Declaración Pública del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile, a 40 años del golpe de Estado.
En una fecha tan relevante como es la conmemoración de los 40 años desde que se produjera el quiebre del sistema democrático, el Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos declara que:
1. Hace cuarenta años Chile sufrió un Golpe de Estado que interrumpió violentamente su institucionalidad y desgarró profundamente el alma nacional. Las causas de este cruento desenlace siguen dividiendo a los chilenos y provienen de una crisis integral que la sociedad chilena venía padeciendo desde mediados del siglo pasado. El golpe de Estado abrió paso a la instauración de una dictadura que dejó una profunda huella en el país. Junto a sus políticas institucionales y socioeconómicas, sobre cuyo sesgo prevalecen juicios muy diversos, es indudable que una herencia acreditada de ese régimen fue la sistemática violación de los derechos humanos que afectó directa e indirectamente a miles de personas. La tortura, ejecuciones arbitrarias, desaparición forzada y el asesinato, constituyen crímenes que afectan a la conciencia de la humanidad y que merecen la condena absoluta por parte de todos los actores de la vida nacional. Sin perjuicio de las diversas interpretaciones y legítimas diferencias que existían del contexto previo al 11 de septiembre de 1973, nada justifica las graves violaciones a los derechos humanos que cometieron agentes del Estado o particulares -con la tolerancia de éste- contra miles de chilenos y chilenas.
2. La búsqueda de la verdad, el acceso a la justicia y la reparación a las víctimas, junto a la garantía de que nunca más en Chile se vuelvan a repetir hechos tan brutales como los vividos, constituyen el único camino posible para una convivencia democrática. Reconocemos los avances registrados en estas últimas décadas y llamamos a todos los poderes del Estado a adoptar medidas para avanzar en dicho sentido, y a todos aquellos quienes tengan información sobre las circunstancias y lugar donde pudieran encontrarse los personas que fueron objeto de desaparición forzada y ejecución arbitraria, a entregarla dando una señal de humanidad para con los familiares de las víctimas y con la sociedad en su conjunto.
3. Aspiramos a que estos propósitos de verdad y justicia no sean sólo patrimonio de quienes sufrieron con los hechos, sino que se constituyan en imperativos transversales y compartidos por todos los sectores de nuestra sociedad. En ese sentido, valoramos la declaración de la Corte Suprema en relación con la falta de protección jurídica de que fueron objeto miles de personas durante la dictadura y las expresiones del Presidente de la República –Sebastián Piñera- sobre las instituciones que, como algunos medios de prensa y los tribunales, no ejercieron las funciones más esenciales que la sociedad les asigna y que hubieran constituido, barreras elementales para su protección. Asimismo, valoramos los gestos personales de actuales autoridades políticas por sus acciones u omisiones en aquella época, las que contribuyen a generar el clima de diálogo que Chile reclama.
4. Sólo la preservación y circulación de la memoria sobre las graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos y su inclusión en la educación y formación a todos los niveles, incluidas las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad, pueden garantizar que nunca más en Chile vuelva a imponerse la intolerancia y la fuerza.
5. En esta hora de reflexión nacional, el Instituto Nacional de Derechos Humanos convoca a todas y todos los chilenos a perseverar en los objetivos de verdad y justicia para afrontar el pasado y en la responsabilidad de convivir civilizadamente con el futuro. No debemos olvidar que la tarea por la vigencia efectiva de los derechos humanos es permanente. En democracia emergen otros desafíos y otras amenazas, que afectan a quienes convivimos en nuestro país. En consecuencia, construir una cultura de respeto a los derechos humanos es un deber ineludible de todos y todas, así como de las instituciones y órganos públicos en un Estado de Derecho, que deben observar permanentemente sus instituciones para profundizar la democracia, y la protección y promoción de los derechos humanos.
Fuente INDH Chile: http://www.indh.cl
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