"El acoso sexista en en el transporte público francés". En Francia, un reciente informe público reveló que 100% de las mujeres usuarias del transporte público, por lo menos una vez en su vida, han sido víctimas de acoso sexista o incluso de agresión sexual en ese contexto. El gobierno promete tomar medidas.
La situación actual
Manos en las nalgas, palabras sexistas y degradantes, miradas libidinosas o roces furtivos durante las horas críticas, son las formas que adquieren el acoso y la violencia sexista en el transporte público. Este tipo de agresiones deben ser reconocidas y combatidas por todos, ya sean usuarios, personal o autoridades. Estas son las conclusiones del Alto Consejo por la Igualdad de Género en Francia que, en abril, publicó un informe sobre el asunto, sacando a la luz una realidad que hasta ahora a menudo se callaba.
"Poder circular y ocupar el espacio público sin peligro o amenazas es una libertad fundamental", recordó la Secretaria de Estado encargada de los derechos de la mujer, Pascale Boistard. La ministra de Salud, Marisol Touraine, prometió por su parte adoptar resoluciones fuertes
Propuestas para combatir el acoso
Entre otras medidas, el Alto Consejo por la Igualdad de Género - que entregó su informe al gobierno socialista - propone implementar una campaña de comunicación permanente en los autobuses, metros y tranvías para informar a las víctimas sobre sus derechos y a los agresores sobre las penas a las que se enfrentarían.
No obstante, la leyes no son suficientes, reconoce Romain Sabathier, secretario general del Alto Consejo para la Igualdad de Género en Francia.
Francia podría inspirarse en el modelo canadiense que permite, por ejemplo, que los buses se detengan entre dos paradas, después de cierta hora durante la noche, para que las mujeres que así lo pidan tengan una distancia menor que recorrer hasta llegar a sus casas.
El Alto Consejo por la Igualdad de Género también recomendó la divulgación, en todos los medios de transporte público, del número de emergencia de la empresa estatal ferroviaria, SNCF, el 3117.
En Europa, el tema del acoso sexista en las calles saltó a la actualidad en 2012 con un documental de la belga Sofie Peteers, que filmó, con cámara oculta, la odisea que vivía al pasearse por la calles de ciertos barrios de Bruselas.
Las asociaciones participan en la lucha
En Francia, en las últimas semanas, colectivos llamados "Alto al acoso callejero" se han movilizado en ciudades como París, Lyon o Lille. Anne-Marie Risvegliato, franco-uruguaya de 29 años, es una participante activa del colectivo en París; opina que la mayoría de las agresiones no tienen nada que ver con la seducción. Señala que quienes minimizan - incluso mujeres - el acoso sexual en áreas públicas o en el transporte, calificándolo de simple desliz, estimulado a veces por el alcohol, se equivocan.
Según el informe del Alto Consejo por la Igualdad de Género, las mujeres están más expuestas a la violencia sexista y sexual en los buses y transportes escolares. Ello constituye una prueba más de que la educación es primordial, considera Anne-Marie Risvegliato.
Tales comportamientos no se dan solo en las grandes urbes, también están presentes en las zonas rurales francesas.
Dimensión Internacional del acoso
Pero Francia no es un caso único. En varias capitales latinoamericanas, las autoridades han tenido que tomar medidas radicales frente a esta situación.
En Bogotá, el fenómeno también existe , como lo confirmó Sebastián, colombiano de visita en París, que nos habló de la situación en la capital colombiana. En Ciudad de México o en San Pablo, Brasil, existen vagones exclusivamente para mujeres. Una medida que podrían adoptar otras ciudades en Colombia, Ecuador o Perú, por ejemplo.
Romain Sabathier del Alto Consejo por la Igualdad de Género en Francia estima que se trata en esos casos de soluciones correspondientes a otra época. Observa que no hay que dividir a la población sino enseñar a todos a vivir juntos. Anne-Marie Risvegliato del colectivo "Alto al acoso callejero" expresa su acuerdo con este punto de vista.
Por ahora, el gobierno francés no ha tomado ninguna medida concreta. Antes del verano, un grupo de trabajo sobre la seguridad en el transporte público le debe entregar sus conclusiones. Lo cierto es que "ya se ha liberado la palabra", declaró satisfecha la Secretaria de Estado para los derechos de la mujer, Pascale Boistard. Después de todo, "nombrar es revelar y revelar ya es empezar a actuar", como dijo un día la filosófa feminista francesa Simone de Beauvoir.
Entrevistados: Romain Sabathier, secretario general del Alto Consejo para la Igualdad de Género en Francia; Anne-Marie Risvegliato, colectivo "Alto al acoso callejero", París; parisinas y parisinos, usuarios del metro y de los trenes de cercanías.
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