7 feb 2016

Guatemala juicio por esclavitud sexual cometida por militares

El 1 de febrero comenzó en Ciudad de Guatemala un caso histórico. Se trata del enjuiciamiento de dos militares, Esteelmer Francisco Girón y Heriberto Valdéz Asig, acusados de haber cometido crímenes de esclavitud sexual contra mujeres indígenas en la base militar de Sepur Zarco.

Para saber más sobre el caso y su magnitud, Radio Canadá Internacional pudo conversar con Pascal Paradis, director del organismo no gubernamental canadiense Abogados sin Fronteras Canadá.

El caso Sepur Zarco es el primero en Guatemala que trata específicamente sobre el uso de la violencia sexual contra las mujeres y niñas durante un conflicto ante un tribunal penal.

La organización de la sociedad civil canadiense Abogados Sin Fronteras Canadá apoya a las tres organizaciones que conforman la parte civil para representar a las víctimas durante el juicio. Estas entidades son la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG) que se encarga del monitoreo de las víctimas y de la comunicación. La segunda entidad es Mujeres Transformando el Mundo (MTM), responsable de los aspectos legales y la tercera entidad es el Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial (ECAP) que participa en la atención psicosocial a las víctimas.

Sepur Zarco es una comunidad ubicada el este de Guatemala. Su población es mayoritariamente indígena, por lo cual sufrió la violencia de las operaciones militares la guerra civil que duró desde 1960 hasta la firma de los Acuerdos de paz de 1996.
A principios de la década de 1980, la dictadura militar guatemalteca, que contaba con el apoyo del gobierno estadounidense, instaló unas seis bases militares en la zona, cada con una función específica.

En un documento público, el organismo canadiense Abogados sin Fronteras indica que la base militar de Sepur Zarco fue utilizada como lugar de reposo y “relajamiento” de los militares.

La llegada de las tropas a la comunidad de Sepur de Zarco significó la detención y desaparición de los líderes indígenas, además de la violación sistemática de las mujeres viudas por parte de los miembros del ejército.

En la base militar Sepur Zarco las mujeres tenían que realizar por turnos las tareas domésticas como lavar los uniformes de los militares o preparar las comidas. Todo esto sin recibir pago alguno por el trabajo. Durante esas jornadas de trabajo, las mujeres indígenas guatemaltecas también fueron violadas en repetidas ocasiones por los militares, ya sea individualmente o en grupo.

Abogados sin Fronteras Canadá considera que este caso representa un paso importante en la lucha contra la impunidad de los autores que cometieron crímenes de género durante la larga guerra civil en Guatemala. El caso es también importante para el reconocimiento histórico de que estos tipos de crímenes fueron cometidos por los militares contra las mujeres indígenas guatemaltecas, cuyo fallo sentará jurisprudencia.

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