"Este es un crimen que destroza el mismo tejido que une a las comunidades, dejando la cohesión social y las redes de seguridad desgastadas", dijo Pramila Patten, Representante Especial del Secretario General sobre la Violencia Sexual en los Conflictos.
La violencia sexual en tiempos de guerra es un arma biológica, un arma psicológica, una expresión de la dominación masculina sobre las mujeres, dijo, "un crimen que hace retroceder la causa de la igualdad de género y la causa de la paz".
Actualizando el informe del Secretario General, dijo que éste documenta casi 3.000 casos verificados por las Naciones Unidas cometidos en el curso de un solo año, la gran mayoría de ellos (89%) dirigidos a mujeres y niñas.
Por consiguiente, puso de relieve el imperativo de un enfoque centrado en los supervivientes, dijo, tal como lo articuló el Consejo en la resolución 2467 (2019), que exige soluciones adaptadas que fomenten la capacidad de recuperación, devuelvan la voz y las opciones a los supervivientes y aborden las diversas experiencias de todas las personas afectadas.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, las Naciones Unidas y la Unión Europea unen sus voces para exhortar a la comunidad internacional a que acelere sus esfuerzos por eliminar el flagelo de la violencia sexual y de género.
Las repercusiones de la pandemia de COVID-19 son de gran alcance y múltiples en todo el mundo. La pandemia plantea una importante amenaza para el mantenimiento de la paz y la seguridad, así como un aumento de los riesgos de violencia. Supone riesgos particularmente devastadores para las mujeres y las niñas en contextos frágiles y afectados por conflictos, y crea un entorno que puede agravar la violencia contra las mujeres y los niños, incluida la violencia sexual y la violencia en la pareja. Las víctimas de la violencia sexual relacionada con los conflictos se encuentran entre las más afectadas por la pandemia. Debemos asegurar una respuesta y una recuperación de la pandemia, basadas en el pleno respeto de los derechos humanos de todos, que preste especial atención a sus necesidades y preocupaciones.
Las voces de los supervivientes de la violencia sexual relacionada con los conflictos corren el riesgo de ser silenciadas y olvidadas. Las actuales restricciones a la circulación de las personas impiden el acceso de los supervivientes a los servicios esenciales, como la seguridad, la protección y los servicios de salud sexual y reproductiva, y les dificultan la búsqueda de la justicia. La pandemia está teniendo un efecto perjudicial en la respuesta del estado de derecho, incluida la rendición de cuentas por la violencia sexual relacionada con el conflicto. Por ejemplo, impide que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley investiguen los incidentes de violencia sexual y que las autoridades judiciales conozcan los casos.
Las cuarentenas y otras restricciones a la circulación están perturbando la labor de las entidades de las Naciones Unidas en lo que respecta a la reunión de información, la verificación de las violaciones y el mejoramiento del cumplimiento por las partes estatales y no estatales de las obligaciones internacionales, incluida la prohibición de la violencia sexual relacionada con los conflictos. Nos comprometemos a seguir fortaleciendo su labor para mitigar los efectos de la pandemia en la vida de los supervivientes de la violencia sexual relacionada con los conflictos, especialmente en lo que respecta al apoyo para ayudarlos a reconstruir sus vidas y sus medios de subsistencia.
Debe producirse un cambio en las actitudes sociales a todos los niveles. Ello puede lograrse asegurando que se escuchen las voces de los supervivientes y de las personas en situación de riesgo, y garantizando al mismo tiempo la participación de las mujeres en los procesos de adopción de decisiones y de consolidación de la paz. Más que nunca, los gobiernos deben ser transparentes, receptivos y responsables. La sociedad civil, las organizaciones internacionales y regionales, los defensores de los derechos humanos, los constructores de la paz y los dirigentes tradicionales y religiosos, los medios de comunicación y el sector privado tienen un papel esencial que desempeñar en la lucha contra las normas de género perjudiciales que perpetúan la violencia sexual.
2019 SG Report on Scribd
Traducción libre dle Equipo de Incidencia de IPRODES.Fuente Noticias ONU: https://news.un.org/en/story/2020/07/1068631
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