19 mar 2014

¿Raro, no? El caso "petroaudios"

El proceso por el caso de los ‘petroaudios’ se inició contra Rómulo León, Alberto Quimper, Ernesto Arias Schreiber, Daniel Saba, César Gutiérrez, Fortunato Canaán y Jostein Kar Kjerstad, entre varios más, por delitos de corrupción. Claro que la imputación principal, la de formar parte de una asociación ilícita, en la que se encontraban unos y otros, no fue considerada por la justicia. ¿Raro, no?

Rómulo León pasó a la clandestinidad en abierto desafío a la autoridad. Nunca lo buscaron. O no quisieron hallarlo. Todo hasta que él decidió su presencia ante la justicia. ¿Raro, no? Inicialmente, la visualización del CPU de la computadora de este procesado se realizó sin la intervención del fiscal y del procurador, pues su participación en la diligencia fue rechazada. ¿Raro, no?

Parte del expediente, precisamente la que contenía información sustancial de cargo, como los informes de la contraloría con los hallazgos en Petro-Perú y Perú-Petro en relación con el otorgamiento de cinco lotes al Consorcio Petro-Perú S.A.-Discover Petroleum Internacional S.A., se perdió. Sí, se hizo humo. ¿Raro, no? Felizmente, los cuadernos extraviados pudieron ser rehechos. Claro, nadie ha sido siquiera amonestado por ello. ¿Raro, no?

En mayo del 2012 la fiscalía cumplió con acusar a los 16 procesados por el caso de los ‘petroaudios’. Casi dos años después, no existe fecha cierta para el inicio del juicio oral. ¿Raro, no? Al tribunal, cualquiera que este sea, no se le ha autorizado a dedicarse exclusivamente a este proceso, pese a la proximidad de la prescripción de los delitos de varios de los acusados. ¿Raro, no? Cuando todo parecía indicar que la Cuarta Sala Penal seguiría a cargo del proceso que venía conociendo, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial le ha entregado el mismo a la Tercera Sala Penal, cuyos integrantes deberán ahora empaparse de los 64 tomos y anexos de los que consta, antes de fijar fecha de inicio del juicio. ¿Raro, no? 

¿Raro, no?, por Ronald Gamarra¿Que la Tercera Sala Penal tiene menos carga procesal que el otro tribunal? Cierto, pero desconoce el tema y, además, su presidente también forma parte de otro tribunal que tiene varios, importantes y complejos juicios en curso que atender, como los de Cabitos y Accomarca. En esa condición, el tribunal no podrá avanzar mucho ni señalará diarias sesiones de audiencia, que es lo que se requiere. ¿Raro, no? 

Todos los procesados están en libertad. Varios de ellos, como Canaán, Quimper y Arias Schreiber ganarán la prescripción en octubre próximo, pues tenían más de 65 años cuando acontecieron los hechos que se les imputan y, por tanto, el plazo del Estado para accionar en su contra se redujo a la mitad. Otro tanto ocurrirá con el hijo de Rómulo León, procesado por un delito menor, el de encubrimiento, cuyo plazo de prescripción también se aproxima. Seis años después, lluvia de prescripciones. ¿Raro, no?

El Poder Judicial cuenta con siete meses para resolver el caso de los ‘petroaudios’, antes de que la prescripción le reviente en la cara. En tiempo récord, la Tercera Sala Penal tendría que iniciar y culminar el juicio oral, para luego dictar sentencia; y la Corte Suprema decidir sobre la nulidad que las partes presentarán. Eso, sencillamente, es imposible. Eso, lamentablemente, no va a suceder.
Artículo de Ronald Gamarra Herrera publicado en Diario El Comercio, el miércoles 19 de marzo de 2014.

5 comentarios:

  1. Que el Comercio publique este artículo de Ronald Gamarra...Raro ¿no?.

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  2. Con el título ¿Raro, no? publica hoy en la Página Editorial de El Comercio un artículo que por su tendencioso contenido y en honor a la verdad, me veo obligado a aclarar y responder, con el ruego de su publicación.

    Cuando el 05 de octubre del 2008, se produjo la difusión de los llamados “petroaudios”, el país quedó entre conmovido y, seguramente, asqueado por lo que parecía un grave escándalo de corrupción.

    Créame, yo mismo no podía entender lo que con profusión y escándalo se repetía en todos los medios, poniendo en jaque al propio gobierno. Es que mi conciencia estaba limpia y sabia, perfectamente, que más allá de, talvez, irresponsables diálogos privados, entre amigos, no había cometido ilícito alguno relacionado a mi condición de consultor de DPI en el Proceso de Selección de lotes petroleros que, para exploración, había licitado Perú Petro.

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  3. Cinco y medio años después de exhaustivas investigaciones, confrontaciones, pericias técnicas y pesquisas de todo orden, realizadas tanto por el Poder Judicial, como por la prensa independiente, hoy, creo que la gran mayoría de peruanos saben que el caso “petroaudios” fue solo un escándalo y no hay delito. Tengo la fe de quien se sabe inocente, que así quedará demostrado en el juicio.

    He participado y colaborado, con tranquilidad de conciencia, durante todo el proceso investigatorio, no solo sobre los “petroaudios” sino también en las 29 investigaciones adicionales que me abrió el Ministerio Público, la mayoría de las cuales han sido archivadas o sobreseídas por insubsistentes.

    No he promovido maniobra procesal dilatoria alguna. Mi mayor interés es la culminación de este ya largo y penoso episodio que por subalternos intereses económicos y políticos me tocó vivir, incluso con privación de mi libertad por más de tres años. Treinta y seis meses en prisión y siete meses en arresto domiciliario, con todas las secuelas y dolor familiar que ello acarrea.

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  4. Me puse a buen recaudo por treinta días, porque el propio Presidente de la República, luego de insultarme con el peor de los epítetos, en actitud abusiva e inconstitucional, que ningún jurista objetó, pidió públicamente mi detención. Además, el abrumador carga montón mediático, las truculentas opiniones que se vertían y la persecución que se inició, no daba cabida a mi verdad.

    El acoso policial, dirigido desde Palacio, fue descomunal. Se llegaron a pegar por todo el país carteles con mi foto, ofreciendo cien mil soles por mi captura. Me han contado, entre tristes y avergonzados, algunos de los jefes policiales que participaron en tal despropósito, que en Trujillo, donde en algún momento supusieron me encontraba, allanaron 27 domicilios y otros tantos en Lima. El Ministro del Interior de entonces daba órdenes, a través de la televisión, apurando mi captura.

    Una vez organizada mi defensa y aún sabiendo que jueces presionados me enviarían a prisión, me puse a derecho por voluntad propia.

    El CPU de mi computadora fue requisado el 9 de octubre del 2008 y puesto a disposición del Poder Judicial el 19. Durante esos diez días que estuvo en manos de la policía y fiscalía fue abierto, sin presencia de un juez, de mi abogado o de uno de oficio y, tal como lo evidenció la pericia técnica, fue manipulado, borrándose algunos de mis correos e insertando otros que pretendían involucrarme, a mí y mi familia en algún ilícito.

    Hace usted una lamentable referencia a mi hijo Rómulo, quien sufre hoy consecuencias, tal vez irreparables y que no es del caso ventilar, por el abuso del que fue objeto.

    No busco prescripción. Continuaré colaborando con la justicia y lucharé con la verdad por un juicio justo con resultado absolutorio.

    Un último comentario, han querido las circunstancias que en la misma página y junto al suyo, El Comercio publique hoy un importante artículo de la doctora Beatriz Merino que bajo el título “Por un mejor mañana” señala: “La producción petrolera languidece en el Perú. De cada tres barriles de crudo que se consumen dos son importados. Gastamos cada año cinco mil millones de dólares en comprar crudo en el extranjero. Ello ocurre debido a que no tenemos la actividad exploratoria necesaria para nuevos descubrimientos, y sin ellos no será posible una mayor producción de gas y petróleo para las futuras generaciones.“

    ¿Paradójico, no?

    La empresa noruega Discover Petroleum International DPI, ganó limpia, honesta y legítimamente cinco lotes para exploración petrolera. Su compromiso era invertir mil millones de dólares en siete años, para ver si encontraban petróleo. Su experiencia y estudios le auguraban posibilidades, que sin duda traerían beneficios empresariales para ellos, pero fundamentalmente, harían del Perú un país productor de petróleo, con ahorros anuales de miles de millones de dólares y con un mejor mañana para todos los peruanos.

    Lamentablemente, pudo más la ambición y la maldad de algunos perdedores, la angurria de confesos chuponeadores, la cobardía de malvados gobernantes y el odio de gratuitos perseguidores.

    Con pena debo decir, que esto ¡no es raro! en la historia del Perú.


    Rómulo Augusto León Alegría
    DNI 07845407

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  5. Le copié en los comentarios anteriores la carta de aclaración del Sr. Rómulo León que colgó en su página oficial del FB. Así mismo se la puedo hacer llegar a un correo. Saludos.

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