Rtimo, tambó y flores. Este domingo 25 de septiembre, el pueblo cubano aprobó por mayoría abrumadora de dos tercios del electorado una serie de reformas trascedentales a la legislación de familia, incluyendo el derecho al matrimonio de las personas del mismo sexo (definido como la "unión voluntaria concertada de dos personas con aptitud legal para ello con el fin de hacer vida en común sobre la base del afecto, el amor y el respetuo mutuo"), el derecho a la adopción sin exclusión alguna por razones de orientación sexual de los adoptantes, la gestación solidaria (es decir la gestación en vientre de una mujer ajena a la pareja con la condición de que no sea por dinero), la prohibición del matrimonio infantil, entre otras enmiendas sustanciales del Código de las Familias, denominado así en plural, como reconocimiento a su variedad. El referéndum tiene un carácter vinculante.
Palo mayimbe, adívinalo. La aprobación de estas reformas obtuvo un rotundo sí del 66.9% de los votantes. Un 32% se pronunció en contra. La participación fue significativamente alta: un 75% de la nómina de votantes acudió a las urnas. El desarrollo de este referéndum contrasta llamativamente con las elecciones políticas que cada cierto tiempo tienen lugar en Cuba para elegir a los "representantes del poder popular", en los cuales los resultados suelen ser de 99% a favor del candidato del partido único y no hay ausentismo porque el voto es obligatorio.
Oye mima, el edén de los roncos. Quizá esta vez el Partido Comunista asumió que la votación no ponía en juego su poder ni su lugar en el gobierno, pues la propuesta no se presentaba como propia del PCC sino como resultado de un debate abierto que tiene ya muchos años en la isla, y en el cual se han vertido diversas posiciones a favor y en contra dentro de la propia élite gubernamental. Por tanto, se podían dar el lujo de tener un proceso de votación mas abierto. Ojalá se progresara así también en las elecciones políticas. Sin embargo, la experiencia de un referéndum abierto no dejará de tener repercusiones sobre futuras elecciones políticas, que hasta el momento solo son rituales.
Al vaivén de mi carreta y aunque me cueste la vida. La victoria del sí en el referéndum sobre el matrimonio igualitario, la adopción y la concepción subrograda solidaria es una corrección histórica a los abusos enormes que sufrió la población LGTBIQ en Cuba en los primeros tiempos de la revolución (y después, también). Ella quería a la revolución, pero la revolución no los quiso. Dolor, esquina, miseria. Miles de personas homosexuales fueron hostilizadas, víctimas de redadas policiales, purgadas de las instituciones y hasta encarceladas en campos de trabajo forzado por su orientación sexual (las infames Unidades Militares de Ayuda a la Producción-UMAP). La revoluciónera abiertamente homofóbica. Un peruano, Mario Vargas Llosa, fue el primero en oponerse solitariamente a la homofobia del régimen ya en los años 60. Solo hacia el año 2010, el propio Fidel Castro reconoció públicamente que tal persecución fue uno de los peores errores del régimen revolucionario; aunque el perdón histórico y las consecuentes medidas de reparación por parte del Estado todavía no se han dado.
La esquina del movimiento, Macussa. En realidad, en aquella época el grueso de comunistas en el mundo compartía la homofobia propia del conservadurismo. En la Unión Soviética, al igual que en la mayor parte de Occidente , se consideraba la homosexualidad como una alteración psiquiátrica, como una forma de degeneración moral o como una corrupción heredada de la sociedad burguesa. Los comunistas peruanos no fueron la excepción, escupieron a los homosexuales por no responder a su ideal de "hombre nuevo". Aún hoy vemos entre ellos demasiados fósiles que se conservan con buena salud: los Cerrones, Perú Libre, Bermejo, el presidente Castillo, el expremier Bellido, que ahora deben estar botando espuma por la boca con los resultados del referendo cubano y echando la culpa de los sucedido a los caviares isleños (y a Yemayá y Ochún). Ellos, en verdad, son más hijos de Putín, el oligarca homofóbico, antes que hijos del socialismo.
Opinión de Ronald Gamarra Herrera publicado en el Semanario Hildebtrandt en sus trece el día viernes 30 de septiembre de 2022.
Fuente Semanario de Hildebrandt en sus trece.
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