4 nov 2018

"Un miércoles de justicia", por Ronald Gamarra


"No me alegra la prisión de una persona, de ninguna, ni la del padre, ni la de la hija. Me reconforta, sí, la acción de la justicia, tan esquiva por estos lares. Claro está, la incidencia judicial. No ha terminado".

Los madrugó. Se los almorzó. Mientras las defensa de Keiko Fujimori y compañía invocaron el artificio y jugaron al alargue, a la prórroga, al aplazamiento, y a la resolución única de la situación jurídica de todos los imputados, el juez Richard Concepción Carhuancho decidió, un día de miércoles para el fujimorismo, de manera regular y legítima, ventilar separada y anticipadamente el caso de la señalada líder de la organización criminal. Los mañaneó, pues. Ellos, los ereyes del enredo y del artificio, no la vieron venir. No lo vieron venir. "Carhuancho" los escueleó. La defensa no reaccionó. No tuvo espacio ni razones para ello.

El juez procedió luego a valorar los famosos "elementos de convicción", los múltiples y variados argumentos esgrimidos por la fiscalía en su requerimiento de prisión preventiva. Acpetó muchos de ellos y descartó algunos. Acogio lo central: aquellos que puntaban a la existencia de una organización criminal al interior del partido fujimorista, a la condición de Keiko como lideresa de la banda, al ingreso de dinero sucio de Odebrecht y al pitufeo del mismo a través de falsos aportantes.

No terminaba el mediodía cuando empezó a analizar, a desgranar, desmenuzar, pulverizar los argumentos de descargo, los elementos de convicción levantados por la defensa de la lideresa. Casi no quedó nada en pie. Cayeron uno tras otro. ¿Que no se puede utilizar las declaraciones de otras investigaciones y carpetas fiscales? Naranjas, sí es posible en este estadio procesal, diferente cantar solo en la etapa procesal, diferente cantar solo en la etapa del juicio oral en donde el contraexamen es una regla sin excepciones. ¿Que la incautación de información  sobre la estrategia judicial  de la lideresa es ilegal y una violación al secreto profesional? Naranjas, la incorporación de dicha documentación fue legítima. Se trato de un elemento incautado en ejecución de una orden judicial, que no afectó la confidencialidad entre imputado y defensa,  que fue requisado en un inmueble de un tercero -no el de Keiko, no el de su abogada- y que se presume que pertenece a Silva Checa, que es un documento que no lleva firma o sello que lo pudiera identificar con la abogada Loza, y que guarda relación con la imputación al antiguo colaborador de Vladimiro Montesinos, precisamente el de ser asesor de la banda.


Artículo de opinión de Ronald Gamarra Herrera publicado en Hildebrandt en sus trece el viernes 02 de noviembre de 2018.

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