2 mar 2014

"El limitado Paco y el elástico Fujimori"

El fujimorismo no es solo y pura mentira. A veces, cuando le conviene, y cree que con ello relativiza sus crímenes o los de su jefe, que son los mismos, es hasta capaz de algunas verdades. Es por esa razón, por ejemplo, que desde abril de 2009 hemos escuchado gritar a Martha Chávez, la breve, que “Fujimori no fue condenado por crímenes de lesa humanidad”. La última vez fue en octubre pasado, en la sede de la DIROES, a la salida de una de las sesiones de la audiencia por el caso de la prensa chicha que se sigue al también culpable de las matanzas en Barrios Altos y La Cantuta. Eso mismo ha chillado, una y otra vez, en los últimos cinco años, Gagó, Chacón, Aguinaga y toda la costra fujimorista. Los hijos de don Alberto, Kenji y Keiko, alineados, siempre reivindicaron el asesinato y no el crimen de lesa humanidad como el título de la condena que le fue impuesta al padre. Y el exabogado del condenado, César Nakazaki, se cuidó siempre de repetir en medios amigos que “el expresidente Alberto Fujimori no fue condenado por el delito de lesa humanidad sino por asesinato”, que “lesa humanidad es una calificación” y que “una cosa es la lectura mediática y otra la jurídica”. Algo que hoy en día, alejado ya de la defensa, se resigna a tuitear.

¿Qué dirán ahora Kenji, Keiko, doña Martha y toda la costra fujimorista? Ahora que Paco, el disparatado Paco, y Fujimori, el siempre elástico Fujimori, el que ayer dijo que no en cada una de sus cartas y en cuanto reportaje lanzó vía RPP, nos tratan de vender la idea de que el tribunal penal presidido por el Tío San (Martín) sí condenó a don Alberto por el delito de lesa humanidad, por el crimen de lesa humanidad. Hoy que, sin esfuerzo, abandonan el no y abrazan con fervor el sí. ¿Algún periodista se anima a preguntarles? Me imagino la turbación de Gagó, el balbuceo de Becerril, el hígado de Martha, la grita de Chacón, el desconcierto de Kenji. Y luego, claro, fujimoristas al fin, el giro de 180 grados, la negación de cinco años de historia y la defensa de la última estafa del jefe.

Paco ha señalado que se “tumbará” la sentencia condenatoria expedida contra Fujimori por los casos Barrios Altos y La Cantuta. ¿Está fumado o delira? Francamente, no vemos cómo podría poner en cuestión el fallo. No tiene sustancia ni argumento válido para ello. Paco, el limitado Paco, solo ofrece humo, tan solo humo. En verdad, don Alberto va a necesitar mucho más que los servicios de Paco y más que una pendejada por argumento, para poner en cuestión una sentencia cuyos sólidos y múltiples fundamentos la hacen inamovible, y cuya condición de cosa juzgada la torna inmutable. ¡Paco, Alberto, un poco de ingenio, por favor, nos estamos aburriendo!

¿Que el reo Alberto Fujimori fue condenado por crímenes de lesa humanidad? Falso. La Sala Penal que examinó el asunto Barrios Altos y La Cantuta solo lo condenó por los delitos de homicidio calificado bajo la circunstancia agravante de alevosía, y lesiones graves. Nada más, nada menos. Quien afirme lo contrario tiene un serio problema de comprensión de lectura, padece una oportuna y conveniente miopía o deambula por el Palacio de Justicia en busca de una excusa, cualquiera, por deleznable que sea, para plantear un caso ante un juez naranja (que los hay en la villa judicial), y revisar lo que no se puede reabrir.

Ahora bien, en atención a las características de los crímenes perpetrados en Barrios Altos y La Cantuta, que obviamente trascendían un ámbito estrictamente individual o común y se adecuaban plenamente a lo que, internacionalmente y en el momento de su persecución ya se conocía como crímenes de lesa humanidad, el supremo tribunal calificó, repito, calificó, a los mencionados delitos de homicidio agravado y lesiones graves como crímenes contra la humanidad según el Derecho Internacional Penal. Clarito, pues. Fujimori no fue condenado por crímenes de lesa humanidad. Fue condenado por homicidio agravado y lesiones graves, delitos a los que se les calificó, simplemente se les calificó, de crímenes de lesa humanidad, conforme al ordenamiento penal internacional.

Explícanos, Paco, disparatado Paco, ¿cómo tal calificación contraría el principio de legalidad legal? A ver pues, indícanos en qué parte de la sentencia los magistrados San Martín, Prado y Príncipe condenan a tu patrocinado por crímenes de lesa humanidad. Señálanos el párrafo de la sentencia en el que expresa e inequívocamente la Sala Penal condena a Fujimori por un tercer delito, uno no previsto en el código penal, uno no vigente, uno inventado.

¡Perdiste, Paco! ¡Perdiste, Alberto! La Sala Penal cumplió con la obligación estatal de perseguir los crímenes de lesa humanidad, en tanto conducta prohibida por el derecho internacional, vía la estricta y pulcra aplicación de la ley penal interna. Y lo hizo como antes habían hecho varios tribunales, y como después lo hicieron otros. Revisen la jurisprudencia, Paco, Alberto. ¿Les suena el caso Scilingo, en España? ¿Conocen el asunto Simón, en Argentina? ¿Escucharon hablar alguna vez de la masacre de Riofrío, en Colombia? ¿Alguien les ha contado de la condena al exdictador Gregorio ‘Goyo’ Álvarez, en Uruguay? Lee, Paco. Lee, Alberto.

¿Que el reo Alberto Fujimori fue condenado por crímenes de lesa humanidad? Falso. Tanto que ni siquiera la Corte Suprema de Chile, que ató su extradición al juzgamiento de expresos delitos, ha protestado por una supuesta infracción al principio de especialidad, es decir, por una presunta y excesiva condena al chino por crímenes de lesa humanidad.

El acomodadizo Fujimori y el ingeniero Paco pretenden utilizar la falsa alegación de condena por crímenes de lesa humanidad como una excusa para solicitar la revisión de la sentencia pronunciada. Ya están en ello. Ya han armado, “fabricado” el muñeco. Vivísimos, han solicitado y conseguido que la Corte Suprema de Chile les expida copia de la sentencia de extradición de Fujimori, aprobada (y conocida) en 2007, aquella que solo autorizaba a los tribunales peruanos a juzgarlo por los delitos de homicidio calificado y lesiones graves. En su juego, querrán hacer pasar esa copia como una “prueba nueva”, una prueba no conocida durante el proceso por Barrios Altos y La Cantuta, y así dar por cumplido el requisito establecido por el ordenamiento procesal para intentar el recurso.

Pero, ¿la simple copia de la sentencia de extradición de Fujimori es una prueba nueva? Ni de vainas. Manan, Paco. Manan, Alberto. Esto no es Fujilandia. No estamos en Pacolandia. Aquí, esa sentencia es un periódico de ayer. Fue titular que alcanzó página entera. Todos la conocimos y celebramos en 2007. Le fue notificada oficialmente a Fujimori y al Estado peruano. Por ella lo trajeron a Lima cogido del cogote. Fue incorporada al proceso penal. Allí fue invocada y trajinada. Y, finalmente, mencionada en la sentencia de abril, la de los 25 años de cárcel.

Por eso mismo, no se comprende cómo, hoy por hoy, con una temeridad que asombra aun en ellos, Paco y Fujimori pretenden una amnesia colectiva, nacional y específicamente judicial. ¿Siete años después de su emisión, el verdadero jefe del grupo Colina intenta convencernos de que no la conocía? ¿Siete años después de su expedición, el corrupto mayor jura que no se enteró de su existencia? ¿Siete años después de su publicación, el del bacalao, el no shock y el autogolpe nos dice que nunca la escuchó nombrar en la sala de audiencias?

Todo apunta a que en los próximos días el ingeniero Paco y el elástico Fujimori, alegando una condena por crímenes de lesa humanidad que no ha sido pronunciada y premunidos de una copia de la sentencia de extradición que de nueva no tiene nada de nada, le pedirán al Poder Judicial que revise la condena de 25 años por los casos Barrios Altos y La Cantuta. ¡Qué bribones!

Para dirigirse al Poder Judicial en esas condiciones hay que ser unos verdaderos caraduras o tener la certeza de que, por esos designios que solo algunos de sus amigotes en el Palacio de Justicia conocen, el recurso caerá en manos de un juez próximo, afín, naranja por convicción y temperamento. Un supremo y probado fujimorista. Alguien que, posiblemente, ya esté preparando el camino de la absolución de Fujimori o de un nuevo juicio oral para el jefe de Martín Rivas y demás matarifes. Ensayando la salida del reo. Vean si no los fallos que en los últimos días han declarado fundados dos recursos de revisión: los de Absalón Vásquez y los condenados en el caso Chilliutira. Allí parece estar la respuesta. Allí aparece el personaje. ¿Se atreverá en este caso? Mejor dicho, ¿prevaricará para favorecer a Fujimori? Veremos. Después de todo, don Javier, en esta Villa del señor todo tiene su límite.

Artículo de Ronald Gamarra publicado en Diario16, el día domingo 02 de marzo de 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario