La guerra en Ucrania, ha provocado el aumento de los precios en los alimentos y la energía, el hambre a nivel global y la inflación, solo un ejemplo de la forma en que la crisis afecta a millones de personas alrededor del mundo, incluyendo a niños, afectados mutuamente.
El informe Prospectsfor Children in the Polycrisis: A 2023 Global Outlook (Perspectivas para los niños en 2023: Un panorama global) también examina otros rangos de áreas significativas, desde el impacto actual de la pandemia COVID-19 hasta la fragmentación de internet y la emergencia climática.
La pandemia del COVID-19 ha destacado la necesidad de una fuerte seguridad sanitaria global y muchos países siguen estando en peligro. Desafortunadamente, son los niños quienes suelen ser los más vulnerables, no tanto al virus en sí, como a sus numerosos impactos.
El aumento de la inflación ha sido la noticia económica del año y, como era de esperar, su impacto pueden pesar mucho en las familias y los niños. Los intentos de frenar la subida de precios también pueden tener graves consecuencias, como la desaceleración del crecimiento económico y la reducción de las oportunidades de empleo, sobre todo para los jóvenes.
La acción del gobierno para ampliar y proteger los beneficios sociales amortigua a los más vulnerables las consecuencias de la austeridad económica.
3.
La inseguridad alimentaria y nutricional continuará
La inseguridad alimentaria ha ido en aumento como consecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, cuellos de botella en las principales cadenas de suministro y conflictos como la guerra en Ucrania.
A medida que suben los precios, a las familias de todo el mundo les resulta más difícil alimentar a sus hijos, y es probable que esto continúe en 2023.
Para billones de personas, el aumento en los precios de la energía está incrementando drásticamente el costo de la vida, y las perspectivas para 2023 son inciertas.
Estas perspectivas han impulsado una mayor atención a la transición hacia fuentes de energía limpias y sostenibles, con el potencial de crear nuevos puestos de trabajo para los jóvenes.
Sin embargo, muchos de ellos no se sienten preparados para estas nuevas carreras, por lo tanto preparar a los jóvenes que buscan empleo con oportunidades de entrenamiento, necesita ser parte crucial de cualquier agenda de energía verde.
5.
Enforcarse en la financiación climática y el alivio de la deuda
Los países en desarrollo se enfrentan a múltiples retos mientras intentan recuperarse de la pandemia, abordar la crisis climática y hacer frente a las tensiones económicas, pero el apoyo financiero a estos países no está aumentando para satisfacer sus crecientes necesidades.
Sin reformas que desbloqueen financiación adicional para el desarrollo, los recursos se dispersarán cada vez más y las necesidades urgentes quedarán sin cubrir, y eso son malas noticias para los niños.
6.
La democracia bajo amenaza, los movimientos sociales retroceden
La democracia se ha visto cada vez más amenazada en los últimos años, y seguirá siendo un desafío en 2023. La inestabilidad política puede conducir a un cambio social positivo, pero también puede dejar la puerta abierta a líderes autoritarios.
7. El aumento del antagonismo complica los
esfuerzos para ayudar a los niños
En una atmósfera de creciente faccionalismo, el multilateralismo se hace más difícil: el número de niños con necesidades se encuentra actualmente en su nivel más alto desde la Segunda Guerra Mundial, y es poco probable que un mundo antagónico conduzca a resultados positivos para los niños.
Es necesario mejorar la cooperación internacional para las organizaciones multilaterales puedan abordar los retos a los que se enfrenta la infancia: todavía hay oportunidades para dejar a un lado las tensiones, encontrar un terreno común y dar prioridad al bienestar de los niños.
8. Internet se vuelve menos abierta y más
fragmentada
Factores tecnológicos, comerciales y políticos están fragmentando la red en islas aisladas de conectividad y gobernanza.
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