15 oct 2017

"Al abusador bueno se le respeta", por Teresa Carpio

Al abusador bueno se le respeta



Por Teresa Carpio V.

El domingo 8 de octubre por la tarde muchos seguidores de redes sociales, televidentes y periodistas rechazaban horrorizados e indignados a un abusivo llamado Martin Camino Forsyth que arrastraba a su pareja por la calle para regresarla a su departamento con el propósito de continuar agrediéndola. El abusivo se detuvo sólo cuando vio que una valiente mujer y vecina de la víctima, con celular en mano, lo grababa y le gritaba “déjala, déjala”. La hermana del agresor, por otro lado, deslindaba rápidamente a través del facebook con el abusivo y rechazaba la violencia contra la pareja. Otra mujer, una tía de la víctima, la apoyaba en la comisaria. Parecía que #TocanAUnaTocanATodas se hacía realidad. La solidaridad con la joven se generalizó.

Sin embargo, rápidamente volvimos al verdadero pensamiento e ideología enraizada en hombres y mujeres; nos lo recordó nada menos que la presidenta de la comisión de la mujer del congreso del Perú, la congresista de Fuerza Popular Maritza García Jiménez quien en una intervención en plena comisión señalaba que una mujer “puede sacar de contexto a un agresor absolutamente sano”. Es decir, la mujer provoca la violencia y es responsable o culpable de que los hombres las golpeen. 

La mujer debe ser sumisa, callada y obediente; la mujer debe servir a su marido, seguirlo a donde él vaya; jamás debe contradecirlo, debe esperarlo arreglada para cuando él llegue a casa después de trabajar y nunca debe abrumarlo con problemas como las notas de los hijos en la escuela o cualquier otro problema simple que pueda molestarlo.  Estas eran enseñanzas que se nos daban a las mujeres hasta los años 50 y 60s y se incluía en la curricula escolar en el curso de Educción Familiar y era parte también de las enseñanzas religiosas. Todo esto era lo que se esperaba de las mujeres.  

Esta ideología en que el hombre es el centro y que mujeres e hijas deben servirlos y someterse porque ellos tienen el poder y la fuerza física está enraizada en las creencias religiosas y tienen una expresión política. Cipriani, el cardenal de Lima, ha culpabilizado a las mujeres por las violaciones sexuales: “la mujer se pone como en un escaparate”. 

Los congresistas de Fuerza Popular durante años se vienen oponiendo a una educación con enfoque de género, a que los adolescentes reciban información y educación sobre salud sexual y reproductiva, a que las adolescentes y mujeres decidan sobre su cuerpo. Las recientes denuncias de dos mujeres periodistas de televisión por la violencia sufrida en manos de sus parejas son solo parte del 70% de mujeres víctimas de violencia.  Al agresor no se le respeta, se le denuncia, no hay abusador bueno, la niña y la mujer no son responsables de la violencia contra ellas. Una educación con enfoque de género y una política de prevención contra la violencia a la niña y la mujer debe ser una prioridad Ya.


Artículo de opinión de Teresa Carpio V.
Fuente de la Foto: Andrés Edery de El Comercio.

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