"John Baird: Apoyando a un pueblo oprimido"
A principios de este año, Irán eligió un nuevo
presidente, Hassan Rouhani, cuya manera, estilo y lenguaje difieren totalmente
de la postura y el comportamiento beligerante de su predecesor Mahmoud
Ahmadinejad. El tono conciliador y el enfoque adoptado por el nuevo presidente
es bienvenido, en especial, en lo relacionado con la diplomacia en los
programas nucleares de Irán. Asimismo, nos sentimos aliviados al saber que Irán
ha liberado a algunos presos políticos. Todos nosotros, que por mucho tiempo,
hemos sentido la desesperación por la influencia nefasta del régimen iraní
en el extranjero, y su cruel opresión a su propio pueblo, queremos creer
que el país está comprometido realmente a un cambio positivo en su patria y en
las relaciones exteriores.
Sin embargo, no podemos darnos el lujo de ser ingenuos.
Tampoco el pueblo iraní, quienes han sufrido durante mucho tiempo. Es tan fácil
pararse frente a cámaras y escribir vía tweeter sobre los cambios. Lo duro es
cuando se toman decisiones difíciles y se lleva a cabo un cambio significativo.
Debemos juzgar al gobierno iraní por sus hechos, no por sus palabras. El
Presidente Rouhani cumple sus primeros 100 días de gobierno el martes y, desde
cualquier punto de vista, y sus actos no han estado a la altura de lo que se
esperaba.
Gracias a los esfuerzos de la supervisión e informes
en derechos humanos elaborados por la Secretaria General de las Naciones Unidad
y el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Situación de los Derechos
Humanos en Irán, sabemos que el historial de los derechos humanos en Irán es
muy preocupante y que continúan dichos abusos. Las mujeres siguen enfrentando
graves problemas de discriminación. Del mismo modo, las minorías étnicas y religiosas
iraníes continúan padeciendo una discriminación desproporcionada, así como el
acoso por parte de las autoridades. Más de 100 miembros de la Fe Bahá‘í siguen
encarcelados acusados de cargos por practicar y organizar su religión, y
defender sus derechos.
Estos
nos son actos que nos aporte confianza para creer en un anhelo autentico de
cambio por parte de los lideres iraníes. Para demostrar su preocupación sobre
este cambio significativo en los derechos humanos, Irán necesitaría ir mas allá
de medidas parciales y adoptar una serie de pasos concretos para atender las
preocupaciones legitimas de la comunidad internacional sobre como las personas
de este país son tratadas.
En
primer lugar, permitir que el Relator Especial de las Naciones Unidad visiten Irán
e investiguen las condiciones del lugar sin ningún impedimento o restricciones
en los lugares que el viaje o a las personas a quienes hable.
En
segundo lugar, ratificar y aplicar las disposiciones de la Convención contra
Torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Esto
implicaría la prohibición legal de estas formas de trato o castigo, que incluya
el confinamiento prolongado con celdas aisladas, extradición de confesiones
bajo tortura, azotamiento y lapidación, y negación de tratamiento médico
para los prisioneros.
En
tercer lugar, investigar las denuncias de abuso de los prisioneros en los
centros de detención de Irán, y garantizar los procesamientos judiciales
y castigar debidamente a los autores. En cuarto lugar, garantizar la
libertad de expresión – tanto en el derecho como en la práctica – incluido el
pleno acceso a internet sin obstáculos.
Finalmente,
el gobierno iraní debe prohibir por ley cualquier forma de discriminación por
razón de religión, etnia o genero – y hacer cumplir las leyes.
Esto
incluye ratificar e incorporar en la legislación nacional de la Convención en
la Eliminación de cualquier Forma de Discriminación en Contra de las Mujeres,
adoptar políticas y leyes que promuevan la participación de las mujeres en la
vida pública, incluyendo candidaturas a la presidencia; y modificar el código
civil de Irán de tal forma que un esposo ya no pueda impedir a su esposa de
trabajar o desarrollar una carrera profesional.
“Buscamos
ejercer presión sobre Irán para detener la discriminación, persecución,
encarcelamiento injusto y tortura de tantas personas de su pueblo”
Nuestro
escepticismo sobre Irán es una clara conclusión al observar décadas de inacción
en estos temas tales como los mencionados. Los pasos concretos, desarrollados
anteriormente, seria una señal al pueblo de Irán, al mundo, que finalmente el
gobierno iraní es sincero en cuanto al respeto y defensa de los derechos
humanos de este pueblo.
Esto no solo interesa a Canadá: Interesa a Irán y al pueblo iraní. Una sociedad libre, que respecta la dignidad humana del pueblo iraní, contribuirá a aflojar las cadenas de las sanciones y promoverá el ingenio y la prosperidad de todos los iraníes. Su futuro está en juego.
Estamos
dispuestos a apoyarlos para un cambio real si las acciones mencionadas
anteriormente son llevadas a cabo de forma sincera. Hasta que veamos estas
acciones concretas, tenemos la obligación con el pueblo iraní de fomentar
enérgicamente a los gobernantes de cumplir con sus obligaciones internacionales
en materia de derechos humanos.
Esta es
la razón por la cual Canadá, este año una vez más, ha presentado una resolución
en el historial de los derechos humanos de Irán ante las Naciones Unidas.
Buscamos ejercer presión sobre Irán para detener la discriminación,
persecución, encarcelamiento injusto y tortura de tantas personas de su pueblo.
* John Baird es el Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Canadá
Fuente Embajada de Canadá / Embassy of Canada / Ambassade du Canadá
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