México ha dado un paso de gigante en el reconocimiento del matrimonio
homosexual. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una decisión
histórica, ha respaldado estos enlaces y los ha equiparado plenamente a
los heterosexuales. La medida del alto tribunal, acogida con frialdad
por las fuerzas políticas, pone fin a la dispersión legal en torno a
esta cuestión y considera inconstitucional cualquier norma que
establezca que la finalidad del matrimonio es la procreación o que lo
defina como la unión entre un hombre y una mujer. Esta doctrina supone
en la práctica su legalización y sitúa a México en la órbita de
Argentina, Brasil o Uruguay
En México cada estado regula el matrimonio a través de su propio código civil. Hasta la fecha, el enlace homosexual sólo está legalizado en Distrito Federal, Coahuila y Quintana Roo.
El resto de territorios ofrece un poliédrico cuadro normativo que, al
no reconocer plenos derechos a los gays, se ha convertido en una fuente
de recursos de amparo.
El principal punto de conflicto radica en que las leyes estatales
sostienen, en muchos casos, que la finalidad de la boda es la
procreación. Un aspecto que niega la Suprema Corte. En su tesis
jurisprudencial, que busca la unificación de doctrina ante los recursos
de amparo, los magistrados recuerdan que el verdadero objetivo es "la
protección de la familia como realidad social". "Como la finalidad del matrimonio no es la procreación,
no tiene razón justificada que la unión sea heterosexual, ni que se
enuncie como entre un solo hombre y una sola mujer. Dicha enunciación
resulta discriminatoria en su mera expresión [...] pues excluye
injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas homosexuales
que están situadas en condiciones similares a las parejas
heterosexuales", indica el texto
El Supremo mexicano lanza también un varapalo a quienes vinculan los requisitos del matrimonio a las preferencias sexuales.
"Ninguna norma, decisión o práctica de derecho interno, tanto por parte
de las autoridades estatales como de particulares, pueden disminuir o
restringir los derechos de una persona a partir de su orientación
sexual", concluyen los jueces, entre cuyos ponentes figura juristas de
gran prestigio como José Ramón Cossío Díaz y Arturo Zaldívar.
Establecidas estas premisas, el alto tribunal considera
inconstitucional cualquier ley que entienda que la finalidad del enlace
es la procreación o que lo defina como el que se celebra entre un hombre
y una mujer. "De este modo, en todo el territorio queda avalado el
matrimonio homosexual, aunque las normas estatales digan lo contrario",
explica a este periódico la directora de estudios de la Suprema Corte,
Leticia Bonifaz. La decisión, sin embargo, no invalida las normas
discriminatorias, dado que la vía pertinente para lograrlo no es el
amparo, sino el recurso de inconstitucionalidad. Aún así, la doctrina
emitida tendrá que ser obligado cumplimiento en los tribunales mexicanos.
La toma de postura de la Suprema Corte fue bien recibida por las organizaciones involucradas
en la lucha por los derechos civiles. El Consejo Nacional para Prevenir
la Discriminación (CNPD) calificó la medida de "histórica" y como un
paso fundamental para derribar legislaciones vejatorias. "Es un avance
en la lucha por proteger y visibilizar los derechos fundamentales de
todas las personas ", señaló en un comunicado.
Mucho más fría fue la acogida en el universo político.
Aunque el reconocimiento de los derechos homosexuales ha avanzado con
fuerza en los últimos años en México (el 70% de la población se declara a
favor, según CNPD ), numerosos políticos rehúyen aún la cuestión por
miedo a los prejuicios y la erosión electoral. En el caso del derechista
Partido de Acción Nacional (PAN), este distanciamiento está
generalizado. Más confusa resulta la posición del PRI, el PRD o Morena.
En estas formaciones la tolerancia ha ganado terreno, pero aún se
registran profundas resistencias. Un caso paradigmático es el de Andrés
Manuel López Obrador, exjefe de Gobierno del DF y dos veces candidato
presidencial con el PRD. El eterno aspirante de la izquierda, de
profundas convicciones religiosas, siempre ha soslayado pronunciarse
abiertamente a favor del matrimonio homosexual. "Lo fundamental es la
honestidad, eso (legalizar el aborto y los matrimonios gay), con todo
respeto y autenticidad, lo considero como algo no tan importante, lo
importante en México es que se acabe con la corrupción, nada ha dañado
más a México que la deshonestidad", respondió recientemente
Resolución Judicial aqui:
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