Evaluación PISA confirma el desastre de la educación peruana

Evaluación PISA confirma el desastre de la educación peruana

Carlos Landeo

Esta noticia es desconsoladora: nuestro país ha fracasado rotundamente en la evaluación internacional PISA correspondiente a este año. ¿Pero qué es la evaluación PISA?

La evaluación PISA es el índice de referencia a nivel mundial para juzgar la calidad del sistema educativo de un país. El acrónimo PISA reúne las iniciales en inglés del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, creado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), asociación que reúne a los 34 estados más desarrollados.

La evaluación PISA se aplica a estos países y a decenas de otros más, entre ellos, el nuestro, y sirve para medir el grado de aprendizaje adquirido por los estudiantes de cada país en tres materias fundamentales: comprensión lectora, matemáticas y ciencias.

Pues bien, apena decirlo, pero sería peor pasarlo en silencio. En la última evaluación PISA, en la que participaron 66 países, nuestro país quedó en el último lugar en las tres áreas evaluadas. Para decirlo sin rodeos: obtuvimos los peores resultados posibles.

Eso quiere decir que nuestros estudiantes, nuestros niños y adolescentes, no comprenden lo que leen, no desarrollan el razonamiento matemático básico y no están mínimamente informados en ciencias. En otras palabras, nuestros niños y adolescentes padecen las consecuencias de un pésimo sistema educativo. Uno de los peores del mundo, sin duda. El peor de los 66 estados evaluados, en todo caso.

Considerando solamente los países latinoamericanos que participaron en esta evaluación, el Perú aparece detrás de Chile, México, Uruguay, Costa Rica, Brasil, Argentina y Colombia, siendo Chile el que encabeza la relación de los países latinoamericanos. Véase el informe completo de la última evaluación PISA en: http://www.oecd.org/pisa/keyfindings/pisa-2012-results-overview.pdf

Lo peor es que este resultado es consistente con el obtenido por nuestro país en anteriores evaluaciones PISA. En la prueba del año 2009, por ejemplo, nuestro país se situó en el penúltimo lugar en ciencia y en el antepenúltimo lugar en razonamiento matemático y comprensión lectora. O sea que en los tres últimos años hemos empeorado decididamente.

¿Y así se habla del milagro económico peruano? ¿Qué posibilidad de futuro, y hablo de futuro inmediato, tiene un crecimiento económico que está acompañado de un sistema educativo desastroso?

Nuestro sistema educativo actual es el fruto malogrado de décadas de incuria en todos los niveles: en la asignación de presupuesto, en la formación de los maestros, en la calidad de la burocracia, en el cuidado de la alimentación y la salud de los niños, en el cuidado de la infraestructura educativa, en la participación de los padres de familia, en la remuneración de los maestros y otros trabajadores de la educación, en las concesiones irresponsables a la anarquía estrechamente gremialista.

Pero, quizás, lo peor es el modo como se ha ido privatizando la posibilidad de educarse, de modo que ya existe un virtual apartheid entre las escuelas privadas, de mayor calidad, y las escuelas públicas, para los más pobres, que parecen no ofrecerles más que un local sin maestros calificados. Aun así, por los resultados obtenidos en la evaluación PISA, parece que ni siquiera la educación privada ofrece una mínima calidad en el aprendizaje de los niños.

La escuela pública de calidad, como vía de unificación  social y nacional, como espacio creador de solidaridades básicas desde la niñez, como escuela de ciudadanía, ha sido olvidada como política pública.

Los políticos prometen, hace décadas, poner todo el esfuerzo en convertir la educación en la piedra angular del desarrollo nacional. Los resultados PISA demuestran que nos han mentido siempre y que no se han hecho ni se hacen los esfuerzos necesarios para revertir y enderezar una situación que es de desastre.

El problema no es fundamentalmente de infraestructura, aunque aun haya mucho que hacer en ello, sobre todo en las áreas rurales. El problema central es la calidad de los docentes. La decadencia de las escuelas donde estos se forman y la masiva incorporación de improvisados (por razones políticas, caciquiles o porque el sueldo es tan magro que no atrae a los mejores), ha producido un magisterio sin la mínima preparación.

Urge, en consecuencia, reemplazar a estos maestros deficientes, proceso que inevitablemente tomaría muchos años. Pero más ganaría el país, y aun mucho más los niños que estudian en nuestras escuelas públicas, si se retirase cuanto antes a los maestros incapaces, concediéndoles una pensión mínima, para incorporar en su lugar a otros que sí tengan la preparación requerida.

Desafíos como este, por ejemplo, son los que se requiere encarar con coraje, pero que los políticos eluden por pura y mezquina conveniencia electoral.

La Evaluación PISA, versión inglés:

Pisa 2012 Results Overview by sofiabloem