Los países de América Latina y el Caribe están ante el desafío de
implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la búsqueda de un
nuevo modelo de desarrollo basado en la igualdad, la inclusión social y
laboral, la erradicación de la pobreza, la sostenibilidad ambiental y el
crecimiento económico.
Hacer frente a este desafío implica impulsar las tres dimensiones del
desarrollo sostenible: la social, la ambiental y la económica.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe señala que lo
social no se juega en lo social exclusivamente, sino también en la economía, la
política y el medioambiente.
Durante la Tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo
Social de América Latina y el Caribe, que concluye este jueves en la Ciudad de
México, el organismo de la ONU presentó un estudio, de 70 páginas, en el que
identifica ocho obstáculos que impiden el desarrollo social en la región:
1.
La persistencia de la pobreza
2. Las desigualdades estructurales y la cultura
del privilegio
3. Las brechas en educación, salud y de acceso a
servicios básicos
4. La falta de trabajo y la incertidumbre del
mercado laboral
5. Acceso parcial y desigual a la protección
social
6. La institucionalización de política social
aún en construcción
7. Una inversión social insuficiente
8. Obstáculos emergentes:
a) La violencia: América Latina y el
Caribe es la región más violenta del mundo, algo inesperado dado su nivel de
desarrollo económico, político y social. Por ejemplo, la tasa de homicidios de
la región es cinco veces mayor que el promedio mundial. La violencia no solo se
refiere a homicidios, sino también a otras expresiones de violencia, como
asaltos e incidentes de violencia sexual
b) Los desastres naturales y el
cambio climático: La mayor frecuencia con que ocurren desastres naturales y
fenómenos extremos relacionados con el calentamiento global hace que sea
indispensable diseñar estrategias para reducir la exposición de la población.
c) La transición demográfica: Si
bien existen grandes diferencias entre los países de la región respecto del
descenso de la fecundidad, las tasas de fecundidad pasaron de un promedio de
5,5 hijos por mujer entre 1965 y 1970 a 2,05 hijos entre 2015 y 2020. Al
proyectar estas tendencias, se espera que en el futuro las tasas de dependencia
aumenten debido al incremento en la proporción de personas mayores.
d) Las migraciones: Las nuevas
presiones en el entorno mundial, comenzando por la actual política migratoria
estadounidense, han imprimido mayor urgencia a esta temática. A su vez, la
región no está exenta de flujos migratorios forzados por desastres naturales y
climáticos poco predecibles, así como por crisis económicas e inestabilidad
política.
d) Los cambios tecnológicos: Las
transformaciones tecnológicas están teniendo notables efectos en la educación y
la formación. De no universalizar el acceso para aprovechar las nuevas
herramientas, continuará reforzándose la desigualdad.
Fuente CEPAL y Noticias ONU.
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