La
experta en innovación educativa de la consultora que diseño el
primerratón de Apple cree que todo profesor debe ser creativo.
En 1980, Apple le encargó a IDEO, una de las compañías de innovación más potentes de San Francisco,
que diseñara un ratón para su recién lanzado ordenador Lisa. La
compañía consiguió desarrollar un modelo con un coste 10 veces inferior a
los prototipos anteriores. “A la gente le cuesta entenderlo, pero hoy
estamos transformando las escuelas con el mismo método con el que
diseñamos el primer ratón de Apple”. La que habla es Sandy Speicher
(Nueva York, 1974), creadora y responsable del equipo de innovación
educativa de IDEO desde hace nueve años. La herramienta que usan es el Design Thinking, un método de cinco pasos inventado por la d.school de la Universidad de Stanford paraH para explotar la creatividad.
Entre los proyectos educativos que ha liderado, Speicher destaca el diseño de las escuelas Innova en Perú,
donde crearon desde cero nuevas metodologías de enseñanza, programas de
formación para los maestros y espacios diseñados para el trabajo
colaborativo. También el rediseño de los comedores de una red de 120 colegios públicos en San Francisco y el proyecto School Retool,
un programa ideado junto a la Universidad de Stanford para transformar
la manera de enseñar que en noviembre de 2015 recibió 200 millones de dólares de la Casa Blanca.
Graduada en diseño gráfico, Speicher decidió dar un parón en su
carrera para interesarse por la educación y cursó un máster en
Aprendizaje, Diseño y Tecnología en Stanford. La pasada semana esta
experta participó en Madrid en el foro Imaginando el futuro de la
Educación, organizado por la Cumbre Mundial para la Innovación en
Educación (WISE, por sus siglas en inglés) y el Banco Santander.
Pregunta. ¿Cuál cree que es el principal problema del sistema educativo?
Respuesta. El máximo indicador de que las cosas no
funcionan es que los estudiantes están desencantados con la escuela. En
una encuesta del Yale Center for Emotional Intelligence
a 22.000 alumnos de instituto en la que se les preguntó cómo se sieten
en clase, las respuestas más comunes fueron aburrido, estresado y
cansado. Creo que ese es el problema. La solución no es introducir el
Minecraft en clase, no se trata de meter la tecnología en al aula. La
cuestión es que no estamos diseñanado las escuelas teniendo en cuenta la
vida de los chicos. Estamos hiriendo la relación que los niños tienen
con el aprendizaje. ¿Por qué se aburren en clase? Su agenda está
demasiado cargada de actividades y no tienen la energía para
engancharse. Es muy importante comprender lo que el diseño puede hacer
para ayudar al progreso del sistema educativo.
R. No hay un modelo único. Precisamente ahí radica
la importancia del Design Thinking, un método que permite a través de la
investigación y la prueba error acercarse a las necesidades de las
personas. Hay que repensar el sistema y esto no se puede hacer desde un
despacho con la puerta cerrada, sino entrando en las aulas y
entrevistando a los niños, profesores y padres. Cada área geográfica
requiere un modelo. Hay que conectar con lo que les interesa a los
jóvenes y olvidarse de la educación del siglo XIX.
P. ¿La solución pasaría por modificar el programa académico y reducir el número de asignaturas?
R. Hay que cambiar la esencia de la escuela. Se
tiene que convertir en un lugar en el que los chicos se encuentren a sí
mismos, donde haya espacio para la reflexión, para el descubrimiento de
los intereses y las potencialidades de cada uno. Uno de los patrones que
hemos detectado al trabajar con jóvenes es que no importa su origen
social, el nivel de ingresos de sus padres, o si han estudiado en
colegios públicos o privados, cada vez más estudiantes que llegan a la
universidad dicen que no saben por qué hacen lo que hacen. No han
descubierto quién son y muchas veces abandonan sus estudios por falta de
convicción.
P. ¿Cree que la solución debe partir de los Gobiernos o de los propios centros educativos?
R. La mayoría de la gente piensa que para cambiar
cualquier cosa tiene que ser necesariamente a través de los Gobiernos y
sus políticas. Muchos profesores no saben innovar más allá de lo que
marcan las normativas, pero se tienen que dar cuenta de que lo que se
hace cada día en clase tiene una gran influencia en la vida de los
estudiantes, mucho más de lo que dicte cualquier política. Los docentes
tienen que ser conscientes de su poder. Lo que la educación ha estado
esperando durante años son profesores innovadores con la valentía de
intentarlo. La educación es lo que sucede entre un profesor y un
estudiante, y no lo que marca un papel. El punto de inflexión se produce
cuando los docentes se dan cuenta de que están diseñando cosas nuevas
todos los días, ya sea encontrando nuevas formas de enseñar contenidos
con mayor eficacia, utilizando el espacio del aula de forma distinta o
pensando nuevos enfoques para conectar con los padres. A veces se dejan
llevar por la inercia, por lo que llevan haciendo décadas y no prestan
atención a las necesidades de los chicos de hoy. Lo más importante es
que sean creativos.
P. ¿Qué puede hacer un profesor para ser creativo?
R. El Design Thinking es un método que ayuda a sacar
la inspiración y la creatividad. Trabajamos con un grupo de profesores
para ver cómo podíamos aplicar esa fórmula a la manera de enseñar y
creamos un kit online de herramientas gratuito con el nombre Design Thinking para Educadores.
Ya tenemos una red de 7.000 profesores que forman parte de esa
comunidad. Les ayuda a cambiar su mentalidad. Por ejemplo, para ser más
colaborativos en la escuela una buena forma de entender lo que les
interesa a los alumnos es pensar en lo que les importa, saber a qué
juegan cuando están solos, quizás observarlos en su casa, salir de la
zona de confort que representa el aula. Entenderles desde otra visión,
con otros ojos, haciéndose preguntas distintas. Desde IDEO creemos que
es muy útil mirar fuera de tu sector donde alguien haya solucionado una
cuestión similar, pero en un industria diferente.
P. ¿Cómo explicarías qué es el Desing Thinking?
R. Pensar y actuar como un diseñador. Alguien que
trabaja para mejorar el mundo y las experiencias de otra gente. El
optimismo es clave. Si no crees que el futuro puede ser mejor, no serás
un buen diseñador. La clave es acercarte a la información que ya conoces
desde otra perspectiva, probar cosas nuevas, prototipar y preguntar a
otros. Se puede comparar con el método científico: si quieres un nuevo
descubrimiento tienes que seguir un proceso. El Design Thinking te da
estructura y orden para descubrir. No te garantiza que vayas a encontrar
la innovación, pero te da las pautas. Estructura tu creatividad.
P. ¿Cuándo se interesó IDEO por la educación?
R. En IDEO ayudamos a las organizaciones a innovar.
Tenemos 650 empleados y nueve oficinas en el mundo. Hace 30 años
diseñábamos objetos, como el primer ratón de Apple. Nuestro método nos
permite afrontar cualquier reto de transformación y desde hace nueve
años lo estamos haciendo con el sistema educativo. Hay que estudiar
todas las dificultades para imaginar una solución. Cuando el empresario
multimillonario peruano Carlos Rodíguez Pastor me llamó para que
diseñara un sistema de escuelas innovador en su país, asequible para la
clase media, escalable y de excelencia acepté, pese a que nunca habíamos
hecho nada parecido. Entrevistamos a más de 100 profeores, estudiantes y
padres para conocer sus deseos y sus necesidades. Creamos 18.000 nuevas
lecciones, formación para el profesorado y aulas totalmente renovadas
en cuanto al mobiliario y los espacios. Hoy el modelo se ha replicado en
23 escuelas.
P. Otro de los proyectos de los que se siente
orgullosa es el resdiseño de los comedores de una red de escuelas
públicas en San Francisco. ¿En qué consistió la innovación?
R. En las 120 escuelas de la red San Francisco Unified School District
tenían un problema con la alimentación de los alumnos. Habían
contratado a la mejor empresa de catering de la ciudad, Revolution
Foods, conocida por ofrecer los menús con el valor nutricional más alto.
Aún así, los chicos apenas se terminaban la comida y los más mayores
hacían lo posible por escaparse durante la hora de la comida. Tras cinco
meses de trabajo, descubrimos que el problema no era la comida, sino la
experiencia, la configuración del espacio y la distribución de los
menús. Lo que querían los chicos era aprovechar la hora de la comida
para hablar con sus compañeros, y no hacer colas interminables en filas
de uno a uno para recoger su bandeja. Diseñamos un sistema
en el que hay varios puntos de distribución y los estudiantes se sirven
la comida entre ellos. Los resultados han sido magníficos.
P. ¿Qué mensaje les mandaría a los profesores que se sienten limitados a la hora de innovar por las restricciones de sus centros?
R. Existe la creencia popularizada de que los
educadores deben tender a la perfección, no cometer errores y ser
modélicos. Esa expectativa hace que sea difícil tomar riesgos y eso
limita las posibilidades para crear un cambio radical. Los profesores
necesitan experimentar y aunque a menudo sientan que el sistema no es lo
suficientemente flexible, desde IDEO les animamos a probar nuevas
formas de diseño a través del Design Thinking.
Ana Torres Ménarguez.
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