Un nuevo estudio revela que se está incrementando el número de niños y adolescentes sin escolarizar, una cifra que en 2013 ascendió hasta 124 millones. El estudio, publicado por el Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU) y el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo, muestra que la ayuda internacional para la educación sigue por debajo de los niveles de 2010 y resulta claramente insuficiente para alcanzar las nuevas metas relativas a la universalización de la enseñanza primaria y secundaria.
Según la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, “el Foro Mundial sobre la Educación celebrado en Incheon el pasado mes de mayo marcó una pauta ambiciosa para los próximos 15 años y prometió garantizar 12 años de acceso gratuito y equitativo a una educación de calidad. Pese a la importancia de los recursos nacionales, este nuevo estudio advierte de que este objetivo podría ser muy difícil de alcanzar para millones de niños y adolescentes a menos que los países se comprometan seriamente a incrementar la ayuda en las próximas conferencias de Oslo y Addis Abeba”.
Los nuevos datos del IEU muestran que 1 de cada 11 niños está sin escolarizar, lo que en 2013 sumaba un total de 59 millones de niños, 2,4 millones más que en 2010. De ellos, 30 millones viven en el África Subsahariana y 10 millones en el Asia Meridional y Occidental.
Según los cálculos del IEU, 24 millones de niños nunca pisarán un aula. En el África Subsahariana, la mitad de los niños sin escolarizar no llegarán nunca a matricularse. Las niñas son las más desfavorecidas, especialmente en el Asia Meridional y Occidental, donde el 80% de las niñas sin escolarizar tienen escasas probabilidades de empezar a ir a la escuela, frente al 16% de los niños.
Además, 1 de cada 6 adolescentes no está escolarizado, lo que suponía un total de 65 millones en 2013. Una tercera parte de ellos viven en el Asia Meridional y Occidental y otra tercera parte en el África Subsahariana, donde hoy hay más adolescentes sin escolarizar que en el año 2000.
Los conflictos son un gravísimo obstáculo para la educación. “Los nuevos datos ponen de manifiesto los devastadores efectos de la guerra civil en Siria”, declara Silvia Montoya, Directora del Instituto de Estadística de la UNESCO. “Antes del conflicto, prácticamente todos los niños estaban matriculados en primaria, pero para 2013 estaban sin escolarizar cerca de dos millones de niños y adolescentes. Bastaron dos años de guerra civil para revertir todos los progresos realizados en materia de educación desde que empezó el siglo”.
Por otra parte, el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo revela que, pese a que se ha registrado un pequeño incremento del 6% en la ayuda para la educación, su nivel es actualmente un 4% inferior al de 2010. Sin unos compromisos renovados, la ayuda para la educación seguirá estancada al menos hasta 2017.
Harán falta 39.000 millones de dólares adicionales para garantizar 12 años de educación universal en los países de ingresos bajos y medianos bajos. Para suplir este déficit, los países donantes deben incrementar su ayuda para la educación en un 500%. En lugar de ello, están rebajando la prioridad que otorgan a la educación: la mitad de los países donantes redujeron su ayuda para la educación en 2008-2010 y 2011-2013.
Según Aaron Benavot, Director del Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo, “la ayuda debe crecer exponencialmente, no se trata solo de arañar unos pocos puntos porcentuales. El mundo acaba de fijarse el enorme objetivo de garantizar 12 años de educación gratuita. Sencillamente, eso no ocurrirá a menos que los donantes se tomen en serio la financiación. La cumbre sobre educación para el desarrollo de Oslo y la tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Addis Abeba del próximo mes supondrán una prueba de fuego para evaluar el compromiso de los donantes. Sin ese compromiso, es improbable que se alcancen los objetivos y los progresos prometidos”.
El estudio muestra también que la ayuda no se está dirigiendo a donde más se necesita. En 2013, tan solo una tercera parte de la ayuda para la educación básica se destinó a los países más pobres. Pese a que más de la mitad de los niños sin escolarizar se encuentran en el África Subsahariana, la ayuda para la educación básica destinada a esta región supuso tan solo una tercera parte de los recursos totales.
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