La Hoyada, en la ciudad de Huamanga, es un hito de la memoria colectiva de la época más terrible de la violencia. Es un palmo de tierra que formaba parte de los anexos del cuartel Los Cabitos. En ese lugar, cientos de huamanguinos, de ayacuchanos, de peruanos, fueron torturados y ejecutados clandestinamente, y sus restos fueron cremados y enterrados. La Fiscalía ha encontrado y exhumado decenas de cuerpos de víctimas en ese lugar. Debido a esas investigaciones todavía en curso, La Hoyada tiene la condición legal de terreno “inmovilizado”.
No obstante, últimamente se han producido acciones lamentables que pretenden destruir este importante sitio de memoria. Por ello, el defensor del pueblo, Eduardo Vega, se ha dirigido por escrito a la PCM para recordarle el compromiso adquirido por el gobierno y a la vez expresarle la honda preocupación que ha causado en la sociedad ayacuchana el conocer que se está disponiendo de ese lugar con otros fines totalmente distintos.
Eduardo Vega explica en su carta que la preocupación surge de un oficio remitido al Ministerio Público por el jefe de la segunda brigada de infantería, donde señala que el ejército dispondrá de La Hoyada a fin de atender los requerimientos del gobierno regional de Ayacucho y del concejo provincial de Huamanga para construir e instalar allí un “centro de operaciones de emergencia y rescate y otras obras de interés social”.
Ello debe ser rechazado de plano porque representa una agresión incalificable y múltiple: a la sensibilidad y el dolor de cientos de familias, a la conciencia cívica y ética del pueblo ayacuchano, a la justicia y reparación que exigen los crímenes de toda una época de impunidad. Los políticos sin bandera del gobierno regional y del concejo municipal son los instrumentos transitorios y lamentables de una guerra sucia que nos agredió por mucho tiempo y que, al parecer, aún no ha terminado.
Artículo de Ronald Gamarra publicado en Diario16, el día domingo 27 de octubre.
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