23 feb 2016

Siria es un país destruido y los civiles llevan la peor parte, dice nuevo informe de la ONU

Un  nuevo informe de la Comisión Investigadora del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para Siria alerta del enorme impacto de la intensificación de las hostilidades en la población civil, así como de la catastrófica destrucción de infraestructura causada a casi seis años de enfrentamientos.

El documento, dado a conocer este lunes en la sede de la ONU en Nueva York, subraya que el país se reduce a ruinas, al tiempo que los hombres, mujeres y niños son frecuente objeto de ataques deliberados y huyen en condiciones inciertas y peligrosas en busca de un sitio más seguro.

Sergio Paulo Pinheiro, presidente de la Comisión, concedió una entrevista a Radio ONU:

"Llamamos la atención sobre la destrucción de escuelas y hospitales. Sostenemos que el impedimento de que los niños vayan a clases será una terrible consecuencia para el futuro de la población, además de la dificultad de acceder a cuidados médicos. También es una destrucción de un Estado, de sus monumentos históricos y de la documentación del pasado", dijo el investigador brasileño.

Otro aspecto que explora el informe es la desintegración del tejido social de Siria. Señala que los ataques, las zonas sitiadas, y el aumento de divisiones entre comunidades han erosionado la confianza mutua.

También advierte de las consecuencias devastadoras de una “constante y abrumadora” intensificación de la participación militar externa generada por todas las partes del conflicto. 


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