de octubre de 2010)
El 14 de agosto de 1985 una patrulla del Ejército perteneciente a las fuerzas del comando político militar de Ayacucho, bajo el mando directo del subteniente Telmo Hurtado, perpetró una masacre en la comunidad campesina de Accomarca, situada al sur de Vilscashuamán. Sesenta y nueve campesinos –todos niños, mujeres y ancianos– fueron asesinados con fría premeditación, concentrándolos en un galpón para luego destrozarlos usando fuego de ametralladoras y granadas.
El 14 de agosto de 1985 una patrulla del Ejército perteneciente a las fuerzas del comando político militar de Ayacucho, bajo el mando directo del subteniente Telmo Hurtado, perpetró una masacre en la comunidad campesina de Accomarca, situada al sur de Vilscashuamán. Sesenta y nueve campesinos –todos niños, mujeres y ancianos– fueron asesinados con fría premeditación, concentrándolos en un galpón para luego destrozarlos usando fuego de ametralladoras y granadas.
Cerca de la mitad de las víctimas, no menos de 27, eran niños y niñas. Entre los abusos cometidos contra la infancia en todo el mundo, no cabe duda de que este debe encontrarse entre los más infames. Y siento que debo subrayar este aspecto porque, en los 25 años transcurridos desde que se cometió, no se le ha visto como el abominable crimen de lesa humanidad contra la infancia que simultáneamente es.
(Lea el artículo completo en el siguiente enlace: http://www.larepublica.pe/causa-justa/29/10/2010/los-ninos-de-accomarca
(Lea el artículo completo en el siguiente enlace: http://www.larepublica.pe/causa-justa/29/10/2010/los-ninos-de-accomarca
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