"Sí, busco a mi hijo. Mátame, mátame, pues; baléanos, pues. ¿Eso también vas hacer? Háganlo. ¿Dónde está mi hijo? ¿Dónde están los hijos de estás señoras? ¿Dónde están sus esposos? ¿Ah?, ¡Qué has hecho!" (testimonio de Mamá Angélica).
La primera vez llegaron en junio de 1985. La delegación la integró Toine Van Dongen, un holandés, y Luis Varela Quirós, un tico. El Grupo de Trabajo de Naciones Unidas (ONU) sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias oscilaba entre la incredulidad y el espanto. Si bien para entonces Argentina había legado al mundo la infamia de las desapariciones forzadas, las denuncias bajo el gobierno de Belaunde, específicamente las de los años 1983 y 1984, colocaban al Perú como el país de mayor número de desapariciones en el mundo. Triste récord. En aquella ocasión, ya con un pie fuera de la presidencia, el arquitecto aceptó invitarlos y darles audiencia. El dúo se entrevistó con autoridades civiles y militares (incluido Mori Orzo, todopoderoso comandante político - militar de Ayacucho), con familiares de las víctimas y organizaciones de derechos humanos. Visitó Huamanga y Huanta. Sin embargo, las puertas de Cabitos y otras bases castrenses, en ese tiempo verdaderos centros de detención, tortura, violencia sexual y ejecuciones extrajudiciales, les fueron cerradas.
La primera vez llegaron en junio de 1985. La delegación la integró Toine Van Dongen, un holandés, y Luis Varela Quirós, un tico. El Grupo de Trabajo de Naciones Unidas (ONU) sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias oscilaba entre la incredulidad y el espanto. Si bien para entonces Argentina había legado al mundo la infamia de las desapariciones forzadas, las denuncias bajo el gobierno de Belaunde, específicamente las de los años 1983 y 1984, colocaban al Perú como el país de mayor número de desapariciones en el mundo. Triste récord. En aquella ocasión, ya con un pie fuera de la presidencia, el arquitecto aceptó invitarlos y darles audiencia. El dúo se entrevistó con autoridades civiles y militares (incluido Mori Orzo, todopoderoso comandante político - militar de Ayacucho), con familiares de las víctimas y organizaciones de derechos humanos. Visitó Huamanga y Huanta. Sin embargo, las puertas de Cabitos y otras bases castrenses, en ese tiempo verdaderos centros de detención, tortura, violencia sexual y ejecuciones extrajudiciales, les fueron cerradas.
"El Ministerio de Defensa debe entregar la información que hoy niega respecto de los militares que prestaron servicios en las zonas de emergencia en los años de violencia".
Artículo de Ronald Gamarra Herrera publicado en Hildebrandt en sus trece el viernes 05 de junio de 2015.
Fuente Hildebrandt: http://www.hildebrandtensustrece.com/
Fuente Hildebrandt: http://www.hildebrandtensustrece.com/
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