La Representante Especial sobre la violencia contra las niñas, niños y adolescentes del Secretario General de las Naciones Unidas publicó "Hidden scars: how violence harms the mental health of children".
Más de un billón de niños, la mitad de todos los niños del mundo, están expuestos a la violencia cada año. Está claro que la violencia tiene un impacto severo en la salud mental de los niños. La exposición a la violencia es a menudo traumática y puede provocar respuestas tóxicas al estrés que provocan daños fisiológicos y psicológicos tanto inmediatos como a largo plazo. Las consecuencias de la violencia incluyen depresión, trastorno de estrés postraumático, trastorno límite de la personalidad, ansiedad, trastornos por uso de sustancias, trastornos del sueño y de la alimentación y suicidio.
El impacto acumulativo de la violencia en la salud mental de los niños está determinado por la forma en que los niños experimentan la violencia a medida que pasan de la primera infancia a la adolescencia, con variaciones tanto en las formas de violencia a las que están expuestos como en las consecuencias para su salud mental. Estas consecuencias pueden transmitirse de una generación a la siguiente, en particular para los niños cuya infancia se ha caracterizado por la exposición a la violencia de la pareja íntima y para las madres que experimentaron violencia a medida que crecían.
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