20 ene 2015

Los adolescentes tienen el doble de probabilidades de no ir a la escuela que los niños en edad escolar primaria

Alrededor de 63 millones de adolescentes de 12 a 15 años no ejercen su derecho a una educación, según un nuevo informe conjunto del Instituto de Estadística de la UNESCO y UNICEF.

A escala mundial, 1 de cada 5 adolescentes está fuera de la escuela, en comparación con 1 de cada 11 niños en edad escolar primaria. Así que los adolescentes tienen el doble de probabilidades de no recibir una educación que los niños y niñas de menos edad. El informe también muestra que, a medida que los niños crecen, aumenta el riesgo de que nunca empiecen la escuela, o de que la abandonen.

En total, 121 millones de niños y adolescentes no han comenzado nunca sus estudios, o los han abandonado, a pesar de la promesa de la comunidad internacional de lograr la Educación para Todos en 2015. Los datos muestran que no ha habido casi ningún progreso en la reducción de este número desde 2007. Los niños que viven en situaciones de conflicto, los niños que trabajan y los niños que sufren discriminación basada en el origen étnico, el género y la discapacidad son los más afectados. También hay una creciente preocupación de que los avances que se han logrado hasta ahora en la ampliación del acceso a la educación podrían debilitarse si no se produce un cambio importante en las políticas y los recursos.


“Las estrategias que se utilizan habitualmente, como el aumento de maestros, aulas y libros de texto, no son suficientes para llegar a los niños más desfavorecidos”, dijo la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova. “Necesitamos intervenciones selectivas para llegar a las familias desplazadas por los conflictos, a las niñas obligadas a quedarse en casa, a los niños con discapacidad y a los millones que se ven obligados a trabajar. Pero estas políticas tienen un costo. Este informe es una llamada de atención dirigida a movilizar los recursos necesarios para garantizar a todos los niños la educación básica, de una vez por todas".


A medida que aumenta la presión para incluir la educación secundaria universal en la agenda mundial del desarrollo posterior a 2015, el informe muestra el camino a seguir para eliminar los obstáculos que mantienen a los niños fuera de la escuela. Si continúan las tendencias actuales, es probable que 25 millones de niños –15 millones de niñas y 10 millones de niños– nunca entrarán a una escuela.

“A fin de convertir en realidad la promesa de la educación universal para todos los niños, necesitamos un compromiso mundial para invertir en tres esferas: lograr que aumente el número de niños que van a la escuela primaria; ayudar a más niños –especialmente las niñas– a permanecer en la escuela hasta la educación secundaria; y mejorar la calidad del aprendizaje que reciben durante todo el proceso educativo”, dijo el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “No debe haber ningún debate sobre estas prioridades: tenemos que llevar a cabo las tres, porque el éxito de todos los niños, y el impacto de la inversión en la educación, depende de las tres”.

Las tasas más altas de desescolarización se registran en Eritrea y Liberia, donde el 66% y el 59% de los niños, respectivamente, no van a la escuela primaria. En muchos países, los índices de exclusión son aún mayores para los niños de más edad, especialmente las niñas. En el Pakistán acuden a la escuela el 38% de las adolescentes con edades entre los 12 y los 15 años, en comparación con el 49% de los niños.

La pobreza es el mayor obstáculo a la educación, según el informe. En Nigeria, dos tercios de los niños de los hogares más pobres no acuden a la escuela y casi el 90% de ellos probablemente nunca llegarán a matricularse. Como contraste, sólo el 5% de los niños más ricos están sin escolarizar y se espera que la mayoría de ellos comience a estudiar en el futuro (véase la herramienta interactiva de datos).
UNESCO y UNICEF creen que las nuevas políticas deben centrarse específicamente en los niños más marginados como parte de los esfuerzos de más envergadura para mejorar el acceso y calidad de la educación. Para ello, los gobiernos necesitan información sólida sobre quiénes son esos niños, dónde viven, si alguna vez han asistido a la escuela y si tienen posibilidades de hacerlo en el futuro. Pero muchos de estos niños siguen siendo invisibles en los métodos actuales de recopilación de datos. Los niños con discapacidad se encuentran entre los menos visibles –simplemente no existen datos fiables– y por ello se les pasa por alto en las respuestas nacionales para abordar el problema de los niños sin escolarizar.

El informe hace un llamamiento a la acción para invertir en una mejor recopilación de datos y demuestra que llegar a los más marginados puede costar inicialmente más recursos, pero también generar mayores beneficios. Mejores estadísticas y herramientas innovadoras pueden contribuir a ayudar a los gobiernos y los donantes a destinar sus fondos para la educación de una manera más eficaz y eficiente.


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