El Dr. Elmer Huerta analiza un reciente estudio en el que se relaciona la desigualdad de género con una menor inteligencia cognitiva.
Dr. Elmer Huerta
El Comercio
El término cognición (del latín cognoscere o conocer) se refiere a la capacidad que tiene
el ser humano de poder usar sus sentidos para analizar la situación o
realidad que vive en un momento determinado y pueda adaptarse y
responder a ella. Una adecuada cognición –también llamada inteligencia
cognitiva- implica que la persona sea capaz de prestar atención a lo que
le sucede, pero también a tener mecanismos cerebrales intactos que le
permitan recibir, evaluar, integrar, comparar y reaccionar ante la
realidad.
Un reciente estudio publicado en la revista PloS One
por investigadores de la Universidad de Harvard ha encontrado que en
aquellos países con mayor desigualdad de género –es decir aquellos en
los que hombres y mujeres no tienen las mismas oportunidades- las
mujeres desarrollan menor inteligencia cognitiva.
El proceso cognitivo
El proceso del desarrollo cognitivo del ser humano se hace en varias
etapas. El primero, y mas importante, es el que los psicólogos llaman control sostenido de la atención,
en el que la persona desarrolla la concentración mental o atención que
se requiere para captar, analizar y evaluar la realidad. Posteriormente,
el cerebro integra esa información, la compara con experiencias
pasadas, saca una conclusión del momento y luego actúa acordemente.
Es decir, si por alguna razón un niño o niña no recibe precozmente el
estímulo necesario para desarrollar un control sostenido de su atención
-es decir la atención y concentración necesarias para analizar su
entorno- su inteligencia cognitiva será menor.
El estudio
Debido a que existen diversas teorías para explicar el modo en que se
determina el desarrollo del control sostenido de la atención (entre
ellos diferencias biológicas entre hombres y mujeres), los
investigadores decidieron explorar la influencia que tiene el tipo de
ambiente social en el que se desarrolla un niño o niña. Como sabemos
existen países en los que las diferencias de género -en relación a
educación, desarrollo social y profesional- son mínimas, mientras que
existen países en que esas diferencias de género son desproporcionadas
en favor de los varones y detrimento de las mujeres.
La investigación consistió en medir el control sostenido de la
atención a través de una prueba –previamente estudiada y validada-
ofrecida en la página web TestMyBrain.org.
La prueba consistió en mostrar fotografías con imágenes de ciudades o
del campo a una rápida sucesión (800 milisegundos entre una y otra). El
voluntario tenia que “clickear” si la imagen era de una ciudad o
abstenerse de hacerlo si la imagen era del campo. Obviamente, debido a
la rápida secuencia de las imágenes, la intención era medir la capacidad
de concentración –control sostenido de la atención- de los
participantes para reconocer las imágenes y actuar acordemente. En
total, se analizaron las respuestas de 21.484 personas entre 10 y 70
años de 40 países, de las cuales, 11.612 fueron hombres y 9.872 fueron
mujeres.
Después de rigurosos análisis estadísticos, los investigadores
encontraron que, en general, hubo una muy pequeña y no significativa
diferencia a favor de los hombres. Pero el hallazgo mas impactante fue
que, independientemente de la pobreza del país, la atención y
concentración fue mas negativamente influenciada en aquellas mujeres que
vivían en países con enormes desigualdades de género a favor de los
hombres. Es decir, las mujeres que vivían en países que no ofrecen
iguales oportunidades a ambos géneros, no tenían la atención ni la
concentración necesarias para tomar una adecuada decisión. Las mujeres
con mejores puntajes del control sostenido de su atención fueron las que
vivían en Alemania, Dinamarca, Holanda, Italia, Noruega, Bélgica y
Finlandia. Las que menor atención y concentración tuvieron fueron las
que vivían en Egipto, India, Pakistán, Indonesia, Sudáfrica, Brasil y
Filipinas.
Corolario
Este estudio es muy importante pues demuestra que la habilidad de la
mujer para desarrollar una adecuada capacidad de atención y
concentración (primer y fundamental paso en el desarrollo de su
inteligencia cognitiva) no depende de la pobreza sino del medio social,
cultural y religioso en el que crece. En otras palabras, si se perpetúa
una educación en la que a las niñas no se les ofrece la convicción de
que pueden lograr todo lo que ellas sueñan, y no se estimula el
desarrollo de todas sus potencialidades, tendremos mujeres con menor
capacidad intelectual cognitiva. Es por eso tan importante que los
padres de familia impulsen la igualdad de género entre sus hijos y que
la sociedad la complemente con programas escolares en los que se
promueva la igualdad de género y se desincentive el machismo y el
prejuicio.
Antiguamente, al pensarse que la física y las matemáticas “eran solo
para hombres”, no se ofrecían plazas para el estudio de esas disciplinas
a las mujeres. La recientemente fallecida astrónoma Vera Rubin –que estableció la existencia de la materia negra del universo- contaba que cuando en 1965 entró a trabajar al Observatorio Palomar
no había ni un solo baño para mujeres y ella tuvo que colgar una falda
en uno de ellos para indicar que ese era para ella. Recordaba que en
1947 llamó a la Universidad de Princeton para averiguar sobre el
programa de física y astronomía y el decano le dijo que no se moleste,
que ese programa no aceptaba mujeres. También contaba como el físico
George Gamow de Johns Hopkins no la dejó entrar a su conferencia, por
que allí “no entraban amas de casa”.
Creo que es momento que en el Perú, decidamos como sociedad que tipo
de ciudadanos queremos para el futuro y eso solo se logrará, cuando en
simultáneo, las familias y el sistema escolar hagan desaparecer las
odiosas diferencias de género que aun nos agobian y no nos dejan
avanzar.
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