PPK canjeó su permanencia en el poder con los votos del fujimorismo por la libertad
del Chino, condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y
corrupción. De fondo, la disputa entre los hermanos Keiko y Kenji.
Desde Lima
El presidente Pedro Pablo Kuczynski canjeó su permanencia en el cargo
por la libertad del ex dictador Alberto Fujimori, que estaba condenado a
25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción. Un alto precio que
lo ha hundido en una nueva crisis apenas tres días después de que el
pedido para destituirlo fue derrotado en el Congreso gracias a diez
votos de un sector del fujimorismo. El indulto es el pago bajo la mesa
por esos votos. El infame pacto de impunidad se concretó en la víspera
de Navidad. Cerca de las siete de la noche del domingo 24, el gobierno
anunció, vía un comunicado,la liberación de Fujimori. Las protestas
estallaron inmediatamente.
Del lado del fujimorismo, esta negociación oculta estuvo a cargo de
Kenji Fujimori, el hijo menor del ex dictador, pero con el padre
moviendo los hilos desde su prisión VIP. Kenji encabeza un sector del
fujimorismo distanciado de su hermana Keiko, ex candidata presidencial y
jefa del partido, que promovió hasta el final el pedido de destitución
de PPK, como se le conoce a Kuczynski. A la hora de la votación en el
Congreso,Kenji le quitó a su bancada diez de los 71 votos que debían
respaldarla y Kuczynski se salvó por ocho votos. El pago del favor llegó
rápido.
Está por verse cómo se mueve el liderazgo en el fujimorismo y la
disputa entre los hermanos Keiko y Kenji con la liberación del jefe del
clan. Es una opinión extendida que Kenji está más cerca del padre y que
Keiko temía que la liberación de su padre pueda debilitar su liderazgo
en el fujimorismo.
El sábado Hsorpresivamente, Fujimori fue traslado a una clínica. El operativo
final del indulto se ponía en marcha. Un video grabado por sus allegados
muestra a Fujimori en la cama de la clínica, al lado de su hijo Kenji,
leyendo ambos en un celular el comunicado del gobierno que anunció el
indulto. El médico personal de Fujimori, y miembro de su partido, había
asegurado que éste estaba en cuidados intensivos, muy mal de salud por
una taquicardia, pero en las imágenes del video se le ve con buen
semblante, distendido, festejando con su hijo la noticia de su indulto.
El indulto se dio en la noche de Navidad, pero el rechazo fue tal que
esa misma noche las protestas llegaron a las calles. Ayer,miles se
movilizaron para rechazar el indulto. Indignados gritos de “PPK
traidor”, “el indulto es un insulto”, “ni olvido, ni perdón”, “Fujimori
nunca más” tomaron las calles del centro de la capital y otras ciudades.
Hubo algunos choques de manifestantes con la policía.
“Me siento traicionada por un presidente que prometió que no iba a
indultar a Fujimori. Hoy, en un día de paz, de fraternidad, liberan al
asesino. Estaremos en las calles contra este indulto e iremos a las
instancias internacionales para que se respete la verdad y la justicia”,
dice Carolina Oyague, hermana de Dora, estudiante de la Universidad La
Cantuta secuestrada y asesinada por el gobierno de Fujimori. En la
campaña electoral, PPK se reunió con los familiares de las víctimas y
les aseguró que no indultaría a Fujimori.
Los sectores políticos y sociales que apoyaron a Kuczynski en la
segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2016 para evitar el
retorno al poder del fujimorismo y que lo sostuvieron ante el intento
fujimorista de destituirlo y así acumular más poder, ahora están
movilizados en contra del gobierno.
Pero los problemas de Kuczynski después del indulto también están en
su frente interno. Hasta ahora tres congresistas del oficialismo han
renunciado por su oposición al indulto, lo que debilita
significativamente una precaria bancada parlamentaria oficialista que
tenía solamente dieciocho curules en un Congreso unicameral de 130
bancas. Y también se habla de renuncias en el gabinete ministerial.
Serios problemas para un presidente que ya venía bastante debilitado y
que ahora queda más aislado.
Del lado fujimorista, festejan el indulto y sus dirigentes piden que
sea aceptado en nombre de la reconciliación, esa coartada usada por los
violadores de los derechos humanos y sus defensores para promover la
impunidad. Algunas decenas de fujimoristas festejaban el indulto en la
clínica donde está internado Fujimori, en la que, según su médico,
permanecerá unos días más.
El indulto a Fujimori se tramitó con una velocidad inusual, en
solamente unos días. El indulto humanitario está sustentado en el
informe de una junta médica que reconoce que el ex dictador no tiene una
enfermedad grave ni terminal, pero igual recomienda el indulto
humanitario alegando que las condiciones carcelarias –que en el caso de
Fujimori son bastante benignas y con comodidades que no tiene ningún
otro preso- afectan su salud–. Este informe ha sido cuestionado porque
uno de los tres doctores que integran esta junta, Juan Postigo,es médico
de Fujimori desde hace 20 años y en 2012 ya se había pronunciado a
favor de su libertad. El reconocido médico peruano, Elmer Huerta, señaló
que no existen razones médicas que justifiquen un indulto humanitario.
Organismos de derechos humanos anunciaron que apelarán el indulto
ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos,que señala que los
condenados por delitos de lesa humanidad, como es el caso de Fujimori,
no pueden recibir este beneficio. Señalan que el indulto no es por
razones humanitarias, sino consecuencia de un pacto político.
En junio de 2013, el entonces presidente Ollanta Humala le negó el
indulto a Fujimori porque el informe médico señaló que no se justificaba
esa medida. En julio de 2016, Fujimori lo volvió a solicitar y
Kuzcynski aseguró enfático: “yo no voy a firmar un indulto”. El domingo
de Navidad incumplió su promesa.
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