Los sucesos que hoy acontecen en el mundo causan a muchos de nosotros ansiedad e incluso temor. Vemos a seres humanos sufriendo. Se ataca a los valores de la decencia.
Hay mensajes de odio e intolerancia: visiones del mundo divergentes que
fomentan un egoísmo cada vez mayor. Aislamiento.Búsqueda de chivos expiatorios, violencia; dice Zeid Ra'ad Al Hussein.
Y esta marea de odio tóxica que asciende lentamente en numerosas
sociedades, amenaza con llevarse por delante algunos de los principios
más esenciales y profundos que protegen a las sociedades pacíficas.
Tenemos que detener estas tendencias. Y creo que podemos hacerlo. Nosotros –ustedes y yo- podemos fijar los límites.
No tenemos que permanecer impasibles mientras los agentes del odio
fomentan la hostilidad entre las comunidades. Podemos construir puentes.
Podemos alzar la voz.
Podemos defender los valores de decencia y compasión de nuestras sociedades.
Cuando alguien es víctima de abusos y siente miedo, podemos
intervenir para ayudarle a salvaguardar sus derechos. Cuando una persona
vulnerable es objeto de acoso, podemos intervenir. Donde haya
discriminación y explotación, podemos expresarnos sin reservas, hacer
saber que nos oponemos a ambas y tratar de detenerlas. Podemos unirnos a
otras personas y trabajar públicamente en pro de un liderazgo más
idóneo, de mejores leyes y de más respeto a la dignidad humana.
En la calle. En la escuela. En el centro de trabajo. En los
transportes públicos. En la mesa de votación. En el hogar. En las
redes sociales. En el deporte. Dondequiera que estemos, podemos marcar
una diferencia concreta en la vida de alguien o quizá en la vida de
muchas personas.
Las medidas que se adoptan en el plano local pueden generar
movimientos de ámbito mundial. Eso comienza cuando todos nosotros
tomamos medidas prácticas para ratificar nuestra fe en la humanidad y
la igualdad.
La oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas se encarga de
promover y proteger los derechos humanos en el mundo entero. Trabajamos
en pro de un mundo edificado por “nosotros, los pueblos”, como reza la
Carta de las Naciones Unidas. Un mundo de justicia, igualdad y derechos
humanos.
Únanse a nuestra causa. Cuéntennos lo que hacen, recopilaremos sus relatos y amplificaremos sus voces.
Esta labor comienza con cada uno de nosotros.
Defiendan hoy los derechos de los demás.
Fuente Naciones Unidas: http://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/HRDay2016.aspx
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