Las niñas necesitan una educación integral en
sexualidad y acceso a servicios de salud y un aborto seguro
(Nueva York) - A las adolescentes de República Dominicana se les niegan
sus derechos sexuales y reproductivos, incluido el acceso a un aborto seguro,
dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Las autoridades deberían
implementar un nuevo plan para una educación integral en sexualidad y
despenalizar el aborto para frenar el embarazo adolescente no deseado y reducir
el aborto inseguro.
El informe de 55 páginas, “‘I Felt Like the World Was Falling Down on
Me’: Adolescent Girls’ Sexual and Reproductive Health and Rights in the
Dominican Republic” (“‘Sentí que el mundo se venía abajo”: Salud y derechos
sexuales y reproductivos de las adolescentes en la República Dominicana”),
documenta cómo las autoridades han postergado el lanzamiento de un programa de
educación en sexualidad largamente esperado, dejando a cientos de miles de
niñas y niños adolescentes sin información científica precisa sobre su salud.
El país tiene la tasa más alta de embarazos adolescentes en América Latina y el
Caribe, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La prohibición
total del aborto en el país significa que una adolescente que se enfrenta a un
embarazo no deseado debe continuar ese embarazo en contra de su voluntad u
obtener un aborto clandestino, a menudo poniendo en grave riesgo su salud e
incluso su vida.
“Las niñas deben estar preparadas con la información y los servicios de
salud para prevenir embarazos no deseados y tomar decisiones informadas sobre
sus cuerpos y relaciones”, dijo Margaret Wurth, investigadora sénior sobre
Derechos de la Mujer de Human Rights Watch. “Al negarles sus derechos sexuales
y reproductivos, las autoridades dominicanas no les están brindando a las niñas
y mujeres jóvenes todas las oportunidades para continuar su educación y llevar
una vida saludable, exitosa y enriquecedora”.
El informe se basa en entrevistas a 30 niñas y mujeres que quedaron
embarazadas antes de cumplir los 18 años, y decenas de otras personas,
incluidos estudiantes, jóvenes LGBT, proveedores de atención médica y servicios
sociales, y expertos en el campo.
La alta tasa de embarazos de adolescentes en la República Dominicana es
una consecuencia de la inadecuada educación en sexualidad del país y la
necesidad no cubierta de anticoncepción. Los datos de salud pública muestran
que el 20,5 por ciento de las niñas y mujeres jóvenes de 15 a 19 años en la
República Dominicana quedan embarazadas en la adolescencia. La mayoría de estos
embarazos no son planeados ni deseados. Las leyes que tipifican como delito el
aborto crean un temor generalizado y empujan el aborto a la clandestinidad,
obligando a las mujeres y las niñas a recurrir a medidas inseguras para poner
fin a los embarazos no deseados.
Las niñas y mujeres jóvenes describieron haber sentido una angustia
extrema al enterarse de un embarazo no planificado. “Sentí como si se me cayera
el mundo encima”, dijo una joven. “Me estaba volviendo loca, pensando que no
podía tener un hijo”, añadió. “Estaba aterrorizada”, dijo otra.
La prohibición del aborto en el país tiene distintos impactos que
perjudican a las adolescentes, descubrió Human Rights Watch. La actividad
sexual a menudo está altamente estigmatizada entre las adolescentes. A una niña
que enfrenta un embarazo no deseado le puede resultar más difícil que a una
mujer adulta buscar ayuda, lo que podría llevarla a recurrir a métodos de
aborto menos seguros. Varias niñas y mujeres jóvenes dijeron que trataron de
interrumpir un embarazo clandestinamente antes de los 18 años. Expertos
internacionales en derechos humanos han concluido que negar el acceso al aborto
a niñas y mujeres es una forma de discriminación y pone en peligro una serie de
derechos humanos.
Expertos de las Naciones Unidas han instado a los gobiernos a
proporcionar a los estudiantes una educación sexual integral, desde una edad
temprana. Según el derecho internacional de los derechos humanos, así como la
legislación nacional en la República Dominicana, los menores tienen derecho a
acceder a información sobre salud sexual y reproductiva.
La República Dominicana se encuentra bajo escrutinio internacional por
no proporcionar una educación sexual, científicamente precisa y basada en los
derechos, en las escuelas. En 2015, las autoridades anunciaron planes para
incorporar la educación integral en sexualidad en el currículo nacional y
desarrollaron materiales para educadores y orientadores. Pero la Junta Nacional
de Educación no ha aprobado el nuevo enfoque para que pueda implementarse en
todo el país.
Algunas escuelas ofrecen talleres o instrucción sobre educación sexual,
pero no existe un enfoque obligatorio y consistente. “Depende de la buena
voluntad del profesor”, dijo un experto.
Una orden departamental de mayo de 2019 por parte del ministro de
educación que ordena la creación de una política de género para el Ministerio y
el sistema educativo podría requerir que las autoridades proporcionen una
educación integral en sexualidad. Queda por ver si esta nueva estrategia se
implementará de manera efectiva para garantizar los derechos de las niñas
adolescentes.
Muchos adolescentes en la República Dominicana también pasan apuros para
obtener servicios de salud confidenciales y no estigmatizantes, y algunos no
tienen acceso a servicios importantes de salud sexual y reproductiva, como la
anticoncepción. “No reciben servicios de calidad ni tratamiento confidencial”,
dijo un experto. Una encuesta del Ministerio de Salud de 2013, los datos más
recientes disponibles, encontró que el 27 por ciento de las niñas y mujeres
jóvenes de 15 a 19 años, y el 21 por ciento de 20 a 24 años tienen necesidades de anticonceptivos no
cubiertas.
El embarazo precoz conlleva graves riesgos para la salud de las madres
jóvenes y sus bebés. Algunas de las madres jóvenes entrevistadas sufrieron
complicaciones durante el embarazo o el parto, algunas de las cuales resultaron
en la muerte de los bebés.
Las estudiantes embarazadas y las madres jóvenes a menudo pasan
dificultades para continuar su educación. Para otras es simplemente imposible.
Algunas dijeron que enfrentaron actitudes discriminatorias por parte de
maestros o administradores escolares, por lo que abandonaron la escuela durante
el embarazo o después del parto. Algunas nunca regresaron.
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