22 sept 2013

KACHKANIRAQMI por Ronald Gamarra

Permanece en cartelera una película que nadie debería perderse. Sigo Siendo es su título y al mismo tiempo es la traducción de la hermosa expresión quechua Kachkaniraqmi. El propio realizador invoca en el inicio del film la explicación que al respecto dio J.M. Arguedas: “Existe en el quechua chanka un término sumamente expresivo y muy común; cuando un individuo quiere expresar que a pesar de todo aún es, que existe todavía, dice: ¡Kachkaniraqmi!”. 

Se trata de una afirmación emocionada de la vida, de la existencia, del derecho a ser y estar con libertad y esperanza, que proviene de lo más hondo de la cultura quechua. Arguedas rescató este término para la cultura del Perú contemporáneo y Corcuera lo difunde gracias al poder del medio audiovisual.

Ahora lo sabemos todos: kachkaniraqmi quiere decir sigo siendo, aún estoy aquí, todavía tengo fuerzas, no me han destruido. Y no podrán matarlo, no podrán matarme. Muy bien podría ser un lema para nuestra nación, sobreviviente a tantos naufragios, traiciones, agresiones, desengaños y latrocinios.

Llama la atención que un documental tenga la fuerza de emocionarnos tanto. Habitualmente los documentales no llegan a capturar nuestros sentimientos y se limitan a hablarnos a la razón. Estamos acostumbrados a que la ficción sea la que ponga nuestras emociones en el vértigo de una montaña rusa. Pero es inevitable que uno vea este documental y no sienta un nudo en la garganta.

Porque Sigo Siendo presenta la música de nuestro Perú en su pluralidad cultural, genérica y temática, con una dignidad y belleza despojada de todo artificio y oropel, de todo truco de espectáculo. Y va hacia quienes cultivan auténticamente nuestras distintas músicas, sin hacer concesiones a las exigencias comerciales que suelen desvirtuarlas.

Son artistas del pueblo que nos impresionan por su conocimiento, identificación y sensibilidad, por la belleza desnuda de su arte capaz de brillar y emocionarnos en el escenario más humilde o en la intimidad de la comunidad o la familia, o entre el polvo que se levanta cuando bailan los zapateadores de El Carmen o los Danzantes de Tijeras. Y junto con todo ello, la visión de nuestra hermosa tierra capturada por una fotografía impecable.

Allí vemos a nuestros verdaderos grandes, aquellos a quienes no llega el reconocimiento ni la vida muelle. El documental evidencia que eso no les hace falta para ser lo grandes que son. Raúl García Zárate y Jaime Guardia, Máximo Damián, Rosa Guzmán y Susana Baca, Andrés “Chimango” Lares y Carlos Hayre, entre muchos otros, siempre habrían sido lo que fueron y son, con o sin estímulos. En ello también estriba su grandeza. Pero qué bueno fuera que la nación les reconociera su genio y su aporte.

En la función a la cual asistí con doña Julia y Marco, el público mantuvo una atención tensa de principio a fin, que culminó en una explosión de aplauso de reconocimiento. ¿Alguna vez ha visto usted que el público aplauda una película como en el teatro? Quizás nunca. Pues bien, esta es una de esas películas que al terminar la gente aplaude, emocionada, y donde nos quedamos hasta ver pasar los créditos en su integridad, tanto para enterarnos de los detalles como por la hermosísima melodía andina compuesta por el maestro criollo Carlos Hayre.

Artículo de Ronald Gamarra Herrera, publicado en DIARIO16, el día domingo 22 de septiembre del 2013.

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