Los niños tienen defensores de los derechos
humanos y de los derechos del niño. María, Serena y Zcyrel se unieron al Comité
de los Derechos del Niño para confirmar su alineamiento con la visión
intemporal establecida hace treinta años por los redactores de la Convención
sobre los Derechos del Niño: empoderar a los niños para que reclamen esos
derechos.
"Yo elegí convertirme en defensor de
derechos humanos porque puedo ver los efectos en las personas cuyos derechos
humanos son violados. Puedo ver cómo afecta su crecimiento, su desarrollo como
persona y puedo ver cómo mi participación puede ser de gran ayuda para que
tengan una vida mejor", dice Zcyrel.
Tenía 13 años cuando empezó a defender los
derechos de los niños. A sus 17 años, es la ex presidenta de la Federación
Infantil de su ciudad natal, en Filipinas, y una representante de la infancia
en el proceso de elaboración de un Plan Nacional de Acción para la Infancia de
ese país. Zcyrel espera tener éxito "no para beneficio personal sino para
ayudar a otros a tener éxito también". Su sueño para su comunidad es
sentirse segura y vivir en un pueblo rural desarrollado que conserva su propia
cultura.
Hace 30 años, la Convención reconocía a los
niños -todos los seres humanos menores de 18 años, en todas partes- como sus
propios seres con derechos no negociables. Establece que los niños tienen
derecho a ser tratados con dignidad y respeto; a ser cuidados, a desarrollarse
y a formar parte de sus comunidades; a recibir educación, a expresar sus
propias ideas y opiniones, a acceder a la información y a participar en la toma
de decisiones sobre cuestiones que les conciernen; a ser protegidos contra todas
las formas de violencia; y a no ser discriminados, dondequiera que se
encuentren, independientemente de su origen étnico o social, de sus bienes, de
su discapacidad, de su nacimiento o de cualquier otra condición.
Los adultos deben
escuchar las voces de los niños
"Los niños son humanos y si sus derechos
no son considerados adecuadamente, entonces es casi como decir que los niños no
son humanos. Los niños merecen y deben ser escuchados siempre, son
relevantes", dice Serena, quien durante los últimos 12 meses ha sido
miembro de la Red de Derechos Humanos de los Niños del Reino Unido de Amnistía
Internacional.
A los 17 años, es una activa luchadora contra
el cambio climático y defensora de los intereses de los estudiantes que trabaja
con la Red del Clima Estudiantil del Reino Unido, que cree que la inacción
climática es una violación de los derechos de los niños, entre ellos el derecho
a la vida, a la salud y a un medio ambiente sano, así como a un nivel de vida
adecuado y al interés superior del niño.
"Las voces de los niños son siempre
importantes, sean o no escuchadas. Hoy en día, los adultos se ven obligados a
escucharlos más", añade Serena.
"Los líderes mundiales deben tomar medidas
sobre lo que los niños y niñas les piden porque están arruinando el mundo. Los
niños y niñas tendrán que enfrentarse a las consecuencias del cambio climático,
por lo que debemos escuchar sus voces. Un mecanismo clave que puede hacerlo
posible es el tercer protocolo de la Convención sobre los Derechos del Niño: el
procedimiento de comunicaciones", señala. "Si los Estados no han
ratificado ya ese protocolo, es vital que lo hagan para que los niños y niñas
puedan quejarse ante un tribunal internacional y obtener justicia por sus
violaciones de los derechos humanos".
Casi todos los gobiernos, con exclusión de los
Estados Unidos, han ratificado la Convención y se han comprometido a
respetarla, protegerla y promover sus derechos. Con 196 ratificaciones, la
Convención es el acuerdo de derechos humanos más universalmente aceptado de la
historia.
Treinta años después de su aprobación, la
Convención sigue siendo el principal marco universal para defender los derechos
de todos los niños. Sobre la base de los principios de la Convención, los
Estados han aprobado leyes y políticas para reducir la pobreza infantil y
mejorar la supervivencia infantil. La mortalidad de menores de cinco años, la
pobreza extrema y el número de matrimonios infantiles han disminuido, mientras
que hay más niños matriculados en las escuelas.
Sin embargo, persisten importantes lagunas; los
niños siguen sufriendo desproporcionadamente los efectos de la pobreza y el
aislamiento social, y se ven privados de la igualdad de oportunidades y del
acceso a los servicios esenciales, en particular las niñas, los niños con
discapacidad y los niños en situación de desventaja o vulnerabilidad.
Comprometerse con el
futuro de los ninos
"Los niños y niñas son el sector más
desatendido y vulnerable de nuestra sociedad y necesitan un tratamiento
especial y la protección de las personas que los rodean para que puedan
alcanzar su pleno potencial", añade Zcyrel. "Dé a los niños la
oportunidad de hablar por sí mismos. Los niños pueden ayudar a construir una
nación; podrían ser los próximos Presidentes, los próximos Senadores, los
próximos legisladores. Deberían recibir formación sobre cómo pueden participar
en la sociedad".
El 30º aniversario de la Convención crea un
impulso para que el mundo intensifique sus esfuerzos para proteger los derechos
de la infancia. El Comité de los Derechos del Niño, el organismo de las
Naciones Unidas que supervisa el cumplimiento de la Convención por parte de los
Estados, y la Jefa de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle
Bachelet, han hecho un llamado a los Estados y a todas las partes interesadas
para que renueven su compromiso con la promoción y la protección de los derechos
de los niños y las niñas. Varios Estados se han comprometido a adoptar medidas
concretas y mensurables para hacer realidad los derechos de los niños.
"Creo firmemente que nosotros los niños
somos el futuro, somos el presente y el ahora, y crear el cambio está en
nuestras manos", dice María, una estudiante de 17 años de Metepec, México.
Trabaja con niños y niñas de corta edad en un movimiento llamado CONFETI, y
forma parte de la Red Nacional contra la Violencia Infantil y Juvenil con
UNICEF y MUKIRA, una organización de su país que trabaja para mejorar la
calidad de vida de los jóvenes y las mujeres, así como su acceso a la justicia.
También da un curso sobre el Protocolo Facultativo de la Convención relativo a
la participación de niños en los conflictos armados. Ella espera convertirse en
doctora para ayudar a tantos niños como pueda.
"Invito a todos los líderes del mundo, a
todos los niños y a todos los padres a unirse a nosotros. Tal vez sus hijos no
están en una situación en la que sus derechos están siendo violados, pero
cuiden de aquellos cuyos derechos están siendo violados", exhorta María.
El aniversario nos recuerda que a los niños y
niñas se les deben dar oportunidades significativas de participación. Como se
estableció en la Convención hace 30 años, las voces de los niños son
importantes y deben ser escuchadas, en su entorno familiar, en la escuela, en
sus comunidades, e incluso durante los procedimientos judiciales y
administrativos que les conciernen.
Traducción no oficial,
elaborada por el Equipo de IPRODES.
Fuente OHCHR: https://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/childrightsconventionanniversarycelebration.aspx
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