En el marco del debate por la bja de imputabilidad, el Ministerio de Justicia presentó un estudio sobre el involucramiento de los jóvenes en prácticas delictivas y el cosnsumo de sustancias psicoactivas. El informe destacó que "más de un tercio de los encuestados que cometieron al menos un delito lo hizo antes de los 13 años".
La Dirección en materia de Justicia y Legislación Penal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación presentó los resultados de una investigaciones sobre el involucramiento en pácticas de delitos callejeros y el consumo de sustancias psicoactivas por parte de los adolescentes y jóvenes en condiciones de vulnerabilidad social.
El estudio titulado "Vulnerabilidad Social, Adicciones y Prácticas
Delictivas" enfatizó que “más de dos tercios de los encuestados
refirieron haber cometido hurtos a la familia a fin de obtener recursos
para consumir drogas”. Al ser preguntados sobre delitos cometidos fuera
de la casa, 6 de cada 10 respondieron “haber cometido al menos un delito
fuera del ámbito familiar”.
En este sentido, el recorte etario determinó que en los jóvenes de hasta 18 años el
"involucramiento en las prácticas delictivas aumenta considerablemente",
dado que apenas 2 de cada 10 refieren no haber cometido delitos. Entre
los que cometen delitos, el consumo de drogas “se produce en edades más
tempranas, siendo el promedio de 13,7 años, en tanto para los que
manifestaron no haberse involucrado en delitos, el promedio es de 17,2
años".
Asimismo, el documento señaló que el inicio en el "consumo es más temprano que en
la comisión del primer delito, mientras que el abandono escolar se da
luego", y añadió: "Se puede inferir que muchos niños y adolecentes
inician el consumo de drogas y las prácticas delictivas estando aún
vinculados con la institución escolar. Se evidencia así el papel
fundamentan de la escuela como ámbito de prevención” (subrayado nuestro).
En el informe también advirtió que a "mayor participación en la educación y/o trabajo forma, menor proporción
de involucramiento en prácticas delictivas"; mientras que entre quienes
tenían empleos precarios -changas o trabajo en negros- delinquieron el
73 por ciento, en tanto que entre quienes tenían trabajo registrado, el
porcentaje descendió notablemente.
Respecto de la edad de ocurrencia del primer robo fuera del hogar, más de un tercio de los
encuestados que cometieron al menos un delito lo hizo antes de los 13
años. "El corte por franjas etarias permite inferir que a menos edad se
observa un mayor porcentaje de involucramiento en prácticas delictivas,
siendo el robo el delito de mayor prevalencia" .
Acerca del estado toxicológico en que se encontraban durante ese primer delito,
más de la mitad dijo estar bajo los efectos de la droga o alcohol. Por
su parte, 8 de cada 10 afirmó haberse involucrado posteriormente en
otros delitos, entre los cuales también el robo fue el más referido.
Consultados acerca de las motivaciones, la obtención de dinero para
drogas ocupó el primer lugar.
Respecto al uso de armas, 7 de cada 10 personas respondieron haber
utilizado algún tipo de arma para cometer al menos un delito, siendo las
armas de fuego las más utilizadas. Específicamente, la mayoría de los
que mencionaron tener armas en su hogar, se involucraron en este tipo de
prácticas.
"Ambas practicas, el consumo de sustancias psicoactivas y el involucramiento en delitos,
más que proceder una de otra, integran un amplio abanico de prácticas de
riesgo que se desarrollan a partir de raíces comunes, particularmente
vinculadas a las condiciones de vulnerabilidad social", concluyó el
informe.
Fuente Diario Judicial: http://www.diariojudicial.com/nota/77290
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