14 may 2017

La peligrosa propuesta del señor Mulder

El Perú vive una situación límite que exige reformas profundas del sistema político y electoral. El expresidente y exdictador está preso por corrupto y asesino (aunque intentando la fuga por la vía del indulto o la prisión domiciliaria). Todos los expresidentes elegidos tras la recuperación de la democracia se encuentran investigados y acojonados por el caso Odebrecht. Padecemos a un exmandatario para quien "la plata llega sola". Tenemos excongresistas "comepollo", "comeoro", "robacable" y otras exquisiteces. Congresistas que mienten en sus hijas de vida, que falsean estudios y títulos. Catorce de veinticinco gobernadores regionales indagados por denuncias de sobornos, coimas y otras mordidas. Gobiernos locales a los que los desastres naturales - ya algunas acciones de control- han puesto en evidencia por corrupción e ineficiencia. Y así hasta la lágrima.

Lamentablemente el actual debate parlamentario en torno a la reforma electoral no está logrando acuerdos en torno a los más graves problemas políticos. Todo lo contrario. Se evita tocar los temas álgidos. Se mantiene elementos que favorecen la partidocracia corrupta y tradicional. Se intenta cerrar las puertas a nuevos proyectos políticos que permitan la necesaria renovación política. Es decir, una vez más, como siempre estamos por perder una oportunidad y arriesgando la débil democracia.

Una reforma electoral de verdad atacaría el peoblema de la de la corrupción en la 
 vida política.

Artículo de opinión de Ronald Gamarra Herrera publicado en Hildebrandt en sus Trece el viernes 27 de abril de 2017.

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