La violencia es un problema grave entre los jóvenes de América Latina y el Caribe. Es la primera causa de muerte en ese grupo de población.
Además, esa población se ha ganado una mala reputación que los retrata con frecuencia como delincuentes o pandilleros. El estigma es un obstáculo a la hora de resolver el problema.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha dedicado especial atención a este tema en recientes informes sobre la inclusión social de los jóvenes en la región que fueron presentados en El Salvador.
Daniela Trucco, una de las autoras de los documentos, se encuentra en la capital de ese país centroamericano.
Desde San Salvador, la experta nos concedió una entrevista telefónica en la que hace un diagnóstico del problema y del impacto que tiene, especialmente en los jóvenes centroamericanos.
La historia por ejemplo de las maras en El Salvador tiene mucho que ver con los procesos migratorios de Estados Unidos y de allí es donde vinen las maras originalmente, de poblaciones excluídas en la ciudad de Los Ángeles. Luego de una política de deportación fuerte desde Estados Unidos volvieron completamente desvinculadas a las sociedades salvadoreñas", explicó Daniela Trucco, experta de la CEPAL.
Otro factor que incide en los niveles de violencia es el negocio de las redes de narcotráfico, las rutas de tránsito de la cocaína y el crimen organizado que impactan con más fuerza en los países del llamado triángulo norte, que incluye a Guatemala, Honduras y El Salvador.
"Estas redes criminales entran con mucha fuerza, se aprovechan de las organizaciones juveniles, se entremezclan, y donde hay muy pocas oportunidades laborales, y donde hay Estados muy debilitados, encuentran terreno fértil para instalarse", dijo la investigadora.
Informe: "Hacia la Inclusión Juvenil. Herramientas para el análisis y el diseño de políticas":
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