"Keiko Fujimori ha mostrado en esta segunda vuelta cuál es su verdadero rostro. Su auténtica personalidad. Su real posición política. Todo los demás era un engaño: pura finta", dice Ronald Gamarra.Y bién, en los últimos 60 días, todos hemos visto a una Keiko totalmente opuesta, en sus actitudes, sus mensajes y hasta en sus modales, a aquella candidata con pretensiones de estadista que fingió ser en la primera vuelta. La violencia verbal, la facilidad para la calumnia y los ataques bajos, la demagogia a todo meter, la búsqueda frenética de alianzas cuestionables y hasta culpables, todo con tal de ganar, la pintan de cuerpo entero tal como es. Keiko Fujimori ha mostrado en esta segunda vuelta cuál es su verdadero rostro. Su auténtica personalidad. Su real posición política. Todo lo demás era un engaño: pura finta.
Y este rostro auténtico demuestra que la candidata sigue siendo lo que siempre fue y es: una aplicada aprendiz de las malas artes del gobierno corrupto de su padre Alberto y su tío Vladimiro. Por eso es que, al igual que ellos, tiene un entorno sobre el cual pesan numerosas investigaciones por lavado de activos y narcotráfico, precisamente los delitos que están carcomiendo como la metástasis de un cáncer a nuestro pobre país y que son los que alimentan a la delincuencia que nos asedia día a día.
Artículo de Ronald Gamarra Herrera publicado en Hildebrandt en sus trece el viernes 03 de junio de 2016.
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