Los menores reclutados a la fuerza en un conflicto sufren el rechazo de
la sociedad, y en muchas ocasiones el de su familia, además de traumas físicos
y psicológicos. En lo que va de año, 44 han sido rescatados en Nigeria
François —nombre
ficticio— tenía 15 años cuando fue liberado, después de dos años como niño
soldado en la República Centroafricana. A dos días de reencontrarse con su
madre biológica, después de haber pasado por una familia de acogida y haber
hecho un curso de FP de carpintería, le preguntaron qué quería hacer en el
futuro. No lo dudó: "Quiero volver a la escuela". François es uno de
los 300.000 menores víctimas de reclutamiento forzoso en todo el mundo, según
datos de Unicef, que cambió su infancia y su educación por un fusil y que, años
después, volvía a su vida después de escapar.
Desde 2015 se han
liberado 10.000 niños y niñas de grupos armados en todo el mundo, según el
informe El fin del uso de niños reclutados en conflictos armados, de Unicef. La
última operación de rescate ha sido la de 23 niños y dos niñas en Nigeria que
permanecían bajo custodia administrativa por su supuesta vinculación con grupos
armados y la organización terrorista Boko Haram. Con estos últimos 25 casos, ya
son 44 los menores liberados en el país africano en lo que va de 2019.
"Necesitan
pasar de la vida militar a la vida civil de nuevo. Muchas veces al ser
liberados llegan a los centros de tránsito sin saber quiénes son”, explica
Lorena Cobas, responsable de emergencias de Unicef España. “Si ni siquiera los
adultos están preparados para una guerra, las consecuencias psicológicas para
un niño son terribles”, asegura María José Pinzón, experta y defensora de los
derechos humanos y de la infancia. “Cuando su propia casa o su escuela pueden
ser atacadas sin reparos; cuando los refugios tradicionales se convierten en
objetivos, ¿cómo pueden los menores de edad escapar de la brutalidad de la
guerra?”, explica Virginia Gamba, representante Especial del Secretario General
para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados de la ONU. “Este
panorama demuestra el flagrante desprecio de las partes en conflicto por el
derecho internacional, lo que hace que los civiles, especialmente los más
pequeños, sean cada vez más vulnerables a la violencia y el abuso y a ser
utilizados”.
Las niñas, doble víctimas de la guerra
Al igual que los
niños, las niñas soldado tienen oficios y tareas que no necesariamente son la
de empuñar un fusil: son porteadoras, cocineras y en la mayoría de los casos,
se las aísla del resto y se las convierten en esclavas sexuales, o incluso se
las casa forzosamente con los miembros del grupo armado o la milicia en la que
han sido reclutadas. En Sierra Leona un 60% de las niñas soldado se
convirtieron en bush wives —esposas de la selva—, fenómeno que también se ha
documentado en Liberia o Angola, según explica la organización Save The
Children. Las niñas que han sido esclavizadas sexualmente y han sido madres,
también viven la estigmatización social de que sus hijos cuenten con un
progenitor del ejército o del grupo armado enemigo, lo que las convierte en
“las dobles víctimas del conflicto”, según la experta Cobas, al ser antiguas
niñas soldados y madres de un hijo ya marcado desde su nacimiento.
Vuelta a la vida civil y el rechazo de la comunidad
El primer paso, una
vez liberados del grupo armado o militar, es pasar por un centro de tránsito,
donde se les suministra los elementos básicos de higiene y medicamentos, y se
les somete a un estudio físico y psicológico. En el caso de las niñas, este
suele ser más pormenorizado por haber estado en un mayor riesgo de sufrir
violencia sexual durante su cautiverio. "El periodo que permanezcan aquí,
cuanto más corto sea, mejor. Lo siguiente será volver con su familia",
explica Cobas. El gran problema de los programas de reinserción de los
reclutados es que no está claro el papel que debe adoptar la sociedad en su
conjunto, poco preparada para acoger adecuadamente a estos niños en su
comunidad, asegura Pinzón. “Los niños soldado son considerados asesinos, y
socialmente van estar estigmatizados siempre. Nadie quiere que sus hijos vayan
al colegio con un exguerrillero”, explica Pinzón.
“Los niños soldado
son considerados asesinos, y socialmente van estar estigmatizados siempre.
Nadie quiere que sus hijos vayan al colegio con un exguerrillero”
María José Pinzón.
Defensora de los derechos humanos y la infancia
Importante después
para que el menor recupere su infancia es buscar y encontrar a su familia
biológica. Pero la tarea resulta muchas veces difícil. A veces están lejos o
han muerto a causa del mismo conflicto que llevó al menor a la guerrilla o el
Ejercito. En casos muy extremos, el primer acto en un escenario de guerra es el
de matar a los padres, lo que ayuda a manipular al hijo o hija y conseguir,
así, que el repudio de su familia y su comunidad perdure. “El odio forma parte
del conflicto”, dice Cobas.
En el caso de que
la familia no desee su regreso, el plan B son las familias de acogida,
dispuestas a dar cobijo a estos niños en el periodo de transición, que suele
durar entre 2 y 3 años. "Luego toca volver a la escuela lo antes posible o
a una formación profesional", explica Cobas. Los programas de reinserción
de los niños y niñas reclutados forzosamente ofertan distintas opciones, desde
carpintería, fontanería, electricidad en
función de la demanda de cada región. Una de las formaciones profesionales preferidas
de muchos de estos niños y niñas en República Centroafricana es el curso de
Mecánica. "Se les enseñan a conducir, y para muchos niños y niñas conducir
es símbolo de poder y quieren sentir ese poder. Es importante verles cómo
eligen su propio camino”. Su propio camino, como el que llevó a François a la
escuela, de nuevo.
LAS FASES DE REINSERCIÓN
Desmovilización
Se trabaja con las
fuerzas y grupos armados que liberan niños en sus filas. Una vez conseguida su
liberación, se lleva a un centro de tránsito donde reciben asistencia médica,
psicosocial y jurídica.
Desarme
Se recoge, controla
y elimina las armas que están en posesión de los distintos grupos que combaten
en el conflicto y de la población civil.
Reintegración
Apoyo integral al
niño, que incluye atención médica por posibles lesiones, asesoría legal,
atención psicológica y educación. Si son adolescentes, reciben formación
profesional y ayuda para iniciar pequeños negocios.
Reunificación familiar
Se busca a las
familias de los niños. Si no se encuentra o no aceptan hacerse cargo de ellos,
se busca una familia de acogida para que puedan tratarles con cariño y el apoyo
que necesitan.
Movilización social con las comunidades
Trabajo con las
comunidades a las que van a volver los niños y niñas para que los acepten como
miembros y les den una nueva oportunidad.
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