En América Latina, uno de cada 5 pueblos indígenas ha
perdido su idioma nativo. La educación formal no está haciendo lo suficiente
para detener esta pérdida.
Naciste en un país en el que se habla español. Casi
todo lo que sabes lo aprendiste en este idioma. En tus recuerdos de niño, todas
las voces se escuchan en tu lengua materna; con ella te contaron la historia de
tus antepasados, que hoy le cuentas a tus hijos. ¿Imaginas que todas tus
palabras desaparezcan, que cada día haya menos posibilidades de rescatarlas,
que tu idioma y todos los saberes que con él se han transmitido queden en el
olvido?
La mitad de los idiomas que existen en todo el
mundo se extinguirá durante este siglo, según diversos estudios. En América
Latina, donde viven 42 millones de indígenas, uno de cada 5 pueblos indígenas
ha perdido su lengua nativa en las últimas décadas. Diez factores contribuyen a
la desaparición de las de sus lenguas maternas. Solo tres de ellos tienen que
ver con procesos lingüísticos. El resto se asocia con condiciones
socioeconómicas, como la pobreza y la exclusión:
Este es el Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
Y hoy, cuando se celebra el Día Internacional de los Pueblos indígenas, que se
enfoca justamente en la necesidad de crear conciencia sobre la importancia de
preservar sus lenguas, revisamos el papel que juega la educación formal en esta
tarea.
Acceso a la educación
En Ecuador, México y Perú, la brecha de escolaridad
entre niñas y niños indígenas y los no-indígenas prácticamente se ha cerrado. Y
si bien en países como Brasil, Colombia o Costa Rica aún persisten diferencias
importantes, la tendencia de las últimas décadas ha sido positiva. La escuela
llega hoy a prácticamente toda la geografía indígena de la región, según el
informe Latinoamérica indígena del siglo XXI, elaborado por el Banco Mundial.
Sin embargo, persisten disparidades importantes entre
los entornos rurales y urbanos. En la mayoría de los países analizados, los
niños indígenas que viven en las ciudades tienen más posibilidades de tener
educación primaria. De hecho, esta es una de las razones por las que muchos
miembros de estas comunidades migran a las urbes. Las brechas son mayores en la
educación secundaria y terciaria en todos los países. En las zonas rurales es
menos probable que un indígena se convierta en bachiller.
Una
relación inversa
En el bullicio de las instituciones educativas de
América Latina se escucha poco el sonido de los vocablos indígenas. Aunque no
son sus lenguas maternas, tienen que hablar (y aprender) en español o en
portugués, en el caso de Brasil. ¿Qué sucede con su lengua nativa una vez que
los niños indígenas van a la escuela primaria, secundaria y luego a la
universidad?
El nivel educativo guarda una relación en contravía
con respecto a la retención de las lenguas indígenas, revela el informe:
mientras más educación formal reciben las comunidades indígenas, menos
posibilidades tienen de seguir hablando en su propia lengua:
- Menos del 32% de los indígenas que viven en los países analizados en el reporte sale de la escuela hablando en su lengua materna.
- Solo el 5% de los indígenas que completan el bachillerato habla su lengua nativa.
- Y apenas el 2% de los indígenas que culminan educación terciaria mantienen sus idiomas maternos.
“La calidad de la educación en la región en general es
un reto, pero en el caso de los niños indígenas es una carrera contra el
tiempo”, afirma German Freire, especialista en Desarrollo Social.
“Muchos estudios han mostrado que la relación inversa
entre educación formal y retención de la lengua materna se extiende a otras
áreas del conocimiento, como la agricultura, la etnobotánica o la medicina
tradicional, por ejemplo. Por esto, la mala educación que reciben hoy los niños
y niñas indígenas pone en riesgo su cultura, sin mejorar demasiado sus
oportunidades laborales futuras”, agrega el experto, uno de los autores del
informe Latinoamérica indígena del siglo XXI.
Es parte del legado de una negación al reconocimiento
de los pueblos indígenas en la región hasta no hace mucho y de haber diseñado
políticas educativas que promovieron solo conocimientos no indígenas en su
enseñanza, según la CEPAL.
“En general, los sistemas educativos nacionales del
siglo XX, hasta iniciados los años 90, negaron la existencia de otras culturas
y lenguas en sus aulas, lo cual coadyuvó a tornar persistentes las diferencias
con base en la etnia, el nivel socioeconómico y la condición de
subalternización de los miembros de pueblos indígenas y poblaciones
afrodescendientes”, señala el informe Educación Intercultural y Bilingüe y
enfoque de interculturalidad en los sistemas educativos latinoamericanos,
elaborado por la CEPAL. Ahora, apunta el informe, el desafío es justamente
deshacer esa homogeneización.
Impulsar la educación
bilingüe
Según Freire “hay abundante evidencia de que una
educación intercultural y bilingüe, si se implementa correctamente, puede
ofrecer herramientas a los niños indígenas para beneficiarse del Estado sin
tener que renunciar a sus culturas e idiomas en el proceso”.
Aunque desde los años 60, la Educación Intercultural y
Bilingüe (EIB) se ha propuesto como alternativa a la educación monolingüe, y
desde entonces se considera como una política positiva, su implementación no ha
sido sistemática.
Si bien es un derecho consagrado en algunas
constituciones o leyes de educación de la mayor parte de la región y en
acuerdos internacionales, el número de escuelas bilingües es aún limitado.
También hay déficit de maestros bilingües con formación profesional. Por
ejemplo:
- En Argentina, la Ley de educación incluye, desde 2006, la EIB, pero más del 90% de los niños indígenas que van a la escuela no reciben educación en su idioma materno.
- En Perú, donde la EIB está protegida por la Constitución desde hace 26 años, apenas el 38% de los niños indígenas ven clases en su idioma y menos de la mitad de los maestros que enseñan en esas aulas hablan el idioma en el que deben enseñar.
- En Brasil, más del 90% de los docentes de escuelas que contemplan la enseñanza bilingüe son indígenas, pero solo 13% de ellos tienen un título universitario.
En la década pasada, otros países como Ecuador y
Bolivia avanzaron un poco más para garantizar una educación de calidad que pone
las necesidades de las comunidades indígenas en el centro del debate educativo.
En 2013, Bolivia adoptó un plan de estudio que contempla una relación más
equitativa entre los conocimientos indígenas y no indígenas.
Hay que evaluar si estos esfuerzos contribuyen a
la retención de las lenguas nativas y a la creación de sistemas educativos
verdaderamente multiculturales y bilingües.
FUENTE Marjorie Delgado en EL PAIS: https://elpais.com/internacional/2019/08/09/america/1565365489_176050.html
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