El 23 de abril de 2014, Dinamarca fue el onceavo país que ratificó el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.
Un emblemñatico tratado europeo que buscaproteger a la mujer contra la violencia, avanzó un paso más hacia su entrada en vigor, luego de que Andorra se convirtiera en el décimo páis en ratificarlo. El tratado será vinculante a partir del 1 de agosto de 2014. Los países que ratifiquen el convenio están obligados a proteger y asistir a las víctimas de violencia.
El "Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica", conocido como "Convenio de Estambul", es el primer tratado europeo que aborda específicamente la violencia contra la mujer y la violencia doméstica. Establece estándares mínimos en materia de prevención, protección, persecucción penal y servicios. Los países que lo ratifiquen deberán además establecer servicios como líneas de asistencia telefónica, centros de acogida, servicios médicos, orientación y asistencia legal.
Una de cada tres mujeres en la Unión Europea ha sufrido algún tipo de agresión física y/o sexual desde los 15 años, según una encuesta preparada por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE. Se estima que el 35% de las mujeres en todo el mundo han experimentado violencia física o sexual por parte de sus parejas o violencia sexual a manos de extraños. La OMS asevera que se trata de un problema de salud global de proporciones epidémicas.
El tratado fue adoptado en Estambul el 11 de mayo de 2011. Más de la mitad (25 de 47) de los países que son miembros del Consejo de Europa han suscrito el Convenio. Hasta el momento sólo once países lo han ratificado: Albania, Austria, Bosnia-Herzegovina, Andorra, Dinamarca, Italia, Montenegro, Portugal, SErbia, España y Turquía.
En Hungría, la inacción policial, la ineficacia de las órdenes de restricción, la falta de centros de acogida suficientes y las lagunas en materia legal y de políticas permiten que las mujeres que sobreviven a hechos de violencia doméstica queden expuestas a la posibilidad de nuevos abusos.
En Bélgica, el temor a ser deportadas impide que numerosas mujeres migrantes que sufren violencia doméstica obntengan la protección que necesitan.
En Turquía, debido a las lagunas legislativas y las fallas en la implementación por policías, fiscales, jueces y otros funcionarios, el sistema de protección resulta impredecible en el mejor de los casos, y letal en los supuestos más graves.
El tratado fue adoptado en Estambul el 11 de mayo de 2011. Más de la mitad (25 de 47) de los países que son miembros del Consejo de Europa han suscrito el Convenio. Hasta el momento sólo once países lo han ratificado: Albania, Austria, Bosnia-Herzegovina, Andorra, Dinamarca, Italia, Montenegro, Portugal, SErbia, España y Turquía.
En Hungría, la inacción policial, la ineficacia de las órdenes de restricción, la falta de centros de acogida suficientes y las lagunas en materia legal y de políticas permiten que las mujeres que sobreviven a hechos de violencia doméstica queden expuestas a la posibilidad de nuevos abusos.
En Bélgica, el temor a ser deportadas impide que numerosas mujeres migrantes que sufren violencia doméstica obntengan la protección que necesitan.
En Turquía, debido a las lagunas legislativas y las fallas en la implementación por policías, fiscales, jueces y otros funcionarios, el sistema de protección resulta impredecible en el mejor de los casos, y letal en los supuestos más graves.
El tratado define las distintas formas de violencia contra la mujer (incluidas la violencia sexual, física y psicológica, el matrimonio forzado, la mutilación genital femenina y el acoso), y exige su tipificación.
Un grupo de expertos independientes autorizados a realizar visitas de país y examinar informes periódicos se ocupará de velar por la aplicación del tratado. Los expertos serán elegidos dentro del plazo de un año a partir de que el convenio entre en vigor.
El tratado ya está propiciando cambios positivos, observó Human Rights Watch. Por ejemplo, en marzo de 2012, el parlamento de Turquía adoptó una nueva ley que, a pesar de presentar defectos, incorporó mejoras al marco legal para la protección frente a la violencia y se diseñó principalmente sobre la base del Convenio de Estambul.
Un grupo de expertos independientes autorizados a realizar visitas de país y examinar informes periódicos se ocupará de velar por la aplicación del tratado. Los expertos serán elegidos dentro del plazo de un año a partir de que el convenio entre en vigor.
El tratado ya está propiciando cambios positivos, observó Human Rights Watch. Por ejemplo, en marzo de 2012, el parlamento de Turquía adoptó una nueva ley que, a pesar de presentar defectos, incorporó mejoras al marco legal para la protección frente a la violencia y se diseñó principalmente sobre la base del Convenio de Estambul.
“La violencia contra la mujer no es un fenómeno de la naturaleza, puede detenerse”, expresó van Gulik. “Se espera que este convenio genere cambios prácticos que, en definitiva, deberían mejorar la vida de mujeres y niñas en toda Europa”.
Convención en español:
Convención en inglés:
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