Hace dos años, el 14 de noviembre del 2020, miles de personas, sobre todo jóvenes, salieron a manifestar en las calles contra la asonada antidemocrática del golpista Manuel Merino. Fue una manifestación culminante de varios días de protestas que contó con la simpatía de la grana mayoría de la población en todos los sectores sociales, pues Merino y su claque eran repudiados por más del 80%, según testimoniaron las encuestas de entonces.
Esas manifestaciones fueron reprimidas brutalmente, con armas y proyectiles no permitidos internacionalmente, disparando a las zonas sensibles del cuerpo de los manifestantes, con claro ánimo de dañar. Esa represión fue alentada y permitida por el golpista Manuel Merino, su "primer ministro" Flores Aráoz y su ministro del Interior, por lo cual la Fiscalía de la Nación los denunció constitucionalmente para que fueran procesados penalmente.
Dos años después, la justicia se muestra esquiva. Un informe mañoso y descarado, elaborado por el congresista Alejandro Cavero, quien demostró estar dispuesto a encargarse del trabajo sucio para hacer méritos ante los vejetes de la ultraderecha, que no son tan tontos como para quemarse ellos mismos, impidió hace unos meses que la denuncia constitucional pudiese prosperar y fue encarpetada. Por el momento, porque la justicia llegará para los responsables y sus encubridores.
Artículo de opinión de Ronald Gamarra publicado en Hildebrandt en sus trece el día viernes 11 de noviembre de 2022.
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