8 oct 2019

ONU: Los niños en el centro de la celebración de la Convención sobre los Derechos del Niño



Los niños tienen defensores de los derechos humanos y de los derechos del niño. María, Serena y Zcyrel se unieron al Comité de los Derechos del Niño para confirmar su alineamiento con la visión intemporal establecida hace treinta años por los redactores de la Convención sobre los Derechos del Niño: empoderar a los niños para que reclamen esos derechos.

"Yo elegí convertirme en defensor de derechos humanos porque puedo ver los efectos en las personas cuyos derechos humanos son violados. Puedo ver cómo afecta su crecimiento, su desarrollo como persona y puedo ver cómo mi participación puede ser de gran ayuda para que tengan una vida mejor", dice Zcyrel.

Tenía 13 años cuando empezó a defender los derechos de los niños. A sus 17 años, es la ex presidenta de la Federación Infantil de su ciudad natal, en Filipinas, y una representante de la infancia en el proceso de elaboración de un Plan Nacional de Acción para la Infancia de ese país. Zcyrel espera tener éxito "no para beneficio personal sino para ayudar a otros a tener éxito también". Su sueño para su comunidad es sentirse segura y vivir en un pueblo rural desarrollado que conserva su propia cultura.

Hace 30 años, la Convención reconocía a los niños -todos los seres humanos menores de 18 años, en todas partes- como sus propios seres con derechos no negociables. Establece que los niños tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto; a ser cuidados, a desarrollarse y a formar parte de sus comunidades; a recibir educación, a expresar sus propias ideas y opiniones, a acceder a la información y a participar en la toma de decisiones sobre cuestiones que les conciernen; a ser protegidos contra todas las formas de violencia; y a no ser discriminados, dondequiera que se encuentren, independientemente de su origen étnico o social, de sus bienes, de su discapacidad, de su nacimiento o de cualquier otra condición.

Los adultos deben escuchar las voces de los niños

"Los niños son humanos y si sus derechos no son considerados adecuadamente, entonces es casi como decir que los niños no son humanos. Los niños merecen y deben ser escuchados siempre, son relevantes", dice Serena, quien durante los últimos 12 meses ha sido miembro de la Red de Derechos Humanos de los Niños del Reino Unido de Amnistía Internacional.

A los 17 años, es una activa luchadora contra el cambio climático y defensora de los intereses de los estudiantes que trabaja con la Red del Clima Estudiantil del Reino Unido, que cree que la inacción climática es una violación de los derechos de los niños, entre ellos el derecho a la vida, a la salud y a un medio ambiente sano, así como a un nivel de vida adecuado y al interés superior del niño.

"Las voces de los niños son siempre importantes, sean o no escuchadas. Hoy en día, los adultos se ven obligados a escucharlos más", añade Serena.

"Los líderes mundiales deben tomar medidas sobre lo que los niños y niñas les piden porque están arruinando el mundo. Los niños y niñas tendrán que enfrentarse a las consecuencias del cambio climático, por lo que debemos escuchar sus voces. Un mecanismo clave que puede hacerlo posible es el tercer protocolo de la Convención sobre los Derechos del Niño: el procedimiento de comunicaciones", señala. "Si los Estados no han ratificado ya ese protocolo, es vital que lo hagan para que los niños y niñas puedan quejarse ante un tribunal internacional y obtener justicia por sus violaciones de los derechos humanos".

Casi todos los gobiernos, con exclusión de los Estados Unidos, han ratificado la Convención y se han comprometido a respetarla, protegerla y promover sus derechos. Con 196 ratificaciones, la Convención es el acuerdo de derechos humanos más universalmente aceptado de la historia.

Treinta años después de su aprobación, la Convención sigue siendo el principal marco universal para defender los derechos de todos los niños. Sobre la base de los principios de la Convención, los Estados han aprobado leyes y políticas para reducir la pobreza infantil y mejorar la supervivencia infantil. La mortalidad de menores de cinco años, la pobreza extrema y el número de matrimonios infantiles han disminuido, mientras que hay más niños matriculados en las escuelas.

Sin embargo, persisten importantes lagunas; los niños siguen sufriendo desproporcionadamente los efectos de la pobreza y el aislamiento social, y se ven privados de la igualdad de oportunidades y del acceso a los servicios esenciales, en particular las niñas, los niños con discapacidad y los niños en situación de desventaja o vulnerabilidad.

Comprometerse con el futuro de los ninos

"Los niños y niñas son el sector más desatendido y vulnerable de nuestra sociedad y necesitan un tratamiento especial y la protección de las personas que los rodean para que puedan alcanzar su pleno potencial", añade Zcyrel. "Dé a los niños la oportunidad de hablar por sí mismos. Los niños pueden ayudar a construir una nación; podrían ser los próximos Presidentes, los próximos Senadores, los próximos legisladores. Deberían recibir formación sobre cómo pueden participar en la sociedad".

El 30º aniversario de la Convención crea un impulso para que el mundo intensifique sus esfuerzos para proteger los derechos de la infancia. El Comité de los Derechos del Niño, el organismo de las Naciones Unidas que supervisa el cumplimiento de la Convención por parte de los Estados, y la Jefa de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, han hecho un llamado a los Estados y a todas las partes interesadas para que renueven su compromiso con la promoción y la protección de los derechos de los niños y las niñas. Varios Estados se han comprometido a adoptar medidas concretas y mensurables para hacer realidad los derechos de los niños.

"Creo firmemente que nosotros los niños somos el futuro, somos el presente y el ahora, y crear el cambio está en nuestras manos", dice María, una estudiante de 17 años de Metepec, México. Trabaja con niños y niñas de corta edad en un movimiento llamado CONFETI, y forma parte de la Red Nacional contra la Violencia Infantil y Juvenil con UNICEF y MUKIRA, una organización de su país que trabaja para mejorar la calidad de vida de los jóvenes y las mujeres, así como su acceso a la justicia. También da un curso sobre el Protocolo Facultativo de la Convención relativo a la participación de niños en los conflictos armados. Ella espera convertirse en doctora para ayudar a tantos niños como pueda.

"Invito a todos los líderes del mundo, a todos los niños y a todos los padres a unirse a nosotros. Tal vez sus hijos no están en una situación en la que sus derechos están siendo violados, pero cuiden de aquellos cuyos derechos están siendo violados", exhorta María.

El aniversario nos recuerda que a los niños y niñas se les deben dar oportunidades significativas de participación. Como se estableció en la Convención hace 30 años, las voces de los niños son importantes y deben ser escuchadas, en su entorno familiar, en la escuela, en sus comunidades, e incluso durante los procedimientos judiciales y administrativos que les conciernen.

Traducción no oficial, elaborada por el Equipo de IPRODES.


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