Sentencia histórica de la Corte Penal Internacional (CPI) de la Haya al ordenar indemnizaciones por un total de 10 millones de dólares a congoleños que fueron enrolados como niños soldados a principios de los años 2000.
Corte Penal Internacional (CPI) fijó en 10 millones de dólares la compensación para
los niños soldados obligados a luchar en la milicia del ex jefe de
guerra, Thomas Lubanga, en la República Democrática del Congo.
Más de 420 es el número de víctimas, directas o indirectas, que serán
recompensadas económicamente con 3.400.000 millones de euros. Los fondos
restantes han sido atribuidos a víctimas potenciales dado que los
jueces afirmaron que podrían ser "cientos e incluso miles" los niños que
se vieron obligados a combatir en las filas de la Unión de Patriotas
Congoleños, la milicia del ex líder militar congoleño Thomas Lubanga.
Este criminal de guerra fue condenado en 2012 a 14 años de prisión por haber reclutado
niños soldados entre 2002 y 2003 en Ituri, en la República Democrática
del Congo, país que precisamente podría vivir una grave crisis
humanitaria en 2018 debido a los conflictos internos, los
desplazamientos de población o la desnutrición infantil.
"Hay daños que no se pueden calcular. ¿Cómo calcular una juventud perdida? ¿Eso
vale un millón? ¿Medio millón, 100.000 euros, 10.000 euros, mil euros?",
preguntó en una audiencia el año pasado el representante de las
víctimas, Luc Walleyn.
Quince años después de los hechos, estos jóvenes que abandonaron las armas, que les habían
obligado a tomar, siguen estigmatizados, tienen ideas de suicidio y
viven constantemente en el miedo, habían señalado los expertos.
Muchas de las niñas que, como los niños, fueron forzadas a integrar las
milicias, volvieron a casa años más tarde, a veces con un hijo en los
brazos, fruto de las violaciones que sufrieron, y se encontraron con el
rechazo de su familia o de la comunidad.
La mayoría de ellas quieren, antes que nada, "volver a la escuela", había
afirmado James Mehigan Mehigan, abogado de esta oenegé, para "aprender y
ganarse de nuevo el respeto de su comunidad".
Pero, para la defensa, el autor de estos reclutamientos, que purga el final de su pena en una cárcel congoleña y tendría que salir en libertad antes del 2020, no tiene que pagar.
Su abogado, Jean-Marie Biju-Duval, había asegurado el año pasado que Lubanga se convertiría en el "chivo expiatorio del fenómeno de los niños soldados en Ituri", que existe desde finales de los años 90.
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