¿Es sorprendente lo mostrado recientemente en los audios legalmente recabados por la Fiscalía del Callao y difundidos por IDL-Reporteros?
¿A alguien puede sorprender realmente las denuncias de malos manejos, trapacerías y delitos en el Consejo Nacional de la Magistratura, la Corte Suprema y la Corte del Callao?
¿No se realizaron muchas denuncias antes, alertas, reclamos? ¿Algunos de estos mismos personajes, involucrados en el escándalo de esta temporada, acaso no habían sido objeto de denuncias periodísticas ya?
¿Causa en algún ciudadano informado auténtica sopresa escuchar a consejeros del CNM y jueces de cualquier lado del Perú embarcados en la gestión de intereses privados, en la administración no de la justicia sino de la impunidad?
¿Acaso no litigan por sus derechos víctimas, mujeres, campesinos, periodistas, ciudadanos comunes y corrientes que en este país enfrentan la corrupción institucionalizada a diario?
¿Hay alguien que pueda pensar que es un accidente que se intervenga en el local de la organización que denuncia la corrupción por error y no con el objeto de amedrentarla? ¿Qué se dice una ley mordaza?
¿Acaso esto no ha pasado decenas, centenares de veces antes en el país?
¿No son acaso perseguidos los defensores de derechos humanos, sometidos a campañas de desprestigio, enjuiciados, por atreverse a nombrar lo oscuro? ¿No son tratados de mermeleros, caviares, enemigos del desarrollo y hasta de "terrucos"? ¿No les pasa lo mismo a los líderes sociales y a los periodistas de investigación? ¿No los llenan de juicios, no los encarcelan, no los matan?
¿No tenemos regularmente casos de policías y agentes de seguridad del Estado involucrados directamente no solo en el encubrimiento de delitos, sino en la organozación de los mismos? ¿Acaso no son solo los policías, pues no sabemos todos que en muchas partes del país determinados operadores políticos y económicos tienen tomadas las instituciones para su propio interés?
¿Llama a escándalo que ciertos grupos de poder, medios conservadores, fujimoristas, voceros del montesinismo que quieren reinventarse como decentes, salgan a desalentar a los que reclaman justicia? ¿Es la primera vez que personajes como Martha Chávez niegan lo evidente? ¿Es la primera vez que son cínicos?
¿Acaso no hemos asistido hace poco a la aprobación de normas anticorrupción que no tocan al Congreso, legislación que favorece indebidamente a miembros de grupos de poder económico, leyes que debilitan la libertad de expresión, normas de apología al terrorismo que son solo para vigilar a los ciudadanos?
¿Acaso no hemos visto todos la estructura de corrupción investigada en Lava Jato? ¿Creemos que fué un hecho aislado? ¿Tan aislado como el narcotráfico, la trata de personas, el tráfico de tierras, tan aislado como el tráfico de influencias?
¿Todo es excepcional, como las violaciones de derechos humanos que se quieren reescribir como accidentes lamentables de nuestra historia reciente?
¿Creemos realmente que el ex presidente PPK cayó por una ola anticorrupción de los partidos, no fue un evidente ajuste de cuentas entre quienes querían controlar los efectos de las investigaciones gigantescas fuera del país?
¿Alguna mujer se sorprenderá al escuchar a algún fiscal o juez usar frases machistas, incluso cuando se trata de delitos tan graves como la violación sexual a menores? ¿Es que eso no pasa todos los días? ¿No pasa todos los días como todos los días hay violencia de género, feminicidios, mujeres quemadas?
¿Y acaso no pasa que estos mismo grupos presionan a las autoridades para que no se aplique el enfoque de género, lo que es directamente chantajearlos para que no cumplan sus funciones, para que desprotejan a quienes ahora necesitan más respaldo?
¿Acaso Gustavo Gorriti, para poner un ejemplo de periodista, o la institución en la que trabaja, no han soportado antes los mismos apremios?
¿Es que algo de acá puede llamar a sorpresa? ¿No es un evidente patrón?
¿Causa en algún ciudadano informado auténtica sopresa escuchar a consejeros del CNM y jueces de cualquier lado del Perú embarcados en la gestión de intereses privados, en la administración no de la justicia sino de la impunidad?
¿Acaso no litigan por sus derechos víctimas, mujeres, campesinos, periodistas, ciudadanos comunes y corrientes que en este país enfrentan la corrupción institucionalizada a diario?
¿Hay alguien que pueda pensar que es un accidente que se intervenga en el local de la organización que denuncia la corrupción por error y no con el objeto de amedrentarla? ¿Qué se dice una ley mordaza?
¿Acaso esto no ha pasado decenas, centenares de veces antes en el país?
¿No son acaso perseguidos los defensores de derechos humanos, sometidos a campañas de desprestigio, enjuiciados, por atreverse a nombrar lo oscuro? ¿No son tratados de mermeleros, caviares, enemigos del desarrollo y hasta de "terrucos"? ¿No les pasa lo mismo a los líderes sociales y a los periodistas de investigación? ¿No los llenan de juicios, no los encarcelan, no los matan?
¿No tenemos regularmente casos de policías y agentes de seguridad del Estado involucrados directamente no solo en el encubrimiento de delitos, sino en la organozación de los mismos? ¿Acaso no son solo los policías, pues no sabemos todos que en muchas partes del país determinados operadores políticos y económicos tienen tomadas las instituciones para su propio interés?
¿Llama a escándalo que ciertos grupos de poder, medios conservadores, fujimoristas, voceros del montesinismo que quieren reinventarse como decentes, salgan a desalentar a los que reclaman justicia? ¿Es la primera vez que personajes como Martha Chávez niegan lo evidente? ¿Es la primera vez que son cínicos?
¿Acaso no hemos asistido hace poco a la aprobación de normas anticorrupción que no tocan al Congreso, legislación que favorece indebidamente a miembros de grupos de poder económico, leyes que debilitan la libertad de expresión, normas de apología al terrorismo que son solo para vigilar a los ciudadanos?
¿Acaso no hemos visto todos la estructura de corrupción investigada en Lava Jato? ¿Creemos que fué un hecho aislado? ¿Tan aislado como el narcotráfico, la trata de personas, el tráfico de tierras, tan aislado como el tráfico de influencias?
¿Todo es excepcional, como las violaciones de derechos humanos que se quieren reescribir como accidentes lamentables de nuestra historia reciente?
¿Creemos realmente que el ex presidente PPK cayó por una ola anticorrupción de los partidos, no fue un evidente ajuste de cuentas entre quienes querían controlar los efectos de las investigaciones gigantescas fuera del país?
¿Alguna mujer se sorprenderá al escuchar a algún fiscal o juez usar frases machistas, incluso cuando se trata de delitos tan graves como la violación sexual a menores? ¿Es que eso no pasa todos los días? ¿No pasa todos los días como todos los días hay violencia de género, feminicidios, mujeres quemadas?
¿Y acaso no pasa que estos mismo grupos presionan a las autoridades para que no se aplique el enfoque de género, lo que es directamente chantajearlos para que no cumplan sus funciones, para que desprotejan a quienes ahora necesitan más respaldo?
¿Acaso Gustavo Gorriti, para poner un ejemplo de periodista, o la institución en la que trabaja, no han soportado antes los mismos apremios?
¿Es que algo de acá puede llamar a sorpresa? ¿No es un evidente patrón?
Basta de hipocresías. El país funciona así. A veces necesitamos vladivideos o audios para que la prueba quede remarcada en las pupilas. Pero todos lo sabemos. La pregunta no es si nos indigna. Si nos escandaliza. La pregunta es: ¿Haremos algo? Espero que esta vez sí.
Escribe Ronald Gamarra Herrera.
Ex Procurador Anticorrupción.
Lea también: "Existen riesgos en estrategia que sigue la Fiscalía en Lava Jato, por R. Gamarra".
Fuente Gestión: https://gestion.pe
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