cómo se comportó la
sociedad ante la orientación sexual de sus vecinos y sus vínculos,
porque quedó reflejada en los testimonios que le daban a la policía”,
explicó Salvatori.
Según los análisis de la CPM, el término “pederasta” no fue utilizado
por los agentes de la DIPBA para perseguir a las personas que cometían
abusos a menores, sino para catalogar a los homosexuales de manera
despectiva. A esta palabra le agregaban los calificativos de “activo” o
“pasivo” con la intención de dar cuenta el rol de las personas en el
acto sexual. En varios legajos junto con los datos personales y
políticos de los espiados se puso de manifiesto también la
homosexualidad. Sobre la comunidad trans, dicen que ya durante los ‘60
la DIPBA comenzó un trabajo de inteligencia sobre “los travestis” o
“actos travestis”. En las décadas siguientes, y sobre todo en los ‘90,
la inteligencia se abocó a indagar en los casos que fueron relevantes
para los medios de comunicación, como también en establecer una relación
entre la prostitución y la comunidad trans.
En el archivo figuran volantes hechos por diferentes espacios de la
sociedad civil que fueron recogidos por la DIPBA: “Los agentes de la
inteligencia estuvieron siempre bien atentos para incorporar en sus
informes estas denuncias sobre la presencia de ‘homosexuales’,
‘lesbianas’ y ‘marimachos’ en las organizaciones políticas, en los
gremios o en las instituciones gubernamentales”. Todos los nombres del
archivo están bajo reserva por la ley de “hábeas data”. El proyecto de
la DIPBA se lleva adelante desde el programa de investigación del área
de Educación, Investigación y Archivo de la CPM.
Una historia oral: el caso cordobés
Pablo Becerra formó junto a Natalia Magrin un proyecto de investigación
en la Comisión Provincial por la Memoria en Córdoba, para registrar
testimonios de personas del colectivo LGBT que sufrieron vejámenes por
las fuerzas armadas en la dictadura. Su trabajo es audiovisual y forma
parte del Archivo de la Memoria cordobés.
"Durante las décadas del ‘60 y comienzo de los ‘70 se encauzaron las
reivindicaciones y reclamos a partir de organizaciones como el Frente de
Liberación Homosexual (FLH) y la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
En 1969 surge en Buenos Aires la revista Nuevo Mundo, fundada entre
otros por el sindicalista y militante comunista Héctor Anabitarte, que
funcionaba clandestinamente. Este grupo se unió con lo que después fue
el Frente de Liberación Homosexual, que se conformó con la intención de
construir un frente de lucha", dice el proyecto de la CPM
Con el golpe de Estado de 1976 todos estos movimientos fueron
fuertemente golpeados casi hasta su desaparición total. Así muchos de
los militantes de estas organizaciones y sus seguidores que habían
irrumpido en la esfera política, en un diálogo conflictivo con la
izquierda revolucionaria, buscaron refugio en el extranjero,
principalmente donde prosperaban las nuevas teorías libertarias, como
Europa; pero no todos tuvieron la oportunidad de irse del país y muchos
fueron visto en los Centros Clandestinos de Córdoba, como La Perla y el
Ex D2”, dice el informe.
La colección de entrevistas busca reflejar las experiencias y
subjetividades vividas por los grupos no heterosexuales y busca aportar
nuevos elementos para repensar y analizar la historia reciente. "El
trabajo está creado a partir de testimonios frente a cámara que relatan
cómo era vivir, sobrevivir y esconderse de la represión. Todavía está en
construcción", dijo Becerra.
Fiestas, baños y exilios
En Buenos Aires, tanto la Policía Federal como la provincial fueron
parte activa de las fuerzas represivas durante la dictadura cívico
militar, aportando a los militares con prácticas ilegales de
persecución. En una entrevista de 1982, el entonces jefe de la División
de Moralidad, comisario Carlos Alberto Golemme, decía que las brigadas
buscaban transgresores del edicto 2H, que penaba a las "personas de uno u
otro sexo que públicamente incitaran o se ofrecieran al acto carnal”.
Golemme identificaba como homosexuales “a los que cumplen la función de
pasivos y pagan a un taxi boy”, teniendo en cuenta que “en las
relaciones con su mismo sexo, quien desempeña el rol activo no es
homosexual”. Para el caso de las mujeres, el comisario decía que siempre
“se castiga a quien cobra y no a quien paga”.
Flavio Rapisardi escribió en coautoría de Alejandro Modarelli “Fiestas,
baños y exilios”, un libro que rescató a partir del testimonio de
personas que tenían entre 60 y 80 años cómo había sido la vida durante
la dictadura. “Sobre la persecución hacia la diversidad de géneros en la
dictadura hay que resaltar la que se dio a través del control policial.
El único dato que tenemos en los campos de tortura y exterminio es a
través de la palabra del rabino Marshall Meyer. Él le dijo a Carlos
Jáuregui que las torturas a las personas judías, a la diversidad sexual y
a las personas que tenían discapacidad eran especialmente cruentas.
Aunque es muy difícil decir esto, porque ninguna tortura es poco
cruenta. Lo que sí puede existir es el ensañamiento, que es lo que dijo
Meyer”, explicó Rapisardi.
"Cifras reales de los desaparecidos por su elección sexo genérica no
existen. Y transferir el porcentaje de población LGBT a los
desaparecidos es una operación ridícula. Básicamente porque muchos de
los desaparecidos que fueron torturados y asesinados en los campos de
concentración, y pertenecían a la militancia del Frente de Liberación
Homosexual, eran además militantes de izquierda, de Montoneros, de la
JUP o del ERP. Tenían doble o triple militancia, por lo tanto ¿por qué
desaparecieron? Son preguntas contrafácticas", dijo Rapisardi.
Y agregó que "ese especial ensañamiento y persecución” durante la
dictadura luego continuó. “A muchos se les mezclaba la dictadura con el
primer tiempo del gobierno de Alfonsín, porque la policía siguió
actuando como si estuviera en dictadura y porque los códigos de faltas
recién fueron derogados en la década del ‘90. Para nombrar una fecha, en
1985, cuando Antonio Troccoli era ministro del Interior de la derecha
de la UCR, se produjeron las peores represiones a la comunidad".
Fotos de los archivos: Gentileza de la Comisión Provincia por la Memoria.
INFOJUS
Por Matías Máximo.
Fuente Infojus Noticias: http://infojusnoticias.gov.ar/nacionales/marimacho-y-afeminado-la-persecucion-a-los-gays-durante-la-dictadura-7912.html
Por Matías Máximo.
Fuente Infojus Noticias: http://infojusnoticias.gov.ar/nacionales/marimacho-y-afeminado-la-persecucion-a-los-gays-durante-la-dictadura-7912.html
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