
Casi de cada diez niños en el mundo, o 152 millones, tienen que trabajar.
Aunque desde el año 2000 esta cifra se ha ido reduciendo, con la
tendencia actual, 121 millones de niños seguirán siendo víctimas del
trabajo infantil en 2025.
Por eso, la Organización Internacional del Trabajo asegura que "estamos avanzando
en la dirección correcta, pero debemos hacerlo a una velocidad mucho
mayor", en su informe Poner fin al trabajo forzoso para 2025: examen de las políticas y de los programas.
Al adoptar en 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, la comunidad internacional se comprometió a eliminar todas las formas de trabajo infantil de aquí a 2025.
El informe propone tomar medidas inmediatas para "transformar este compromiso renovado en acción acelerada y relegar el trabajo infantil a la papelera de la historia, de una vez por todas". Entre ellas, crear legislación eficaces, ofrecer salarios justos a los trabajadores en edad legal, y mejorar el acceso a la educación.
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