Carlos Iván Degregori se nos fue un 18 de mayo, como hoy, hace tres años. Parece mucho y al mismo tiempo es poco, pero lo extrañamos cada vez más y cuánto lo necesitamos. Cuánta falta nos hacen su inteligencia, su solidaridad, su transparencia, su modestia. Pocos, muy pocos, pueden reunir en una sola vida cualidades como estas de una manera tan natural, espontánea y humana. Un intelectual de élite con el corazón y la inquietud inagotable de un muchacho de barrio.
Degregori fue un intelectual muy especial. Normalmente, los intelectuales se forman en el gabinete, en la observación, en la distancia metódica de su objeto de estudio. No fue su caso; él eligió otro camino, tal vez sin proponérselo, y se forjó en la dialéctica cotidiana y áspera de la experiencia popular, embebido de ella, dentro de ella, asumiendo responsabilidades y con ello también errores, compartiendo esperanzas, ideales, así como contratiempos y amargas decepciones.
Y, sin embargo, esta inmersión profunda en la acción como activista político, periodista, activista cultural, maestro, defensor indeclinable de derechos humanos o integrante de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, no anuló su capacidad científica ni la subordinó, y más bien supo aprovechar de ella para desarrollarse con frescura y originalidad como muy pocas veces se halla en la producción intelectual de cualquier país.
Degregori fue el intelectual por excelencia de los tiempos más duros de nuestra historia en las últimas décadas (los ominosos tiempos de plomo y sangre de la violencia del periodo de 1980 a 1995), el que más se comprometió y el que reflexionó mejor y con más fruto, el que sobrevivió no solo para contarla, sino para movernos a investigar y reflexionar profundamente sobre lo que ocurrió y deducir las conclusiones que nos permitan caminar hacia una paz duradera con justicia.
Por eso es una noticia tan importante la presentación de la colección de sus obras escogidas, tarea que lleva adelante el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), entidad pionera en la investigación social sobre nuestro país, que así emprende la tarea de difundir la obra de quien fuera uno de sus más activos integrantes y también director durante algunos años.
La serie comprende 14 volúmenes “que reúnen lo mejor de sus escritos seleccionados, organizados y prologados por él mismo”, según subraya la institución. Pues, fuera de las obras orgánicas culminadas por el autor, la selección recoge una gran parte de su obra que quedara dispersa en artículos y reflexiones apremiadas por la coyuntura que, no obstante, guardan un valor que trasciende largamente al momento en que fueron escritas, permitiéndonos así un acercamiento a la rica y apasionada labor intelectual de Degregori, quien tuvo la entereza y el ánimo de trabajar, con la ayuda de sus jóvenes colegas José Carlos Agüero y Pablo Sandoval, hasta que le abandonaron las fuerzas, pocos días antes de morir.
La presentación de sus Obras Escogidas será este martes 20 de mayo, a las 7:00 de la noche, en la sede del IEP, ubicada en la calle Horacio Urteaga 694, Jesús María.
Leer a Carlos Iván Degregori es la mejor manera de recordarlo ahora y siempre.
Artículo de Ronald Gamarra Herrera publicado en Diario16, el domingo 18 de mayo de 2014.
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