Esta semana, uno de los políticos más conocidos en el mundo por su alegre trayectoria de político corrupto y a la vez exitoso, el derechista italiano Silvio Berlusconi, finalmente conoció su Waterloo, al pronunciarse contra él una sentencia de siete años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de prostitución de menores de edad y abuso de poder para encubrir este delito.
La sentencia todavía será objeto de recurso de apelación y no se ejecutará mientras no sea ratificada por la instancia superior, lo cual puede tomar mucho tiempo, meses o años, nunca se sabe. Berlusconi aún tiene, pese a todo, la posibilidad de salirse una vez más con la suya. Esperemos, no obstante, que este sea el fin de la grosera impunidad que rodeó su nefasta carrera política.
Durante años, la justicia italiana no encontró por dónde cogerlo a pesar de las abundantes evidencias e indicios que conducían a él en numerosos casos que incluyen evasión y fraude fiscal, enriquecimiento ilícito, contabilidad fraudulenta, soborno de autoridades judiciales y policiales, extorsión, colusión y complicidad con la mafia, y abuso sexual. Con más de 20 procesos abiertos, Berlusconi caminaba libre y triunfal, seguro de haberse blindado convenientemente con una red de intermediarios, pantallas y testaferros fieles al cuantioso dinero del denominado ‘Cavaliere’.
Porque Berlusconi es uno de los hombres más acaudalados del mundo, tanto que figura entre los 200 primeros de la lista. Es la máxima expresión de la alianza del dinero y la desfachatez con el poder político, todo ello encarnado en un demagogo sin escrúpulos que domina el mundo de los medios de comunicación en Italia, particularmente la televisión, el más poderoso de todos ellos. Entre sus propiedades también se halla uno de los equipos de fútbol más populares, el Milan, que él no construyó pero se lo compró. El ‘Cavaliere’ es ducho en el arte de combinar negocios y política populista.
Berlusconi entró en política abiertamente al fundar su primer partido, Forza Italia, hace 20 años, en 1993, y ha gobernado su país como primer ministro durante nueve años, en tres períodos. Entre 2001 y 2011 gobernó de continuo, con una única solución de continuidad de dos años entre 2006 y 2008. Solo Mussolini y Giovanni Giolitti gobernaron más tiempo, pero antes de la Segunda Guerra Mundial. Después, nadie ha determinado y dominado la política de Italia tan largamente como él.
Tampoco nadie la ha llevado tan cerca del despeñadero. Berlusconi es el gran responsable del estancamiento económico italiano, del derroche y los desequilibrios que han puesto a Italia en la picota de la crisis, de la cual le tomará mucho tiempo y esfuerzo salir. Este fracaso fue el que determinó su salida del gobierno en 2011. Un retiro táctico, pues a principios de este año 2013 volvió a tentar el poder liderando una coalición que obtuvo el 30% de los votos, quedando en segundo lugar. Actualmente su partido, Pueblo de la Libertad, forma parte de la coalición de ancha base que gobierna el país ante la falta de una mayoría clara. Como vemos, no solo en el Perú hay políticos corruptos que son muy populares.
Berlusconi finalmente cayó por una debilidad personal que se fue agigantando con el poder y la vejez: sus escándalos sexuales, sus orgías neronianas, que lo llevaron a involucrarse con redes de tráfico de mujeres para prostitución de lujo, especialmente la trata de adolescentes. Tenía para ello contactos de alto vuelo, entre los cuales se hallaban Gadafi y Mubarak, dictadores derribados por la primavera árabe que hoy parece terminar en manos de los fundamentalistas. Precisamente, el caso de una muchacha árabe, prostituida para él siendo menor de edad, permitió, por fin, obtener las pruebas necesarias para condenarlo. Como Al Capone, el ‘Cavaliere’ paga con un delito probado los muchos en los que taimadamente supo ocultar su responsabilidad.
Publicado en DIARIO16, el dia domingo 30 de junio del 2013: http://diario16.pe/noticia/31507-ronald-gamarra-berlusconi-otro-corrupto-a-la-reja
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