27 oct 2013

SANTUARIO EN PELIGRO

La Hoyada, en la ciudad de Huamanga, es un hito de la memoria colectiva de la época más terrible de la violencia. Es un palmo de tierra que formaba parte de los anexos del cuartel Los Cabitos. En ese lugar, cientos de huamanguinos, de ayacuchanos, de peruanos, fueron torturados y ejecutados clandestinamente, y sus restos fueron cremados y enterrados. La Fiscalía ha encontrado y exhumado decenas de cuerpos de víctimas en ese lugar. Debido a esas investigaciones todavía en curso, La Hoyada tiene la condición legal de terreno “inmovilizado”.
La Hoyada es, entonces, un lugar de memoria dolorosa, un recuerdo permanente del horror que jamás debe volver a ocurrir en nuestra patria, un testimonio de la barbarie con que el Estado contribuyó a la insania desatada por Sendero Luminoso. Es un lugar de peregrinación para las familias de las víctimas, que tienen derecho a expresar su dolor. Es un espacio de reparación simbólica de tantos crímenes impunemente cometidos.
Así parecía encaminado el destino de dicho lugar, como corresponde a una sociedad democrática que rechaza y sanciona el crimen, y es compasiva de las víctimas, sean quienes sean. Una sociedad que quiere ser respetuosa de los derechos más elementales de las personas porque quiere liberarse de la escoria de un pasado caracterizado por la corrupción, la violencia, el abuso y el crimen impune.
Así lo demandaba desde hace muchos años la ANFASEP en representación de las familias de las víctimas, que fue sumando el apoyo de entidades como la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Justicia. Y por fin, en agosto de este año, se dio un paso que debía considerarse decisivo, cuando Jiménez Mayor anunció la construcción del Santuario de la Memoria en La Hoyada, comprometiendo en ello la colaboración del gobierno nacional y el gobierno regional.
No obstante, últimamente se han producido acciones lamentables que pretenden destruir este importante sitio de memoria. Por ello, el defensor del pueblo, Eduardo Vega, se ha dirigido por escrito a la PCM para recordarle el compromiso adquirido por el gobierno y a la vez expresarle la honda preocupación que ha causado en la sociedad ayacuchana el conocer que se está disponiendo de ese lugar con otros fines totalmente distintos.
Eduardo Vega explica en su carta que la preocupación surge de un oficio remitido al Ministerio Público por el jefe de la segunda brigada de infantería, donde señala que el ejército dispondrá de La Hoyada a fin de atender los requerimientos del gobierno regional de Ayacucho y del concejo provincial de Huamanga para construir e instalar allí un “centro de operaciones de emergencia y rescate y otras obras de interés social”.
Ello debe ser rechazado de plano porque representa una agresión incalificable y múltiple: a la sensibilidad y el dolor de cientos de familias, a la conciencia cívica y ética del pueblo ayacuchano, a la justicia y reparación que exigen los crímenes de toda una época de impunidad. Los políticos sin bandera del gobierno regional y del concejo municipal son los instrumentos transitorios y lamentables de una guerra sucia que nos agredió por mucho tiempo y que, al parecer, aún no ha terminado.

Artículo de Ronald Gamarra publicado en Diario16, el día domingo 27 de octubre.

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