2 abr 2018

"Cipriani y su acólito" por Ronald Gamarra


"Prieto Celi concluye, como su líder el cardenal, que se trata del "colonialismo que la ideología de género", que se ha entronizado en el Perú en los programas de estudio que provienen de la inspiración de la UNESCO, organismo dependiente de la ONU".


Una vez más el cardenal Cipriani decidió jugarse públicamente contra el enfoque de igualdad de género como parte del currículo educativo nacional aprobado por el Ministerio de Educación. Como sabemos, un colectivo ultraconservador  consigió que un tribunal dispusiera que el Ministerio no aplique este enfoque. Se trata de una medida cautelar, pero la controversia debe resolverse definitivamente por la Corte Suprema en los próximos días. Por eso Cipriani vuelve a la escena, reloaded y sin temor al ridículo.

El enfoque de igualdad de género  no es otra cosa que la aplicación consecuente del principio de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, de todos los seres humanos en suma, a los diversos ámbitos de convivencia social. Para nadie es un secreto que la desigualdad de derechos real y concreta, con consecuencias discriminatorias, es lo que ha primado y prima en la relación entre hombres y mujeres, desde el principio de la historia. La violencia contra las mujeres que vemos a diario es una manifestación brutal y extrema de esa desigualdad y discriminación.

Lo mismo es válido para las minorías sexuales, pues tampoco puede nadie ignorar que estas han sido y son víctimas de un trato abiertamente  discriminatorio, que llega a la persecuión penal e inclusive la pena de muerte. Así es todavía en varios países. Y más allá de lo normativo, en la vida cotidiana los integrantes de estas minorías sufren escarnio, burla y marginación por parte de quienes se consideran "normales". Esta agresión es contante y diaria, se practica con impunidad y lo vemos todos los días, ante la pasividad de las autoridades y líderes políticos y comunitarios.

A esto se dirige en enfoque de igualdad de género: a fomentar la igualdad de derechos y el respeto entre todos los seres humanos, sin discriminación. En concreto quiere decir, por ejemplo, que en las escuelas se va enseñar que las mujeres no son inferiores. No deben estar sometidas. No deben aceptar la violencia. Que no se debe insultar ni vejar a nadie por su orientación sexual, que ser varón no significa tener licencia para agredir e imponerse con prepotencia, ni tener derechos distintos y superiores, ni actuar como un tirano.

Para Cipriani, todo esto está mal. Es infame. Es la ruina. Y no le importa que sea un criterio adoptado y difundido por el Sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su conjunto, respaldadopor las mayores y mas avanzadas democracias del mundo. Y entonces se vuelve chauvinista y llama a romper con la ONU. Hace poco lanzó su grito de guerra, textualmente: "La ONU quiere colonizar al Perú... ¡ONU, quédate con tus grandes teorías para Europa! Respeta que este pueblo quiere seguir teniendo una formación humanista seria". 

Qué tal demagogo de plazuela. Qué fariseo. Así que la ONU nos quiere convertir en una colonia. ¿Y por qué habríamos de ser los peruanos menos que los europeos? ¡Tanto nos subestima! Por lo demás, ¿De qué "formación humanista seria" habla Cipriani? ¿No ve lo que ocurre alrededor? ¿No sabe que tenemos uno de los índices más altos de violación sexual de mujeres y niñas? ¿No se ha entereado de que el feminicidio es una verdadera plaga en nuestro país? No, qué va, si las mujeres tienen la culpa por exponerse "como en un escaparate", según dijo alguna desdichada vez ek cardenal.

Pero la cosa, por cieto, no quedo allí. Ante las críticas que legitimamente se ganó Cipriani por esta pachitada, salió a respaldarlo su escudero, Federico Prieto Celi, un periodista aún dispuesto, a su venerable edad, a hacer de acólito. Y, siguiendo el ejemplo de su maestro y guía, lo hizo con argumentos igualmente ridículos, que provocarían hilaridad si no fuera porque hay quienes realmente están dispuestos a creer en candideces como las que expuso, muy orondo, en un artículo publicado en "EL Comercio".

Prieto Celi parece creer que alguien puede cambiar de sexo por el solo hecho de leer sobre "ideología de género". Y para fundamentar esta tontera, nos cuenta que el papa "Francisco contó una anécdota: un papá español se dio cuenta , viendo los textos escolares, de que a su hijo le enseñaban la ideología de género y se alarmó cuando su hijo le dijo que quería ser chica. El Papa argentino comentó: "Una cosa es que una persona tenga esa opción, otra cosa es enseñar en las ecsuelas esta línea para cambiar la mentalidad. A esto llamo yo colonización ideológica".

¿De veras dijo Francisco esa monumental tontera? No sería sorprendente. Hay muchas otras tonterías que el conservadurismo ultrarreligioso nos ha edilgado desde el principio de los tiempos, como aquella afirmación de que "los judíos crucificaron a Jesús", que contribuyó al peor genocidio de la historia. Prieto Celi, concluye como su líder el cardenal,  que se trata del "colonialismo de la ideología de género, que se ha entronizado en el Perú en los programas de estudio  que provienen  de la inspiración de la UNESCO, organismo dependiente de la ONU".

Pero el inefable Prieto Celi va mucho más allá y, como remate torero, nos endilga una de las peores expresiones machistas que se hayan publicado  recientemente en la prensa, la cual alegremente propone toda una justificación machista de la violación sexual y la violencia contra la mujer. Así, nos dice que "en España salió un solgan con el que estoy de acuerdo: El largo de la falda mo quiere decir que si. De la misma manera que, por contraste, "El corto de la falda puede querer decir que sí", como es de sentido común".

¿Sentido común? Que una falda corta quiere decir que sí, solo puede caber en la mentalidad retrógrada de quién desprecia profundamente a la mujer. Esto es lo que está en el fondo del ultraconservadurismo. Pero Prieto Celi solo es una ovejita que repite las enseñanzas de su pastor, Cipriani, en cuanto a culpar a las mujeres por "exponerse en una vitrina". Estos son los que quieren determinar el currículo  educativo nacional  y este es el nivel de sus argumentos. Esperamos que la Corte Suprema ponga las cosas y a esta gente en su sitio. 

Artículo de opinión de Ronald Gamarra Herrera publicado en Hildebrandt en sus trece el viernes 30 de marzo de 2018.
Fuente: http://www.hildebrandtensustrece.com

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