"Reclaman disculpas ellos, precisamente ellos, que nunca se han disculpado por todo lo que le hicieron al país en la vergonzosa década en que gobernaron", dice Ronald Gamarra.
El fujimorismo no pasó, por segunda vez consecutiva se le quemó el pan en la puerta del horno a Keiko Fujimori, quien pérdió una presidencia que tenía servida en la mesa hasta una semana antes del día de la votación.
(...)
Son gente dura, pues. Por eso no pueden engañarnos cuando ahora, después de su derrota, quieren jugar el rol de frágiles personas ofendidas por los “ataques injustos” que habrían sufrido en esta campaña. Incluso se atreven a exigir que se les ofrezcan disculpas y los periodistas comprometidos con ellos se hacen eco del reclamo fingiendo una imparcialidad que nunca han tenido. Es la carta que creen que hoy pueden jugar, la de intentar deslegitimar la victoria de su rival victimizándose, pretendiendo aparecer como los perjudicados por un “juego sucio”.
Artículo de Ronald Gamarra Herrera publicado en Hildebrandt en sus trece el viernes 10 de junio de 2016.
El fujimorismo no pasó, por segunda vez consecutiva se le quemó el pan en la puerta del horno a Keiko Fujimori, quien pérdió una presidencia que tenía servida en la mesa hasta una semana antes del día de la votación.
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Son gente dura, pues. Por eso no pueden engañarnos cuando ahora, después de su derrota, quieren jugar el rol de frágiles personas ofendidas por los “ataques injustos” que habrían sufrido en esta campaña. Incluso se atreven a exigir que se les ofrezcan disculpas y los periodistas comprometidos con ellos se hacen eco del reclamo fingiendo una imparcialidad que nunca han tenido. Es la carta que creen que hoy pueden jugar, la de intentar deslegitimar la victoria de su rival victimizándose, pretendiendo aparecer como los perjudicados por un “juego sucio”.
Reclaman disculpas ellos, precisamente ellos, que nunca se han
disculpado por todo lo que le hicieron al país en la vergonzosa década
en que gobernaron, por los crímenes del destacamento Colina, por los
millones y millones que robaron al Estado, por las cuentas secretas en
el extranjero con que su gente cayó y fue sentenciada, por envilecer y
prostituir las instituciones democráticas. A lo más que ha llegado Keiko
es a reconocer que “se cometieron algunos errores”. Ellos, los que
humillaron y envilecieron al Perú como nunca, tienen ahora el cuajo de
exigirnos a los peruanos que nos disculpemos.
Ellos, que son los
primeros en lanzarte con extrema facilidad el insulto de “terrorista”
cuando te les opones. Ellos que, actualmente, siguen mostrando los
mismos hábitos y reflejos fujimontesinistas de siempre. Que tuvieron
durante cuatro años, hasta las vísperas de la votación en segunda
vuelta, como secretario general, mano derecha de Keiko y hombre más
poderoso del aparato partidario a Joaquín Ramírez, investigado desde
hace más de dos años por las autoridades peruanas y norteamericanas por
lavado de dinero sucio presumiblemente proveniente del narcotráfico.
Ellos, cuyo candidato a vicepresidente, José Chlimper, se involucró con todo en una maniobra al más depurado estilo de Vladimiro Montesinos para exculpar al investigado Joaquín Ramírez, apenas se hizo del cargo de secretario general en reemplazo de este. Ellos, que tienen más de 10 congresistas investigados por vínculos con el lavado de dinero sucio y el narcotráfico, contra quienes las investigaciones no pueden avanzar porque se las ingenian para bloquearlas con eso de la inmunidad parlamentaria. ¿Disculpas? Por favor. Alcontrario, ellos tienen mucho que explicarles al país y a la justicia por los hechos de ayer y los de hoy mismo.
Artículo de Ronald Gamarra Herrera publicado en Hildebrandt en sus trece el viernes 10 de junio de 2016.
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